Cuando se tiene la responsabilidad de guiar el camino de otros, llámense colaboradores, hijos, alumnos… hay que tener conciencia del liderazgo que se ejerce. La comunicación con el seguidor debe de ser constructiva, genuina y transparente, pero en muchas ocasiones no conversamos, sólo interrogamos, sintiéndonos la INTERPOL en la búsqueda de delincuentes.
Si deseamos hacer preguntas para iniciar un proceso de intercambio de ideas, para abrir un abanico de soluciones, para conocer qué piensa el otro, entonces preguntemos bien.
Pero ¿cómo es eso de preguntar bien?
Existen claves que nos ayudan a plantear las preguntas correctas dependiendo de la intención que tengamos. En coaching se les conoce como preguntas PARF: positivas, abiertas, de responsabilidad y de futuro.
El efecto es contundente. Las preguntas positivas son las que construyen, no destruyen. No es lo mismo preguntarle a un hijo ¿en qué fallaste? cuando su resultado escolar no es el esperado, a decirle ¿qué aciertos tuviste en tu curso y qué cambiarías para mejorarlo?
Las preguntas deben ser abiertas para que exista una exposición de motivos, opiniones e ideas en la respuesta. Decir ¿te enojaste? siendo evidente el enfado, no conduce a nada. Es preferible plantearlo de este modo ¿qué fue exactamente lo que te hizo reaccionar así?
Otro elemento de gran valor en una pregunta es que conduzca a la reflexión. ¿Para qué le dices a alguien que constantemente permite abusos?: ¿y qué más te hizo ese malvado? Lo que realmente le ayuda es ¿a qué crees que se deba que siempre permites que esa persona te trate así? Tendrá que dejar de victimizarse para asumir la responsabilidad de su integridad física y psicológica.
Las preguntas también deben apuntar al futuro para promover el cambio; no es útil quedarse en un pasado que ya no puede cambiarse. Puede ser un punto de partida para el análisis, pero en el presente está la decisión de transformarse y la pregunta conducirá a la visualización del futuro. No se plantea un cambio cuando se pregunta: ¿por qué nunca te dieron una promoción en ese empleo? Porque planteado así se buscarán culpables, como en el caso anterior y no habrá responsabilidad personal por lo ocurrido. Para enfocarla al mañana: ¿qué harás a partir de este día en tu nuevo empleo para ser ascendido a un mejor puesto en un mediano plazo?
Rescatemos los principios de la mayéutica socrática para hacer de las preguntas, todo un arte que contribuya a la construcción de un estado de bienestar.
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