Por lo general en el mes de febrero, o en cualquier época del año con cualquier pretexto los medios de comunicación nos bombardean con que hay que dar amor; repartir detalles, regalos a nuestros amigos y seres queridos, pero sobretodo a nuestra pareja. Claro, ellos lo hacen con el objetivo de que consumamos productos, pero si apartamos eso del interés de comprar, nos daremos cuenta que es, en cierta medida para cultivar ese amor. Bueno, aunque los medios y la publicidad ni siquiera les importe eso… En fin, el punto aquí es que debemos de fomentar el amor que sentimos por nuestra pareja no sólo algunas fechas impuestas por la sociedad de consumo, sino toda la vida y a cada momento, porque si no, en verdad estaremos tomando rumbos equivocados, si queremos seguir viviendo con esa persona a la que “amamos”.
Pero sabemos ¿qué es el amor?, ¿Qué es realmente lo que nos hace estar unidos a esa persona especial? ¿Sabemos amar?
Lo que sucede es que el amor es un sentimiento que, existe en los seres humanos y lo damos de diferente manera a las diferentes personas que existen en nuestra vida, pero el amor romántico, el que nos hace soñar con nuestro “príncipe azul” o nuestra “dulce amada”, ese amor es el que a veces, no sabemos cómo cultivar, cómo hacer que crezca, que permanezca. Esto es muy importante, hacer que perdure.
No sabemos cómo hacerle para que el amor no nos falte el resto de nuestra vida, y es que cuando estamos muy enamorados de nuestra pareja nos sentimos plenos, felices, jamás queremos que nos abandone, sería la peor de las vivencias, el peor de los fracasos. Entonces, ¿qué hay qué hacer para que ese amor que ahora sentimos no se nos acabe nunca?
Hay que ponerle atención al amor.
Lo que hay que hacer, es ser constante, “hay que echar leña al fogón” o “regar la plantita”, cada día, cada momento posible, todo el tiempo, como lo haríamos para mantener caliente una caldera o como mantendríamos viva una planta.
Debemos interesarnos por nuestra pareja, no “olvidarnos de ella”, no voltear a ver nuestra rutina, la vida cotidiana, los hijos, que si bien tooodooo esto es parte de la existencia humana, no debemos dejar de lado que existe nuestra pareja, y entonces fomentar momentos con él o ella, estar juntos, pero sobretodo “platicar”. Mucho ojo, platicar con la pareja es lo más importante de la comunicación entre dos personas que se aman, debemos conocer minuciosamente a nuestra pareja. Sí, como en toda relación sana, debe haber pasión, química, besos, sexo, diversión, entretenimiento, amigos, fiesta, hijos, familia… Pero lo más importante es que –no- -se- -nos- -olvide- -nuestra pareja-.
Que no se nos olvide nunca para qué nos hicimos novios de esa mujer, o de ese hombre, para qué nos casamos con este señor, porqué me enamoré de cierta personita con la que ahora vivo, todas estas cuestiones, se nos olvidan con el tiempo, y eso, destruye el amor.
¿La razón? Pues porque a “la pareja” se le olvidó “su” pareja, ya no se acuerdan que se casaron porque existía algo más…
Sí, el olvido de nuestros compañeros hace que el amor se acabe en menos tiempo del que creíamos, a veces hasta dos años apenas después de haber contraído nupcias, y eso sólo porque se nos olvidan nuestros objetivos de vida en pareja…
Cada uno empieza a irse hacia diferentes metas, o porque si el trabajo me absorbe, o porque la rutina y las deudas económicas los están matando y se olvidan de lo más importante, el amor que sentían por su pareja.
Lo peor del caso es que esto sucede sin que nos demos cuenta y cuando volteamos la cara, el amor se esfumó.
Es muy duro pero es real.
Para que no pase esto, hay que fomentar el amor, sí con detalles, de todo tipo, regalos, caricias, atenderse el uno al otro, reír, convivir, etc… No hay que olvidarse de este sentimiento que nos mantiene vivos y con fuerzas para seguir adelante.
Esto sin duda hay que tenerlo siempre muy presente. No olvidemos nunca a nuestro ser amado.
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¡Muchas Gracias a todas y a todos los que se interesan por mejorar su vida día a día, eso no tiene precio...
Hasta la próxima!
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