Hace menos de dos meses, la cantante barbadense Rihanna fue objeto de insultos racistas en un hotel de Lisboa, cuando un huésped se quejó del tumulto que originaban la artista y su séquito, comentando que “no deberían dejar entrar a los negros a estos lugares”.
La actitud racista del susodicho dio la vuelta al mundo y Rihanna recibió la solidaridad de sus fans y de los medios que difundieron el hecho con un tono lógico de condena.
En otro episodio racista, la directora de una revista de espectáculos holandesa debió renunciar a causa de una nota que había escrito sobre la barbadense y en la que se refería a la intérprete de “We found love” como “la última zorra racista”.
Ahora es la propia Rihanna la que comete una acción discriminatoria al parodiar en Twitter a Karrueche Tran, la actual novia de su ex, Chris Brown, con una bolsa de arroz como cabeza, gafas negras y aros de oro, en presunta descripción del hambre que habría pasado la muchacha en su país de origen, Vietnam.
Últimamente se han disparado los rumores de una reconciliación de la cantante con su colega Brown, quien cuando eran pareja la golpeó hasta desfigurarle el rostro.
Rihanna parece dispuesta a todo para recuperar la atención de su antiguo compañero sentimental, incluso protagonizar hechos de racismo como los que a menudo denuncia.
Comentarios
Mientras no se sienta valorada por ella misma, seguirá discriminada, que pana