Muchas de nosotras vivimos sabiendo que lo somos, pero reflexionar sobre lo que esto significa, nos lleva a pensar y diseñar la forma que elegimos de ser mujer y dejar una huella en el mundo.
Esto es importante porque en el Día Internacional de la Mujer, conmemoramos no sólo la lucha por tener derechos igualitarios, también la responsabilidad de ejercerlos; no sólo el valor de la justicia, también nuestra obligación de asegurarla para todos. Porque juntas, pero una por una, hemos cambiado la historia y volveremos a hacerlo.
Estos son los relatos de 6 mujeres que desde distintas perspectivas se apropian de lo que para ellas significa ser mujer.
MARICARMEN BERNAL: experta en temas de Inclusión de género con enfoque de negocios y delegada para México en el W20
Nunca me había preguntado, para mí ¿qué significa para mí ser mujer? Es la primera vez que alguien me lo plantea. Quizá porque en realidad soy una persona plena que no busca explicar por qué es mujer o no es mujer. Es parte de mi plenitud y de mi ser mismo. Yo no me entendería y no sería la que soy si no fuera mujer.
Hay tres palabras que explican para mí qué es serlo.
1. Agradecimiento. No tengo más que agradecerle a la vida que me dio oportunidad de vivir este género.
2. Privilegio. Soy privilegiada porque realmente nací en un siglo lleno de oportunidades para crecer tanto a nivel educativo como laboral y familiar.
3. Trascendencia. Es muy importante que cualquier persona trascienda y creo que una mujer que trasciende es una mujer que genera impacto y ayuda para los demás.
Por lo tanto para mí, ser mujer no es otra cosa más que ser yo misma y ser plena.
KARLA HORTON: comunicóloga y emprendedora y aficionada al deporte
Ser mujer significa ser luz y fortaleza. En la historia de la humanidad la mujer ha sido considerada menos que el hombre pero con la fortaleza que nos determina, hemos demostrado que tenemos cualidades importantísimas y que si las complementamos con las cualidades de los hombres podemos hacer un gran equipo del cual surgen cosas extraordinarias.
Ser mujer es ser luz por siempre dedicarnos con amor y pasión a la familia, a los amigos y al trabajo, multiplicándonos siempre para dar lo mejor de nosotras. Ser mujer es un privilegio y debemos sentirnos orgullosas de lo que somos, de lo que hemos logrado y de lo que podemos lograr.
CRISTINA MENCHACA: pedagoga, coach, speaker, trainer, blogger y mamá
Ser mujer para mi ha sido un hermoso camino de autoconocimiento y descubrimiento. Provengo de una familia en su mayoría femenina en donde el papel de la mujer se ha dibujado alrededor de la maternidad y de la creación. Mi madre me enseñó con su ejemplo a no depender por completo del hombre, a buscar desarrollarme y aprender siempre. Estudié en un colegio de mujeres por lo que nunca experimenté ningún tipo de rechazo o exclusión por género, siempre pude participar en todo lo que deseé.
Sin embargo, me di cuenta de la complementariedad con el hombre un poco tarde y me ha costado varios años aprenderlo. Ahora vivo en un hogar en donde soy la única mujer y tengo la responsabilidad de formar a dos hijos varones (y un esposo) y lo hago desde la valía de mi misma. Les enseño que tengo pasiones y necesidades al igual que ellos y que en nuestro hogar todos participamos de la misma manera y tenemos derechos y obligaciones por igual.
Ser mujer es una fortaleza que me ha permitido ser versátil a lo largo de la vida. Gracias a mi feminidad he podido conquistar varias cimas, reinventarme y crear una gran red de mujeres que siempre han estado apoyándome, sosteniéndome y ayudándome a seguir adelante. Los hombres de mi vida me han ayudado a descubrirme diferente y maravillosa y me han enseñado que ser distintos, nos ayuda a ser mejores.
Me considero afortunada porque he podido tocar la vida de otras mujeres y estoy convencida de que todas mis experiencias de vida han tenido un propósito y ¡estoy lista para compartirlas con más mujeres!
