¿QUÉ HACEMOS CON NUESTRA PAREJA CUANDO ESTÁ ESTRESADA?

 

 

¿QUÉ HACEMOS CON NUESTRA PAREJA CUANDO ESTÁ ESTRESADA?                 

 

         Para ubicarnos en el tema me gustaría esbozar la definición que más me ha gustado del estrés,  para encuadrar luego el desarrollo de cómo enfrentar a nuestra pareja cuándo sufre este flagelo cada vez más frecuente en el siglo que transcurre.

         El estrés es “la percepción que tiene el ser humano del mundo que le rodea”. Tan cierto es esto que con múltiples ejemplos podemos confirmar el contenido de esta afirmación. Cada hombre y cada mujer reaccionan en forma diferente frente a un mismo hecho. Una separación o un divorcio, pueden ser vividos por algunos como un hecho extremadamente traumático, mientras que para otros es una liberación luego de haber soportado durante muchos años, la manipulación, la violencia psicológica y quizá también hasta la violencia física. He aquí que estamos frente a una misma situación con respuestas diametralmente opuestas.

 

         Lo cierto es que el estrés es sinónimo de un exceso de tensión en las actividades que desarrollamos cotidianamente. Ese exceso se deposita para llamarlo de alguna manera, fundamentalmente en nuestro cuerpo emocional; cuándo este se desborda tiene sus repercusiones en el cuerpo físico, dando una serie de manifestaciones que son muy particulares y que dependen de cuál es el sector del organismo que refleja nuestros desequilibrios emocionales.

 

         ¿Qué hacer cuándo nuestra pareja está estresada? En primer lugar observar la situación y comprobar cuáles son los factores que la han desestabilizado. La actitud más coherente es la contención y la comprensión de cómo han afectado esas circunstancias a nuestra pareja y tratar de visualizar la mejor forma de ayudarla a sobrellevar esta desagradable sensación de que todo se le torna cuesta arriba. El estrés tiene una característica muy especial y es que es muy difícil medirlo. Podemos medir la presión arterial, podemos saber cuál es nuestro nivel de azúcar en sangre o la cantidad de glóbulos rojos que circulan en la sangre, pero no podemos tipificar con exactitud el impacto que el estrés tiene sobre una persona en particular.

 

         En mi práctica clínica le presento al paciente tanto del sexo masculino como femenino, una escala que va del 1 al 10 para que él mismo se ubique en el nivel de estrés que considere que tiene, siendo 1 el mínimo y 10 el máximo. Debo decir que hoy en día, la enorme mayoría se ubica por encima del 10, lo que es una señal de alarma que debemos atender. Algo está pasando en nuestra vida, y no es algo menor.

 

         ¿Cuál es la mejor forma de acompañarla? Entiéndase bien que contener y comprender, no es lo mismo que compadecer. La compasión no ayuda a quien atraviesa por un conflicto a solucionarlo. Comprender y tolerar tampoco significa que la persona que sufre el estrés comience a manipular el vínculo asumiendo el rol de víctima y generando un sentimiento de culpa en su pareja, acusándola de no ser considerado a pesar de las circunstancias por las cuáles está atravesando. Hay que ser extremadamente cuidadoso porque los límites entre la tolerancia al estrés y la manipulación son muy tenues.

 

         ¿Cómo hacemos para entender que no es algo personal con nosotros sino algo externo a la pareja?

        

         Aquí los límites no son tan claros, porque la persona que tiene múltiples factores para estar estresada, suele descargar su frustración y su ira, con quien tiene más cerca, ya sea su pareja, sus compañeros de trabajo, o sus subordinados en el caso de que ejerza un cargo de dirección. Pero lo habitual es que la descarga sea en casa con la persona o personas con quien convive, tornando de ese modo el vínculo en algo poco tolerable. Suele suceder que durante un tiempo la pareja soporta, intenta entender que es un mal momento, pero si la situación se extiende sin un límite claro, el resquebrajamiento de la relación es un hecho, y de no pedir ayuda es muy probable que termine en un distanciamiento. Es lo que habitualmente llamamos el alejarse de la energía negativa que emiten aquellas personas a quienes el estrés ha impactado negativamente.

 

         ¿De qué manera debemos ofrecer ayuda? La primera ayuda es la escucha empática, es decir escuchar a nuestra pareja lo que le sucede pero en el marco de referencia de ella, no como nosotros entendemos el problema. Esto genera en la persona estresada una confianza importante y abre un espacio de diálogo para volcar aquello que tanto le angustia y que le genera tanta ansiedad y desasosiego. Pero puede suceder y esto es muy frecuente cuándo la persona estresada es del sexo masculino, que se niegue a hablar o lo que es peor aún, que se niegue a pedir ayuda. “Yo puedo solo con esto”; A mí nadie me va a decir lo que tengo que hacer”; ¿Qué saben los demás acerca de lo que yo estoy viviendo?, son algunas de las frases que hemos escuchado reiteradamente en una actitud de incomprensible machismo, interpretado como “el todo lo puedo”, hasta que finalmente el descalabro emocional y físico se hace presente.

