Las lagrimas limpian el alma, aligeran el dolor que carga el corazón y abren las puertas del cielo.
La idea errónea que el llanto una forma de expresar sufrimiento, o que representa la forma en que las personas débiles expresan su sentir podría ser la forma más limitada que existe y para entender el verdadero valor de las lagrimas.
Las lagrimas purifican al alma. El llanto conecta una parte intima e intangible del ser con el mundo externo y concreto. Estas, tienen la magia de transformar un sentimiento abstracto en una gota de agua suave y palpable. Es por eso por lo que las lágrimas tienen el valor de estimular las emociones convirtiéndolas en intenciones que subliman y enaltecen al alma.
Existen muchas creencias que insisten que cuando una persona llora, sus lagrimas pueden abrir las puertas del cielo, mover montañas y despertar la voluntad, por esta razón se dice que las plegarias que se dicen con lagrimas sinceras son escuchadas clara y directamente, ya que son una expresión honesta del corazón.
Las lagrimas tienen gran versatilidad. Hay lágrimas que surgen por la desesperación y la impotencia, pero también hay lágrimas que provienen del anhelo y la esperanza. Hay lagrimas de alegría y de la gratitud. Otras lagrimas surgen cuando no hay palabras que permitan expresar la magnitud de lo que se siente.
No todas las lagrimas son expresiones de dolor o de debilidad, de hecho, muchas lagrimas fortalecen el carácter y limpian el malestar causado por situaciones complejas. Por lo que cuando una persona puede llorar siente inmediatamente un desahogo y se liberan de su sufrir.
La mala reputación que tienen las lagrimas proviene del hecho que algunas personas lloran y caen en la autocompasión provocando una actitud de queja, descontento e impotencia. De hecho, hay personas que lloran solo por llorar. Asumen que el llanto les podrá resolver sus problemas así, causan lastima y culpa de otros.
Una nueva forma de percibir a las lagrimas podría ser el reconocer que estas son alarmas espirituales que sirven para despertar los deseos íntimos que invitan a la superación. Un llanto sincero y con intención tiene el poder de crear un dialogo entre la persona y su fe, sea de la forma que cada uno la quiera y pueda reconocer.
Las dificultades y los desafíos de la vida son excelentes conductores que motivan y estimulan la búsqueda y la lucha para salir adelante, las lagrimas entonces se convierten en aliadas y en soldados defensores que inspiran y reconectan a las personas con su humildad reconociendo que están lastimados y que tiene la oportunidad de sanar, buscar apoyo y eventualmente sentirse mejor. Incluso del peor dolor, uno puede crecer espiritualmente, reconocer que hay un poder superior por lo que puede transformar sus sufrimientos en oportunidades para crecer.
Las lagrimas son valiosas, no hay que gastarlas en sufrimientos o quejas que no tienen sentido. Cuando se aprende a apreciar las lagrimas uno encuentra un poder especial.
La receta
Lagrimas valiosas
Ingredientes:
Valor – reconocimiento de que lagrimas limpian y fortalecen el espíritu
Humildad – aceptar que hay dolor, preocupación o gratitud profunda
Sinceridad – honestidad y claridad de los sentimientos personales
Intención – dirigir el llanto para construir, aliviar y poder sanar
Conciencia – apertura para aceptar el dolor y la alegría sin restringir o negar los sentimientos
Afirmación personal para poder dirigir las lagrimas
Lloro porque puedo, porque siento y porque necesito. Estoy en paz con mi alma y cuando lloro se que la purifico y descargo el peso que cargo. Reconozco que las lagrimas me recuerdan que tengo sentimientos nobles. Llorar no me hace una persona débil o dependiente. Mis lagrimas son expresiones sinceras que me sirven de desahogo y de consuelo. Mis lagrimas son valiosas y no las gasto en vano. Lloro cuando ocupo recordarme que, aunque sea difícil lo que me sucede voy a encontrar salida, solución y me puedo sanar.
El valor de las lagrimas:
- Se vale llorar sin vergüenza. El dolor es legitimo y no tiene nada de malo expresarlo. Pensar que uno es invencible y no se puede quebrantar es ser una persona arrogante que pierde la sensibilidad y la posibilidad de que otros le puedan ayudar o demostrarle su cariño.
- Las lagrimas son preciadas. Cuando uno llora con sinceridad sus lagrimas son una moneda espiritual muy valiosa ya que expresan con sinceridad y humildad los sentimientos íntimos del ser.
- Las lagrimas aclaran y transforman a los pensamientos en razones firmes para luchar y dejar de sufrir. La verdad es que un corazón quebrantado no es un problema. Llorar tampoco lo es, pero no hay que desperdiciar las lagrimas con culpa ni darles una licencia para dejar de luchar por uno mismo.
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Becky Krinsky | Life-Coach, Author, & International Speaker
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