Publicado por SILVIA PULIDO el 18 de Diciembre de 2008 a las 8:18pm
Hola, escribo esto porque ayer tuve una conversación con un querido amigo que me comentaba lo dificil que es para él el ver a su hijo de 7 años de edad, ya que tiene dos años de divorciado y a pesar de cumplir con la manutención de su pequeño, su ex le dificulta con mil y un pretexto el poder disfrutar su rol de papá, a mi me consta porque lo conozco, que mi amigo es un buen hombre, trabajador, tranquilo, responsable, fiel, cariñoso, y muchas cualidades más, pero esto no ha sido suficiente para que pueda llevar una buena relación con su ex mujer, lo cual ha provocado que ella manipule y chantajé a mi amigo, para poder "prestarle" al niño cuando no le toca verlo, o dejarselo cuando ella tiene alguna cita. Yo pensaba mientras escuchaba a mi amigo, en cuántos casos como éste conozco, y en verdad me asombré, Y se me ocurrió hacer una reflección sobre los hombres que están cerca de mi, para tratar de darles la razón a las mujeres por tomar este tipo de medidas, puesto que los hombres se supone que son: "infieles" "insensibles", "irresposables", etc. etc. y me llevé una agradable sorpresa al darme cuenta que MIS hombres (y yo creo que los de muchas), son hombres buenos cariñosos, pacientes, responsables, y creanme algunos maltratados, chantajeados, manipulados, humillados, agredidos verbalmente, e incluso fisicamente, y me pregunté ¿existe algún Instituto que proteja a los HOMBRES?.No lo sé, pero mientras lo averiguo, yo por lo pronto voy a valorar, a chiquear, y a consentir a MIS HOMBRES (esposo, hermanos, amigos, hijos etc) y les invito a ustedes amigas a hacer lo mismo.Al fin y al cabo acuérdense que quien educa a un HOMBRE es una MUJER.Un fuerte abrazo.
Gracias por tus comentarios Cecy, estoy absolutamente de acuerdo. Y sería en verdad interesante darle seguimiento a tu idea. Cuenta conmigo para organizarnos.
Un abrazo
Me parece muy acertado tu artículo porque efectivamente, las mujeres estamos en un proceso de despertar para ejercer nuestros derechos, pero algunas no han comprendido que éstos terminan, cuando empiezan los derechos de los demás.
Desafortunadamente, el caso de tu amigo y el del compañero Memo no son casos aislados. En mi caso, conozco dos casos similares. Por ejemplo, la exesposa de mi sobrino, le niega convivir con su pequeña, a pesar de que él cumple puntualmente con la manutención. Yo me pregunto: ¿Acaso este tipo de mujeres no se dan cuenta del daño emocional, psicológico y afectivo que provocan a sus hijos?
En mi caso, cuando me separé del padre de mis hijos, le dije. "Por nuestra salud emocional, es mejor separarnos, pero tú sigues siendo su papá. Por favor, convive con ellos, acércate a ellos". ¿Sabes cuál fue su respuesta? "Eso es algo que a ti no te compete. Yo sabré si los veo o no". Coherente con sus palabras, se fue y durante mucho, mucho tiempo se olvidó de ellos. No lo busqué para exigirle ayuda económica ni su presencia en la vida de mis hijos. Dejé que el tiempo nos colocara a cada cual en nuestro lugar. En fin, sería largo de contar.
A lo que quiero llegar es a la conveniencia de organizarnos como un grupo de mujeres en pro de los derechos de padres y madres. Rescatar la necesidad de fijar límites al abuso de "derechos" de aquellas madres que niegan el contacto de sus hijos con sus padres. Siempre y cuando se demuestre que ellos (los padres) llevan una vida honorable y son una influencia positiva en la educación de los hijos.
Cecy
SILVIA PULIDO: Sensatez, elemental respeto a los derechos individuales, sentido común.... son los mínimos o máximos calificativos a tu artículo anterior. No creo necesario un Instituto para el Hombre, que ayude a que los padres podamos ver a nuestros hijos en casos de divorcio. Tan solo hacen falta autoridades que apliquen las leyes y no sean sujetos de tráfico de influencias. Mi caso es muy parecido al de tu amigo, con algunas variantes: Hace tres años un juez sentenció la convivencia padre-hija 2 días cada dos semanas. Sin embargo, mi ex suegra tiene 23 meses sin permitir que yo pueda ver a mi hija, de tan solamente 11 años y medio. Es verdad que un tercio del tiempo transcurrido desde que mi ex suegra me expulsó del hogar conyugal, hace 5 años y medio, no he podido pagar la alta pensión que fijó el juez porque: tuve quiebra financiera y mi empresa está cerrada y, además, sufrí tres infartos cerebrales. Comprenderás que no tengo trabajo ni ingresos y que los últimos años he vivido con una austeridad casi monacal. Mi exposa simplemente se hace a un lado y no interviene, ni se nada de ella. Todos los días llamo a su oficina para pedir me permita ver a mi hija, pero su secretaria no pasa las llamadas. Durante algún tiempo, el juez obligó a mi exposa a llevar a mi hija, para poder verla, al Centro de Convivencia Infantil (en realidad la chofera era mi ex suegra) pero ya ni con ese derecho cuento. En reralidad han pesado más las influencias de la abuela materna de mi hija.¿Qué puedo hacer? Solicité a una señora muy importante, una carta personal de recomendación ante mi ex suegra, para ver si así entiende que no debe obstruir la relación padre-hija. Además, una organización social del Edomex, va a mandar miles de e mails a mi ex suegra y exposa, pidiéndoles que se toquen el corazón y ya no violenten más los derehos de mi hija....! Por respeto a mi ex suegra, exposa y a RETOS FEMENINOS no menciono los nombres.
Comentarios
Un abrazo
Desafortunadamente, el caso de tu amigo y el del compañero Memo no son casos aislados. En mi caso, conozco dos casos similares. Por ejemplo, la exesposa de mi sobrino, le niega convivir con su pequeña, a pesar de que él cumple puntualmente con la manutención. Yo me pregunto: ¿Acaso este tipo de mujeres no se dan cuenta del daño emocional, psicológico y afectivo que provocan a sus hijos?
En mi caso, cuando me separé del padre de mis hijos, le dije. "Por nuestra salud emocional, es mejor separarnos, pero tú sigues siendo su papá. Por favor, convive con ellos, acércate a ellos". ¿Sabes cuál fue su respuesta? "Eso es algo que a ti no te compete. Yo sabré si los veo o no". Coherente con sus palabras, se fue y durante mucho, mucho tiempo se olvidó de ellos. No lo busqué para exigirle ayuda económica ni su presencia en la vida de mis hijos. Dejé que el tiempo nos colocara a cada cual en nuestro lugar. En fin, sería largo de contar.
A lo que quiero llegar es a la conveniencia de organizarnos como un grupo de mujeres en pro de los derechos de padres y madres. Rescatar la necesidad de fijar límites al abuso de "derechos" de aquellas madres que niegan el contacto de sus hijos con sus padres. Siempre y cuando se demuestre que ellos (los padres) llevan una vida honorable y son una influencia positiva en la educación de los hijos.
Cecy