“La obra humana más bella es la de ser útil al prójimo.”Sófocles.Ayudar requiere saber escuchar y no precipitarse a dar soluciones. No es fácil ponerse el lugar del otro. En nuestro tiempo en el que las relaciones se han vuelto frías e impersonales, vemos que se forman asociaciones de ayuda mutua. No sólo necesitamos ser ayudados, también es preciso ayudar a los demás, es una forma de superar nuestra separación y nuestra soledad.Quien solicita ayuda ha tenido que reconocer que tiene un problema y necesita ayuda. Quien ofrece ayuda no debe imponer lo que supone le conviene hacer a la persona en problemas. Y si el afligido se niega a seguir sus indicaciones, el solicito no debe concluir que el afligido no quiere resolver su problema, podría haber otras formas de hacerlo. Lo más grave es cuando el solicito cree que el otro está en problemas.Algunas veces la ayuda puede ser un obstáculo para el cambio, agravar temores y mermar la capacidad de actuar del que se encuentra en problemas. Debemos desconfiar de quienes siempre quieren ayudar y no aceptan ser ayudados y de los que no entienden que a veces sólo queremos ser escuchados con respeto y cariño para encontrar nuestras propias soluciones.Patricia Rodríguez
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