Cada vez que termina un año, sin importar si celebras o no las fiestas, si eres religioso o no, es natural que hagamos todos un “corte de caja”, un balance de lo que logramos, lo que quedó pendiente y lo que aseguramos será el siguiente año.
No es de extrañarse, que más allá del bullicio de las fiestas, el cierre de año genere presión, expectativa, obligaciones y decepciones.
Queremos lograr el cierre perfecto, cuando en realidad es que muchos pasamos “de panzazo” porque o nos pusimos alternativas muy altas, o nos sorprendió la vida y giró nuestra ruta, esa que creíamos inamovible, o porque hubo pérdidas en el camino y creo que también porque no nos dimos el tiempo de reconocer las verdaderas bendiciones que recibimos.
Te invito a hacer un balance de lo que ocurrió este año, recorre mes a mes los eventos, encuentros, desencuentros, logros, pérdidas, citas, cursos, fiestas, entierros, viajes, cancelaciones, enojos, peleas, reconciliaciones, en fin, todo lo que recuerdes.
Primero date cuenta qué porcentaje de lo que ocurrió lo tenías planeado y qué porcentaje no. ¿De qué te das cuenta? ¿Valió la pena planear tanto?
Y segundo, evalúa los enormes aprendizajes que recibiste de aquellas situaciones que a primera vista consideras “negativas” de este año….. Esas son las verdaderas bendiciones, las que te hicieron voltear hacia arriba pidiendo ayuda, las que te hicieron voltear a ver a los tuyos cuando te sentiste perdida, las que te hicieron probar la fuerza que creías no tener.
Date cuenta que no eres la misma que comenzó el año, que tienes mucha más experiencia, fortaleza, que has cerrado ciclos a lo mejor casi sin saberlo, que te ha sorprendido la vida con encuentros que seguramente resultaron dolorosos y que sin embargo, te ayudaron a sanar viejas heridas.
Hoy estás en otro lugar completamente que hace un año aunque en apariencia todo te pudiera parecer igual. No hay forma de que el tiempo, el contacto, el caminar por la vida, nos deje iguales.
Agradece y bendice porque tengo la certeza de que el siguiente año requerirá mucho de lo que obtuviste en este.
Déjate sorprender, no desees lo mismo que siempre, al contrario, ábrete a lo no conocido, a lo nuevo, a lo que nunca has vivido, agradece por la gente que estará en tu camino y también agradece por la que se hará a un lado, por lo que aprenderás y por lo que te darás cuenta que vale la pena desaprender.
No desperdicies tu energía y gran potencial en lo que no fue ni en lo que tu crees que tiene que ser, aprovecha la grandeza del universo y confía en él.
ADRI ESTEVA
Comentarios
bonito! gracias