El domingo 22 de noviembre, El País publicó en su columna “Opinión”, un interesante artículo que comparto con ustedes:Lectoras y asociaciones de mujeres recriminaron a este diario por haber publicado un artículo que culpa a las mujeres de violencia machista. El País responde que las opiniones expresadas son responsabilidad de los autores y no son necesariamente avaladas por ese diario que sólo se limita a facilitar un espacio para expresar la pluralidad de puntos de vista.El artículo de Enrique Lynch "Revanchismo de género", fue publicado el martes 17 de noviembre y su contenido ha provocado mucho malestar. La Defensora del lector ha recibo 60 quejas y numerosas llamadas telefónicas de todos los rincones de España. Lynch criticó el anuncio de una campaña contra la violencia de género se la Secretaría General Latinoamericana en la que Angie Cepeda dice: “De todos los hombres que haya en mi vida ninguno será más que yo”. El autor deduce que si no es más tendrá que ser menos y a eso los llama “anhelo de revancha" y se queja de que eso se difunda en un país vergonzantemente árabe y misógino como es España en donde han aumentado los actos de violencia perpetrados por hombres ignorantes y brutales que fueron gestados, amamantados y educados por mujeres.Los quejosos insisten en que dicho artículo no debía haberse publicado porque justifica la violencia de género y acusa a las mujeres de ser las culpables de esta. Yo opino que el anuncio de la Secretaria General Latinoamericana está mal redactado y mal planteado y que acusar a las mujeres que han sido adoctrinadas durante más 8000 años para educar a sus hijos como “machos” y ejercer ellas mismas la misoginia es no entender lo difícil que es escapar al mundo patriarcal. Es cierto que muchas mujeres son gestoras del machismo, pero es educándolas que se puede cortar el mal de raíz. Enrique Lynch es un hombre confundido y confuso, como lo es el anuncio de la campaña. No se trata de ser más que el otro, se trata de tener las mismas oportunidades y derechos sin dejar de reconocer nuestras diferencias. Porque iguales no podemos ni queremos ser.Patricia Rodríguez
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Yo pienso que el Estado y las estructuras rígidas temen al poder que, desde siempre, hemos tenido como mujeres. No podemos ser iguales, efectivamente, pero sí tener los mismos derechos y obligaciones. Afortunadamente y pese a que nos quieran callar, las mujeres tenemos el poder de deshacernos de creencias vejatorias y el poder de reeducarnos y educar de manera diferente. Es conciencia, acción y sobre todo convicción de que el mundo no es sólo mujeres y hombres, sino de diversidades tanto sexuales, culturales, de colores, sabores, no es un mundo del bueno o malo, sino de todo lo incluyente. Cosa que a los mandatarios y demás gente no quieren ver...pero que siempre hay que hacérselos notar para que no se les olvide.
Que manera de razonar del sr. Linch: (si no eres mas necesariamente eres menos) se le olvido que en las matemáticas existe el signo igual, lo que me hace pensar que proyectos van y vienen para eliminar la desigualdad de oportunidades dirigida a las mujeres dejando de lado a los hombres que seguramente también sufren el cambio y necesitan mas ayuda que nosotras.
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