QUE TAL TE QUEDA EL PAPEL DE VÍCTIMA
La mayoría de nosotros conoce demasiado bien lo que es ser rechazado en una relación que ha sido muy importante. Cuando esto ocurre, solemos sentirnos víctimas. Sentimos que nos han hecho daño, que nos han despreciado y que otras personas se han aprovechado de nosotros. Empezaremos a sentir que el amor es peligroso y potencialmente doloroso, sintiéndonos miserables, enojados, deprimidos y con miedo a amar. El mundo parece haber sido tan injusto que ya ni siquiera estamos seguros de si queremos seguir viviendo en él.
Muchos de nosotros que nos encontramos alguna vez en el papel de víctima, o sentimos que las cosas nos salen siempre mal en nuestras relaciones, descubrimos que sentimos todo esto porque siempre interpretamos el papel de víctimas en nuestras vidas. Hasta habremos llegado a sentir que para sobrevivir “deberíamos” interpretar este papel. Nos pareció que nuestras experiencias en la vida estaban producidas por todo lo que ocurría alrededor nuestro y que teníamos poca o ninguna elección en ese aspecto.
El ego nos hace creer que somos víctimas de nuestras relaciones porque en el nivel más profundo sentimos que no merecemos el amor. No quiere que conozcamos el gran secreto: que no es la manera que la gente tienen de tratarnos la que nos hace víctimas. Más bien son nuestros propios pensamientos. Nuestros propios pensamientos sin amor por nosotros mismos lo que nos hieren. Nos ponemos en el papel de víctimas cada vez que negamos que los sentimientos de ser una víctima se originaron en nuestras propias mentes.
Solemos entonces, elegir relaciones que son reflejos perfectos de la creencia de que no merecemos amor. Entonces moldeamos y manejamos esas relaciones para satisfacer nuestras percepciones internas nuestras expectativas Cuando las cosas van mal, o cuando nos rechazan, la percepción de que somos víctimas una vez más parece demostrada por la “prueba” del mundo exterior.
Al estar en el rol de víctimas, con frecuencia pensamos: ¿qué hice para merecer esto? Vamos por la vida sintiéndonos encarcelados y a menudo percibimos a las otras personas como “queriéndose apoderarse de nosotros”, sin darnos cuenta de que solamente son nuestras memorias que nos aprisionan de esa manera. Pensamos que el “enemigo” está en el mundo exterior, luchamos por liberarnos del mundo, de quienes lo habitan, de nuestras relaciones, de la Fuente Creadora y de nosotros mismos.
Las relaciones están destinadas a ser desastrosas o, por lo menos, insatisfactorias, mientras proyectamos nuestro papel de víctima al mundo exterior. Pero la sensación de ser víctima comienza a desaparecer en el momento en el que reconocemos que este papel es sólo una proyección de nuestra propia mente.
Nos desprendemos de la esclavitud que nos impusimos cuando tomamos 100% la responsabilidad de nuestros pensamientos y nuestras acciones. Cuando deseamos reconocer que somos nosotros los que creamos relaciones negativas, entonces crearemos también las positivas. Todo comienza cuando optamos por abandonar el papel de víctima y decir lo siento perdóname por lo que hay en mi que atrae este tipo de relaciones, tu no puedes cambiar el mundo, pero si puedes cambiar tu, y si cambias tu, cambia tu mundo por que cada uno crea su propio mundo, todo lo que percibes esta dentro de ti, el proyector esta adentro no afuera.
¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!
Comentarios