Por ello la mejor ayuda está en sugerirle a nuestra pareja, que un observador objetivo, le ayude a encontrar el camino que por alguna razón ha perdido. Y la persona estresada suele ser mucho más permeable a la opinión de un extraño, que la de alguien que le quiere bien y que desea lo mejor para él o ella. Son esas cosas que tenemos los seres humanos que a veces son incomprensibles.

 

         ¿Cómo nos preparamos para una próxima vez? Un individuo puede estresarse por factores externos a él o ella, o por factores internos que no puede manejar adecuadamente. Esto facilita que exista siempre la posibilidad de una próxima vez, lo cuál configura entonces una enfermedad en sí misma. Todos estamos sometidos a tensiones importantes en el desempeño de nuestras tareas cotidianas, pero no podemos ni debemos trasladar esa tensión a la pareja cada vez que nos sucede algo. Esto se debe hablar entre ambos, y si bien compartir es uno de los elementos más importantes en una pareja, también es primordial no cargar al otro en forma permanente con nuestras carencias o con nuestros conflictos. Los vínculos que se conforman a punto de partida de nuestros problemas y no de nuestras virtudes, tienen grandes chances de terminar en separaciones, porque para que un vínculo sea agradable y pueda visualizarse un futuro digno, debe comenzar por sanar aquellos sectores de nuestro cuerpo emocional que no pueden tolerar la frustración porque nuestros sueños no se cumplen. Eso genera un estrés muy importante que en forma permanente es trasmitido a la pareja, generando un desgaste difícil de reparar.

 

         ¿Hasta dónde hay que aguantar? Cada uno sabrá hasta dónde puede tolerar la proyección de una energía negativa en forma diaria y continua. Reitero que hay que ser extremadamente cuidadoso con el límite entre intentar ayudar a la persona aquejada del exceso de estrés, y la manipulación que puede ejercer la persona que amparada en sus problemas no resueltos suele intentar por todos los medios que los demás hagan lo que él o ella desean, sin contemplar las necesidades de quienes comparten su vida. El chantaje emocional es frecuente en estas situaciones, junto con la inoculación de sentimientos de culpa inexistentes, porque en la mayoría de los casos la pareja no es responsable del impacto que tiene el estrés sobre una persona vulnerable, y una buena autoestima será el mejor antídoto para poner un punto final al hecho de tener que soportar injustamente un acoso permanente por este motivo.

 

         El respeto por uno mismo, uno de los pilares fundamentales de la autoestima, ejerce aquí un poder sin límites. Aprender a poner distancia cuándo es necesario, y no dejarse invadir es una buena señal de que deseamos y necesitamos una vida digna.

 

         El estrés seguirá existiendo, pero entre todos debemos aprender a controlarlo para que no perturbe nuestras relaciones interpersonales.

 

Dr. Walter Dresel

 

wdresel@adinet.com.uy

 

www.exitopersonal.org

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Comentarios

  • GRACIAS POR SU PUBLICACION EN OTROS MOMENTOS ME HUBIERA AYUDAD MUCHO PARA HACERLE FRENTE A DIVERSAS SITUCIONES DE PAREJA. QUE DIOS LO BENDIGA
  • Doctor, como siempre que lo leo, me da gusto porque siempre lo hace usted de forma explícita y fácil de entender. sorprendente artículo sapiencia además de ganas de ayudar. Lo felicito, he sentido un gran descanso al enterarme de este tema tan álgido.
  • ME ENCANTO, Y ME QUEDO CON LO SIGUIENTE:

    ES IMPORTANTE SABER QUE EL ESTRES ES UN FACTOR QUE SE VIVE FRECUENTEMENTE SIN EMBARGO ASOCIADO A LA PAREJA PUEDE COMO BIEN LO DICES LLEGAR A CONSECUENCIAS EXTREMAS PROPICIANDO MANIPULACION POR CHANTAJE EMOCIONAL O NEGACION DE APOYO, 

    ME PARECE QUE LA BUENA AUTOESTIMA Y VALORES FIRMES SON IMPORTANTES PARA APOYAR A LA PAREJA EN ESTA SITUACION O PONER UN LIMITE A TIEMPO QUE EVITE LO YA MENCIONADO......SALUDOS

     

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