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Afortunada ó desafortunadamente la mujer cada día va ganando más terreno, mas espacio, más libertad, autonomía, fuerza, mando, decisión, incluso poder y en general la liberación femenina ha venido a cambiar textualmente éste mundo y los roles masculino y femenino. Efectivamente, hemos ganado mucho, aunque creo en mi particular opinión que también infelizmente hemos perdido mucho….

Conozco y sé que hay gran cantidad de padres maravillosos, hombres  inmensamente valiosos, nada menos tuve la bendición inmensa de contar con un extraordinario y amorosísimo padre, pero cada vez existen más hogares uniparentales, y en varios de ellos la mujer es la jefa de la familia, la que con su trabajo, dedicación y enorme esfuerzo saca adelante a los hijos SOLA, se tiene que partir como un pulpo para poder cumplir con los roles adecuadamente y en cientos de casos, sin el apoyo económico y moral de los padres de sus menores. Por lo tanto, ¿Por qué no reconocer su esfuerzo de ser a veces la rectora de su vida y de sus hijos y que éstos puedan llevar de ella el primer apellído? Los juzgados familiares están repletos de expedientes en los en su mayoría miles de mujeres reclaman pensión alimenticia para sus hijos, y salvo grandes hombres que cumplen con su rol, hay quienes tristemente brillan por su ausencia, a veces el padre, se convierte en sólo un simple apellído…porque en alma, en presencia, es el ser más ausente para un hijo.

Como parte de la cultura machista, masculina, tenemos históricamente heredado, desde que el hombre es hombre que el primer apellído de los hijos corresponda al padre, y pensándolo mejor, liberándonos de ataduras, y pensando más espiritualmente, el dar a un hijo un apellído es un honor y son los hombres quienes han tenido  el privilegio divino y legal de trascender, ya que se lo ganen ó no, lo merezcan o no, el primer apellído siempre sin cuestión alguna ha sido por siglos el del padre.

Así que, hoy estamos en un momento histórico en el que en el Distrito Federal, en la Asamblea Legislativa se está estudiando aprobar reformas al Artículo 58 del Código Civil para que ya no prevalezca el apellido paterno y una pareja que lleve a registrar a su hijo decida el orden de los apellidos en que quiera que aparezcan en el acta de nacimiento correspondiente.

Aparentemente, puede ser rechazada la propuesta… bajo el argumento de todos los procedimientos y trámites que se pueden llegar a involucrar y afectarse, pero, yo más bien votaría y creería que se trata de un tema de madurez, nuevamente de valentía, de equidad y de voluntad, ¿Qué tanto estamos como sociedad preparados para aceptar y dar luz verde a una reforma como ésta? ¿Será momento de romper con éstas creencias machistas ancestrales y que por fin acepten que las mujeres somos parte también fundamental en la vida de nuestros hijos? Que somos presencia absoluta e inquebrantable de ellos y también merecemos que porten nuestro apellído en primer lugar si así se desea. Ya veremos en los próximos días qué gana.

¿Qué apellído pondrías primero y por qué? ¿Qué opinas de ésta posible reforma?

Y recuerda como siempre que ¡NO ESTAS SOLA!

Lic. Claudia Torres G. Abogada familiar y corporativa, mediadora, negociadora Y Coach. Autora del libro “¡POR FAVOR NO LO HAGA!” abogadaclaudiatorres@hotmail.com Facebook: claudia torres