RESOLVER LAS CRISIS EN LA PAREJA.

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En la vida diaria de un matrimonio es normal que existan diferencias, discusiones y hasta pleitos.   Somos dos personas que hemos crecido en diferentes familias, dos educaciones, temperamentos, psicologías y formas de ser que se unen y conviven diariamente.  En la vida diaria de un matrimonio es normal que existan diferencias, discusiones y hasta pleitos.   Somos dos personas que hemos crecido en diferentes familias, dos educaciones, temperamentos, psicologías y formas de ser que se unen y conviven diariamente.  

No debemos tenerle miedo a las discusiones o crisis, pero si saber como solucionarlas.  Y he aquí el porque:

Los problemas no se solucionan solos.   Sino se solucionan a tiempo se acumulan o agravan.     Recuerdo cuando un marido después de quince años de matrimonio le dijo que su mujer que se iba de casa.   Con el álbum de fotos en mano le fue diciendo todo aquello que le parecía mal desde que se habían casado.

Al cerrar el álbum, lo único que pudo decir ella fue:   respeto todo esto que has sentido y pensando,  solo una cosa muy importante:   ¿por qué no me lo dijiste antes?

Es más sencillo solucionar un problema que muchos problemas.        Y todos lo hemos vivido:  una crisis bien resuelta profundiza y solidifica la relación.

¿Cuáles son los temas por lo cuales discutimos más las parejas?
- Familias políticas:  si vive alguno de ellos con nosotros, tiempo para visitarlos entre semana y fines de semana;  que tanto se meten en nuestras vidas.
- Dinero:  cuanto hay, como se maneja, quien lo maneja.
- Trabajo de uno o de ambos:   horarios, como se va a gastar lo que se gana, quien se encarga de la casa, de los hijos.
- Hijos:  tipo de educación, horarios, responsabilidades.
- Fines de semana:   actividades, descanso, que hacer
- Intimidad conyugal:  como vamos en este tema, como se siente cada uno.
- Desatenciones
- Trato con el otro sexo
- Amigos:  estamos de acuerdo con los amigos de cada uno o no, amigos mutuos.
- Violencia verbal
- Uso de TV y redes sociales:  nos está alejando o no.
- Falta de apoyo en situaciones especiales.
- Vida diaria:  orden, limpieza, puntualidad, hábitos, horarios.  

Entremos al tema:  ¿cómo resolver la crisis?

Ante todo, te invito a seguir estos seis puntos:

1. Evita discusiones si estás alterado o alterada:  mejor dejarlo para más tarde o para el siguiente día.

2. Reflexiona y trata de ver el problema objetivamente

3. Elige un lugar libre de interrupciones, de preferencia privado.

4. Lleva una actitud abierta para escuchar el otro punto de vista.

5. Comunica mensajes tuyos y no culpes ni acuses al otro

6. Encuentren soluciones conjuntas.


Veamos un ejemplo concreto y el proceso que debe seguirse:

El primer paso es la identificación del problema:  tu mamá (mi suegra), es una persona muy demandante y absorbente y quiere que la visitemos dos veces durante la semana y que la llevemos a algún lado los fines de semana.    Esto esta causando mucho daño a nuestra relación y es el motivo por el cual discutimos constantemente.     Muy bien, lo primero es saber que está causando el conflicto en la pareja.   Sabías que la mayoría de las discusiones en los matrimonios empiezan con un tema y terminan con otros que no tienen nada que ver.   Debemos de centrarnos en uno solo.

El segundo paso consiste en la formulación de alternativas, es decir, cuales son las diferentes posibilidades para solucionar esta situación:   que tu visites a tu mamá una vez en la semana y el fin de semana invitarla un día a salir de su casa.   O bien, que alguno de tus hermanos también la visite y la invite. Analizar cuales son los caminos que podemos seguir, ya que muchas veces nos centramos en el problema y no salimos de ahí.

Viene entonces la evaluación de las alternativas;  que ventajas y que desventajas tienen las diferentes alternativas, que tan viables son y si en realidad van a solucionar el conflicto de fondo.

Como cuarto paso y muy importante viene el de tomar decisiones y acuerdos.   Que es lo que cada uno de nosotros va a hacer.  Tienen que estar de acuerdo ambos, ya que, si la decisión la impone uno, seguramente no se va a cumplir.

Y dos puntos finales:    la implementación, es de decir, esa semana empezamos a llevar a cabo lo que hemos hablado y el seguimiento, es decir que lo sigas haciendo una y otra semana, un mes y el siguiente.

Verás que, con estos consejos, las discusiones con tu cónyuge o pareja tendrán un porque:    sabrás cual es el problema y podrás darle una solución.    Recuerda:  los problemas no se solucionan solos, y sino lo haces a tiempo, se acumulan o agravan.

Lucía Legorreta de Cervantes Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer. cervantes.lucia@gmail.com www.lucialegorreta.com. ;  Facebook:  Lucia Legorreta

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