LA OTRA MEJILLA
Poner la otra mejilla, qué difícil parece, cuando recibes agresión, engaño, traición, burla, rechazo, infidelidad, desprecio, poca o nula valorización. Es más fácil repelar, protestar, agredir, amenazar. Es más fácil medir fuerzas y tamaños, “a ver de a cómo nos toca”.
Esa respuesta es nata de la inconciencia, es respuesta del ego, que produce agresiones, discusiones, guerras, división. Y después culpa, desolación; ¿no estás cansado de vivir así?, ¿no estás harto de tanta tragedia, de tanto dolor?. Parece cosa de burla, de poca importancia, cuando alguien te habla de paz y perdón. Cuando alguien te dice “Tu fuerza está en una simple y sencilla oración”, te enoja, te sientes ridículo, torpe y tonto. La materia exige medirte, amenazar, vengarte, discutir, gritar.
Pero si lo que estamos viviendo no te convence de que ése no es el camino, que es justamente lo contrario de lo que deseas vivir, ¿qué pretendes experimentar?, ¿hasta dónde quieres que llegue el dolor?, ¿hasta dónde quieres que el alma llore y se lamente?
Ya no más tragedias, ya no más pérdidas, ya no más vergüenza, culpa o dolor. La respuesta: “Ante la agresión, la otra mejilla, que representa perdón y oración”. Esa es tu fuerza interior, la que te hace invencible, la que te permite tomar la dimensión para tocar el cielo y jugar con las estrellas, la que te permite saber que puedes transformar la realidad con un poquito, tan sólo un poquito de amor.
Cuando deseas lo bueno, cuando pides lo mejor, incluso para el que parece tu enemigo, el que se postula como tu agresor. Atrévete a descubrirlo tú en lo pequeño para poder verlo en lo grande, descubre la magia que te deja un acto de perdón, descubre la tranquilidad que te regala hacer oración por tu aparente agresor y, por si fuera poco, percibe cómo las cosas cambian y así, el que ayer era tu enemigo, hoy es tu amigo; ayer una amenaza, hoy una sonrisa; ayer venganza y culpa, hoy amistad y amor. Atrévete a vivir la magia de un mundo nuevo, el sueño hecho realidad y una vida, un mundo mejor.
La otra mejilla es el camino, es la verdad que te hace libre, y es tan sencillo como un genuino perdón y la oración que te regalan la oportunidad de conocer y aplicar la regla de oro, que te impulsa a pedir por el otro lo que quisieras para ti, y percibir cómo las cosas buenas se multiplican. Es confiar en un nuevo y mejor amanecer a pesar de la oscuridad de la noche y el frío del invierno. Es sentir paz cuando el mundo hierve en guerra. Es sentir la presencia de Dios en lo grande y en lo pequeño. Es saber que no caminas solo y que, quien hizo mar y tierra, camina y vive en ti.
Con esta sensación de tener una herramienta maravillosa e invencible para transformar el dolor en libertad y la angustia en serenidad, da gracias en silencio y recuerda siempre que cuando en realidad desees transformar la obscuridad en luz, la prisión en libertad, pon la otra mejilla, la que en silencio entrega el perdón genuino y hace oración, incluso por el que parece tu enemigo, ya que en realidad en el corazón es uno contigo, es uno con Dios.
Comentarios
Hermosas palabras, me conmovieron profundamente, gracias por compartirlas . Un abrazo"
Recordemos que el perdón genuino nos lleva a poner límites y reglas, para no volver a caer en lo mismo. Además, antes de perdonar es necesario liberarnos del resentimiento, pues el resentimiento y el perdón son dos procesos diferentes.