¿Sabía usted que ocho de cada 10 pobres tienen y usan un celular? Me refiero a los adolescentes y adultos de ese universo de poco más de 66 millones que conforme al INEGI integran las clases socioeconómicas D y E del país; los más pobres.No cabe duda de que los desafortunados que forman parte de esos estratos difícilmente cuentan con recursos para pagar por artículos o servicios que no sean de primera necesidad. Para ellos, la telefonía celular no es un lujo sino la única forma -por ser la menos costosa- con la que cuentan para estar comunicados.En México hay pocos éxitos para celebrar en el sector de telecomunicaciones y sin duda el más relevante es la penetración de celulares entre la población. Éste es el único indicador del que podemos presumir: en términos generales, nuestro país cuenta con una penetración del 72% entre la población, lo que nos coloca adelante de países como India y China, con una penetración del 35.8% y 52%, respectivamente, y no muy lejos de Brasil que alcanza el 83%.Pero ¿cuál fue la fórmula aplicada para que la telefonía celular se extendiera hasta alcanzar hoy casi 78 millones de usuarios en el país? En sus inicios la telefonía celular era un lujo. En 1996 había apenas 1 millón de usuarios contra casi 20 millones de teléfonos fijos. Era claro que para amortizar la fuerte inversión en infraestructura que los operadores tuvieron que desplegar, era indispensable crecer la base de clientes y popularizar el uso de la telefonía celular.El primer paso fue la introducción del esquema de "prepago" en abril del 96, que a diferencia de la telefonía fija permitió pagar el servicio por anticipado, estableciendo un tope de acuerdo a las posibilidades de cada cliente, sin que existiera obligación de pagar una renta fija mensual. Ése fue el primer detonador del crecimiento de la telefonía celular. A partir de su introducción, el número de usuarios se incrementó a tasas del 70% en 1997, y 92% en 1998.Pero fue a partir de la introducción de la modalidad de "el que llama paga" en abril de 1999, que la fórmula para la universalización del servicio terminó de cuajar. Hasta entonces, el cliente celular pagaba por las llamadas que hacía pero también por las que recibía, haciendo caro el servicio para la inmensa mayoría de la población. Con la nueva fórmula, el cargo era responsabilidad de quien llamaba, por lo que el usuario celular pasó a pagar sólo por las llamadas que hacía.El éxito del esquema fue inmediato. En menos de un año el número de usuarios celulares despegó de 3.35 millones a 7.73 millones. Los 10 años siguientes fueron de crecimiento ininterrumpido hasta alcanzar los casi 78 millones de usuarios de hoy.Sin embargo, esta modalidad sólo aplicó a llamadas locales. Los clientes celulares tenían que pagar por las largas distancias que recibían, y en muchos casos optaban por no contestar. Para propiciar el aumento de larga distancia a celulares, la Cofetel hizo extensivo el modelo también para largas distancias, en un acuerdo que implicó la adopción de un calendario para la reducción de la tarifa que los móviles cobraban a los fijos por las llamadas que sus clientes hicieran a un celular. La mayoría de la industria firmó, pero los pocos que se opusieron recurrieron la medida por la vía administrativa y después por la judicial.Los quejosos alegan que el pago que se ven forzados a hacer constituye una transferencia de recursos de los operadores fijos a los móviles. Omiten mencionar que ese pago no sale de sus bolsillos sino del de sus clientes, al que le suman un sobreprecio de 60 centavos. Pero es de notar que pese a la reducción de la tarifa que los fijos tendrían que pagar conforme al calendario acordado, lo que los quejosos cobran a sus clientes no ha cambiado desde 2006. Es decir, el ahorro por la disminución de tarifas de los operadores celulares va para incrementar sus arcas. Es un negocio redondo.No juzgo a los particulares por promover sus intereses, están en su derecho. Tampoco entro en el debate legal. Pero me resulta inaceptable callar la crítica a legisladores y autoridades, a los que resulta fácil incrementar impuestos a estos servicios en 4% (3% más 1% de IVA), o a los que por falta de comprensión o por puro fundamentalismo han atentado en contra del único logro del que podemos estar orgullosos; el que cumple con el objetivo de ampliar la cobertura, y que hoy es responsable de que ocho de cada 10 mexicanos en situación de pobreza tengan a su alcance un medio de comunicación.
Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –
Gracias por tu comentario y que bueno que te gustó el artículo, creo que es necesario entender el transfondo de los debates para en todo caso, ser capaces de adoptar una postura informada. Te mando un saludo afectuoso,
Puri como siempre con temas de gran relevancia y sobre todo actualidad, siempre que te leo me quedo con importante informacion para compartir,
un abrazo desde Merida
Marilia
Hace muchos años, salia un comercial en TV donde la Doña Maria Felix, promovía el uso de la telefonía celular. Lo que en un principio era un servicio marcadamente elitista, en nuestro país se ha convertido en algo cotidiano... como bien tu lo marcas en tu fabuloso articulo, casi todo el universo de la sociedad mexicana tiene un celular.
Lo mismo está sucediendo con el Internet... hasta hace diez años, ni soñando podriamos los estratos menos opulentos de la sociedad tener acceso incluso a tenerlo en nuestro domicilio, pero ahora, por lo menos en mi pueblo, se está convirtiendo en un servicio de primera necesidad. La penetración masiva de los medios de comunicacion en nuestra vida diaria ha tenido un gran impacto, sin ella, tu no me podrias estar leyendo en este momento, y yo no hubiera sabido de tu articulo.
Ahora solo sugiero algo... vamos a darle un uso responsable a la tecnología...
Buen artículo y sería muy pero muy interesante educar a la gente en el uso del celular, para que no dejen ir su dinero por el aire. A todos nos ha tocado escuchar alguna conversación insulsa y admirarnos que no les importe gastar ese dinero en una llamada así que en comprar un libro y educarse, cultivarse, informarse más. Lo importante en un país es el buen uso de los pocos recirsos econímicos que sus habitantes tienen, Cuestión de EDUCACIÓN, no sólo de LIBERTAD DE COMUNICACIÓN, que en nuestro país ha caído en LIBERTINAJE. Saludos Sol
Comentarios
Puri
Puri
aprendo cada dia masBYE doris
un abrazo desde Merida
Marilia
Lo mismo está sucediendo con el Internet... hasta hace diez años, ni soñando podriamos los estratos menos opulentos de la sociedad tener acceso incluso a tenerlo en nuestro domicilio, pero ahora, por lo menos en mi pueblo, se está convirtiendo en un servicio de primera necesidad. La penetración masiva de los medios de comunicacion en nuestra vida diaria ha tenido un gran impacto, sin ella, tu no me podrias estar leyendo en este momento, y yo no hubiera sabido de tu articulo.
Ahora solo sugiero algo... vamos a darle un uso responsable a la tecnología...
GRACIAS POR APORTAR.