MARÍA ESTHER POZO: comunicadora, escritora, profesora, mamá y militante de la Liga de la leche
Una amiga dice que ella hubiera preferido mil veces ser hombre, porque para ellos todo es más fácil, desde algo tan simple como hacer pipí hasta ocupar altos puestos en empresas, en el gobierno o en organismos internacionales. Y sí, la verdad es que los hombres, históricamente, han gozado de privilegios que han producido una brecha tremenda respecto a las mujeres, que muuuy poco a poco se ha ido cerrando de modo que, al ritmo actual, en 200 años ya podremos decir que existe igualdad de género*.
Aun así, yo no cambiaría por nada ser mujer. Para mí esto ha significado poder vivir muchas vidas. Para empezar, ser madre y padre (que es lo típico de la familia mexicana; ver Roma como el ejemplo más reciente -y famoso hoy en día- de esta doble responsabilidad que recae casi invariablemente en las mujeres). También, pasar de creer en los cuentos de hadas, buscar al príncipe azul y elegir una carrera MTC (“Mientras Te Casas”) a evolucionar naturalmente al feminismo; o trabajar como si no tuviera otra cosa que hacer y militar en “La Liga de la Leche”, amamantando como mi abuela: mañana, tarde y noche… Y así podría seguir enlistando todo lo que ha hecho mi vida mucho más difícil, pero también más diversa y rica. ¿Lo mejor de ser mujer? Algo que no he visto para nada entre los hombres. Eso que se llama “sororidad”: solidarizarnos las unas con las otras y apoyarnos hasta morir.
* Informe Global sobre la Brecha de Género 2018, Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés).
NATALIA RODRIGUEZ: consultora en investigación de mercado y mamá de María.
Hasta hace 3 años no me había hecho esta pregunta con tanta frecuencia. Ser mujer fue el accidente biológico que me concibió con este sexo y no otro. Soy Natalia, mi sexo es femenino.
¿Siempre me ha gustado ser mujer? No. Pero tampoco quería ser niño. Es decir, no me gustaba ser niña y jugar sólo con juguetes de niña o tener que poner más atención en la manera en la que me sentaba y comportaba, en los deportes o actividades que elegía, en la forma que hablaba, la carrera que iba a estudiar, o todas las competencias/habilidades que era mejor desarrollar para tener con qué garantizar una “vida”.
Cuando me explicaron lo que implicaba ser mujer biológicamente (dejar de ser niña para ser mujer a través de la primera menstruación) sentí tristeza. Yo no quería dejar de ser niña, perder esa posibilidad antes que mis amigos o primos que eran niños todavía.
Entonces viví en un limbo extraño de rechazo a la condición de ser mujer, tratando de no vivir duelos de paso. Ahora pienso que ser mujer es duro, pero también he descubierto que puede tratarse de tener más opciones, de valorar y entender el mundo de otra manera, de sacar provecho a eso que siempre tenemos a flor de piel.
Entonces, algunas veces respondo a esta pregunta abriendo puertas y otras cargando culpa. Lo cierto es que ahora incluyo dentro de mi boost de autoestima o terror, esta característica mía. Soy mujer.
SYLVIA WARDLY: trabajadora social, amante de las culturas y mamá de 3
Ante la gran pregunta: ¿para ti, qué es ser mujer? me vienen ideas conmovedoras que aunque son reales, genuinas y verídicas, son respuestas que no todas compartimos. Justamente esa variedad de roles y puntos de vista son los que nos hace mujeres.
Yo, como muchas otras, tengo un sinfín de facetas cargadas con emociones, pensamientos y humores que a veces hasta son contradictorios. Sin embargo, mi honestidad, dedicación, sentido de humor y amor se mantienen igual en cada una de mis versiones.
No puedo separar el hecho de ser madre y de ser mujer, ya que para mí, el día que mis hijos me convirtieron en mamá, fue el día que la vida cobró valor y se hizo evidente mi propósito: ser madre. Ese es mi llamado, aunque me tomó 14 años reconocerlo abiertamente por el prejuicio de que “ser mamá no es suficiente”. Hoy que mis hijos son más grandes siguen siendo mi motor, pero ahora, además, puedo dedicarme a explorar y disfrutar otras facetas apasionantes de mi vida.
Madres, profesionistas, casadas, solteras, homosexuales, heterosexuales y lista sigue. Habemos mujeres de todos colores y sabores que con cada acción y decisión construimos lo que es “ser mujer” para nosotras y para el mundo, un privilegio y una responsabilidad que no podemos desperdiciar. Y para tí ¿qué significa ser mujer?
Esta entrada fue publicada originalmente en el blog de Dalia Empower
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