Si a un pequeñín le pides que cierre los ojos y extienda los brazos con las manos abiertas, lo hará feliz, con el corazón agitado, esperando algo maravilloso que seguramente descubrirá cuando le digas ¡ábrelos!
Lamentablemente, con el paso de los años algo sucede, que esa seguridad que el niño tenía de recibir algo agradable, se convierte en miedo. Desconfía de lo que vendrá y la emoción se transforma en angustia. Esta sensación de temor a lo desconocido ya no cabe en un mundo que cambia a la velocidad del nuestro.
La capacidad de asombro es la mejor aliada que tendrás en tiempos en que una pronta y creativa respuesta es altamente valorada. Si llega al mercado un nuevo teléfono, si la empresa instaló un software innovador, si ahora se imparten y se toman clases en línea, si se practica el e-business y el e-commerce, si actualmente la presencia de las empresas en diversos países es algo común, si la mayoría de las personas está presente en las redes sociales; entonces necesitas una inspiración distinta a la que constituye tu experiencia por lo vivido.
El pasado te aporta experiencia, pero no la suficiente para afrontar con éxito los cambios que llegan como una enorme ola a la vida de los individuos, de las familias y de las empresas; por ello, es que la capacidad de asombro contribuye a la proactividad que te hará protagonista de la transición. No hay que esperar “el chorro de agua fría” en el rostro, hay que pensar qué arrojarás al mundo para que lo bañe de asombro.
Hay muchos ejercicios para despertar la creatividad y activar el hemisferio derecho del cerebro cuando se encuentra aletargado, cuando las ideas no llegan; por ejemplo, intenta dibujar un árbol con la mano con la que no acostumbras escribir, pero, además, procura que no sea un árbol como los que siempre dibujamos (no sé porqué) con un tronco grueso y un follaje que simula un conjunto de nubes en cúmulo y que permite ver algunas manzanitas incrustadas en él. No, la idea es desarrollar primero la capacidad de observación y de entre muchísimos tipos de árboles que se pueden observar, crea con la imaginación un árbol original. ¿Difícil?, no tanto como crees.
Otro ejercicio consiste en que muevas las cosas del lugar en el que habitualmente las colocas: el bote de basura, los vasos de la alacena, tus anteojos…para que cuando automáticamente te encamines hacia el objeto, tengas que pensar en la nueva ubicación.
Uno más es la lectura. Después de leer alguna historia de tu agrado, imagina dos o tres finales diferentes al que propuso el autor. Eso despertará tu creatividad y así, irás recuperando tu capacidad de asombro.
Si te logras asombrar a diario por lo que hay a tu alrededor, por la vida que tienes, por las cosas que te suceden; no sólo estarás preparado para lo que venga, serás quien proponga lo que venga y, por supuesto, un ser humano más feliz.
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