Por Angelina Sánchez-Vilchis
Cuando era niña, siempre me preguntaba qué hubiera pasado si en vez de ir en bicicleta por el parque, hubiera ido por la calle, y hubiera dado vuelta a la derecha en vez de la a la izquierda… Qué experiencias maravillosas me ocurrirían si en vez de tomar un camino, ¿tomaba el otro? ¿Se me aparecería un hada madrina? ¿Encontraría el jarrón de oro al final del arcoiris?... Siempre surgía la misma duda, ya sea que tomara un camino o el otro.
Cuando tuve edad de ir por la calle en bicicleta hice el experimento y doblaba en una calle a la izquierda y después volvía a recorrer el camino doblando al lado contrario, claro que esto no era posible al mismo tiempo, pues los eventos eran diferentes y en distinto momento, por lo tanto todo era diferente y no había poder humano para que viviera el mismo evento en el mismo tiempo, por lo tanto, me di cuenta de que “el hubiera”, no podía existir, ya que nunca sabría lo que habría sucedido. Es humanamente imposible saberlo, sólo lo dejamos a la imaginación. Y si a esto le agregamos que si tomamos un camino y nos sucedió algo bueno, pues creemos que esa era el camino correcto, pero qué pasa si nos sucede algo terrible, o una experiencia nada agradable, pues le echamos la culpa a… “Es que me fui por la derecha en vez de por la izquierda, y si este pensamiento lo trasladamos a cuando somos adultos, sería de este modo: “Es que, por qué me casé con Juan, en vez de con Pedro, él sí me quería…” Y así todos los eventos de nuestra vida, a veces los ponemos en una situación de mejor hubiera elegido esta carrera en vez de la otra, o mejor no hubiera renunciado a este trabajo, o por qué compré el azul, si quería el verde.
Creamos o no, todo absolutamente todas las decisiones que tomamos en nuestras vidas, son las correctas, por eso Dios nos dio libre albedrío, ya que de cualquier manera el camino que tomemos será el indicado para aprender algo, para evolucionar. Cada quien vive experiencias distintas porque cada uno de nosotros venimos a este mundo a adquirir conocimiento único para evolucionar.
Comentarios
Dicen q el "hubiera" no existe...Y me parece q tiene mucho d verdad.
Me sucedìa tàn amenudo el pensar..."Si hubiera hecho lo contrario", o si "hubiera dicho esto o lo otro"
Total q finalmente sòlo me inquietaba y atormentaba con el "hubiera"...Ahora se q las cosas tienen
una finalidad d ser y muchas veces son situaciones para aprender y seguir avanzando por la vida con esa experiencia.
Angely...Muy buenos blogs, siempre leyendote.