¿Eres inteligente?, pero…¿emocionalmente inteligente?
De acuerdo con Reuven Bar-On, la inteligencia emocional es “la capacidad de entender y encaminar nuestras emociones para que éstas trabajen para nosotros y no en contra, lo que nos ayuda a ser más eficaces y a tener éxito en distintas áreas de la vida”.
Para saber si eres emocionalmente inteligente y poner a prueba tu autoconocimiento, debes plantearte algunas preguntas:
¿Te respetas aún estando consciente de tus debilidades?
¿Reconoces tus emociones y comprendes el impacto que tienen en tus pensamientos y acciones?
¿Sabes cuál es la mejor manera de sentirte autorrealizado?
Las respuestas a estas preguntas te permitirán desarrollar la primera dimensión de la inteligencia emocional: la percepción de ti mismo.
En una segunda dimensión está la expresión de ti mismo. Responde:
¿Sabes expresar con claridad y firmeza lo que sientes y piensas, sin ofender a otros?
¿Eres capaz de expresar tus sentimientos y emociones con palabras y sin ellas?
¿Te consideras lo suficientemente autónomo para crear tu felicidad, sin que intervengan los demás?
Después, viene el componente interpersonal que aborda aspectos como los siguientes:
¿Tienes la habilidad de entender cómo se siente la otra persona sin intentar solucionar su vida?
¿Puedes afirmar que has sido capaz de cultivar relaciones duraderas basadas en la confianza mutua?
¿Te preocupan los demás y sientes placer en servir y en dar?
El cuarto componente es la toma de decisiones que te lleva a responder:
¿Tienes claridad en cuanto al impacto que tus emociones tienen en tus decisiones?
A pesar de lo que puedas sentir ¿Consideras que tienes la capacidad de ver objetivamente las situaciones problemáticas, antes de tomar una decisión?
¿Has desarrollado la autorregulación de manera que te evite tomar decisiones compulsivamente?
El último factor desde la perspectiva de Bar-On se relaciona con el estrés:
¿Eres una persona adaptable a las circunstancias? ¿Eres flexible en ciertas situaciones, aun siendo adversas?
¿Has manejado positivamente momentos de elevado estrés? ¿Lo canalizas positivamente?
¿Mantienes una actitud positiva, incluso, frente a presiones fuertes? ¿Conservas siempre la esperanza?
Son muchas preguntas, pero son una alternativa para conocerte mejor y determinar qué tan inteligente eres, emocionalmente hablando, y mejor aún, te permitirá saber en qué áreas hay que trabajar para sentirte bien contigo mismo y con los demás. ¡Haz la prueba!
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