Escuchar es más que oír, es estar en un estado receptivo, pasivo-activo, para percibir las verdades del espíritu.
Si una no escucha no puede aprender.
Saber escuchar implica:
- No movernos dentro de la mecánica de nuestros prejuicios,
- De nuestra historia personal,
- De nuestras tomas de partido,
- De nuestra identidad transitoria,
Saber escuchar es SER UNA CONTIGO.
Cuando te escucho puedo extasiarme, puedo mirarte a los ojos y sentirte en mi alma, y aunque no te vea, puedo leer en tus palabras TU ALMA, TU SER, TU ESPÍRITU.
Saber escuchar es SER EL AMOR, y percibirte, ponerme en tu lugar, no poner tu lugar en mi historia particular, sino ser tú mismo, para sentir tu dolor, tus problemas, tu amor y todo lo que te pasa.
Si no me pongo en tu lugar, ¿cómo te comprenderé?, ¿cómo podré amarte?.
Saber escuchar implica una gran aceptación, de la REALIDAD, del FLUIR en todas las cosas.
Tal vez no nos hemos escuchado, no hemos sentido lo que nos dice nuestro corazón. No nos hemos enamorado de nuestra alma, la hemos rechazado, y como no nos escuchamos a nosotros mismos, no podemos escuchar a los demás, entonces nos hemos olvidado que cuando habla el corazón es el SER el que habla.
Brilla siempre
Meg
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