Es para impresionarnos el impacto que tienen nuestros pensamientos en nuestras vidas, ya que un niño nace como un lienzo en blanco, con una mente fresca, lista para aprender.
¿Y qué aprende en casa? Lo que papá y mamá les enseñan, pero papá y mamá, como buenos padres, dan el 100 de lo bueno que tienen por el amor que le tienen a sus hijos.
Pero, ¿qué crees? Que ese 100 viene contaminando también de lo malo que vivieron cuando eran pequeños y que se quedó grabado en su inconsciente.
O sea, que los papás inconscientemente están pasándoles todo eso a sus hijos.
¿Y por qué el día de mañana ese niño crece y su mente está programada para resistirse al éxito? El problema es que nuestro cerebro reptiliano, la parte primitiva de nuestra mente, aunque tengamos las mejores intenciones, tristemente, está programado para rechazar lo desconocido y quedarnos en nuestra zona de confort porque ahí tomamos menos riesgos y gastamos mucho menos energía.
Entonces, ¿qué heredamos de nuestros padres? La verdad, sus buenas intenciones, pero también las heridas de sus historias. Por eso constantemente nos estamos boicoteando y procrastinamos todo para el día de mañana.
Si tenemos que terminar un trabajo decimos: “Ay no, mañana lo hago”, “Ay no, después”. Si estoy haciendo una tesis me levanto a cada rato, me distraigo con cualquier cosa y nunca la termino o dejo todo para el último momento.
Igual con el arreglo de la casa… o con cualquier cosa. El caso es que no logro el éxito que yo quiero y después digo: “No es justo, tengo 10 cosas pendientes y no las termino”. Después, ¿recuerdas qué pasa? ¡Esto lo cargamos en la espalda!
Eso ya te lo he dicho en muchísimos mails antes, que en la espalda cargamos los pendientes, lo no terminado y después nos preguntamos por qué las hernias o los discos y todo lo que surge. ¡Es todo lo que cargamos de pendientes!
La solución a todo esto es hacer una lista de las prioridades para empezar a programar nuestra mente y tener un orden en nuestra vida.
Hay que hacer una lista conforme requiera realizar mis prioridades, después estirarme antes de empezar (ayuda muchísimo a soltar el estrés y los nervios), respirar profundo, tomar agua, sonreír…
Me vas a decir, ¿por qué sonreír? Para que antes de siquiera comenzar ya estés liberando serotonina. Si dices: “Ay, qué flojera, tengo que terminar este trabajo”, imagínate cómo comienzas, ¡liberando cortisol!
Acuérdate que los pensamientos van a dictar el resultado de tu trabajo.
Te mando un abrazo con mucho cariño.
Yola Padilla
Creadora del programa: Autoestima a prueba de Balas
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