Mujer y salud mental

Psicología de las diosas internas para el autoconocimiento

(La Gran Diosa)


Por Alejandra Buggs Lomelí*

México, DF, 5 jun 12 (CIMAC).- En los más de 16 años que he dedicado a la investigación de las diosas del Neolítico, Paleolítico, las diosas de la mitología griega y recientemente a las diosas mesoamericanas del Códice Borgia, gracias al trabajo de la historiadora María de los Ángeles Ojeda Díaz me he dado cuenta que el estudio, análisis y comprensión de las diosas griegas que representan al patriarcado, se convierten en potentes y efectivas herramientas para el autoconocimiento de las mujeres.

Tomando como punto de partida la propuesta de mi mentora, la doctora Jean Shinoda Bolen, autora de “Las diosas en cada mujer”, intentaré realizar un recorrido a través de siete diosas de la mitología griega que representan la forma en que el patriarcado se estableció destruyendo el culto a la Gran Diosa representada en Gea, Isis, Coatlicue y todas las Venus prehistóricas, entre muchas más, que reflejaban la imagen de la mujer-diosa-virgen-madre que dominó el pensamiento de muchas culturas del pasado.

Para fines prácticos dividiré el tema en cuatro diferentes artículos con la idea de hacer más comprensible la forma en que la Gran Diosa fue vilipendiada, y en su lugar se estableció la religión monoteísta y patriarcal, de la que es representativa la mitología griega.

¿Qué significa la palabra patriarcado?

Literalmente, según Jane Pilche e Imelda Whelehan, el patriarcado es “una unidad social, ya sea una familia o tribu, que es gobernada por un varón que está a su cabeza. El patriarca, que típicamente es un hombre anciano, tiene poder legítimo sobre las y los demás en esta unidad social, incluyendo a otros hombres, las mujeres y las y los niños”.

El patriarcado ha sido un concepto importante en los estudios de género y ha conducido a una serie de teorías feministas que buscan identificar las bases de la subordinación femenina.

Desde una visión arqueológica, mitológica y psicológica intento ofrecer herramientas que permitan a la lectora y al lector, comprender los orígenes del sistema patriarcal, así como las diferentes formas que las mujeres hemos tenido que construir para adaptarnos y sobrevivir en este sistema.

El patriarcado comenzó con la invasión de los pueblos bárbaros indoeuropeos llevada a cabo por hombres, sin embargo, no por todos los hombres, ya que fue una revolución de hombres violentos contra hombres pacíficos, mujeres, niñas, niños, animales e incluso en contra de la naturaleza. 

Es importante puntualizar que para terminar con la fuerza de las deidades femeninas y sustituirlas por dioses masculinos, fue necesario despreciar y descalificar la feminidad y colocarla en una  categoría inferior, lo que sirvió para imponer una nueva cultura y una nueva religión en torno a una ideología dominadora, excluyente y violenta.

Los estereotipos patriarcales sobre las mujeres nos han presentado siempre como símbolo de la naturaleza, lo irracional, emocional y contaminante, como por ejemplo, en el significado que la menstruación tiene en muchas culturas.

Es posible que esta necesidad de denigrar y descalificar a las mujeres simbólicamente se deba a la capacidad “mágica” de las mujeres de procrear, capacidad que no era comprendida y mucho menos dimensionada en su totalidad por los hombres.

La revolución patriarcal eliminó por completo la veneración a las diosas y dioses de la fertilidad, ocupando su lugar héroes masculinos con valores patriarcales como la capacidad de acción, la valentía, la fuerza física, la capacidad de herir y defenderse, la práctica de erradicar y destrozar culturas, y de usurpar los recursos de los pueblos más débiles y pacíficos. 

Prueba de ello es la mitología que dio lugar al nacimiento de las diosas y los dioses griegos, que como bien dice Bolen: “Es la griega una mitología patriarcal que exalta a Zeus y a los héroes”,  reflejo del sometimiento de los pueblos que tenían religiones basadas en la madre, ante invasores que veneraban a dioses guerreros con teologías basadas en el padre.

Es precisamente de las características de siete diosas griegas (de acuerdo con la clasificación que hace la doctora Bolen) de las que hablaré en mis próximos artículos, como una forma que permita a las mujeres identificar en sí mismas aquellas características que tienen algunas diosas griegas y que puedan servirles de herramienta, para comprender los recursos que cada una ha tenido que desarrollar y las dificultades psicológicas que han enfrentado para “adaptarse” dentro de una sociedad patriarcal. 

Nota: Regresa a México la doctora Jean Shinoda Bolen a presentar su último libro “Sabia como un árbol”, el jueves 14 de junio. Ofrecerá un taller el sábado 16 de junio.

Informes en la Editorial Nirvana Libros al 56158479 y 56158480.

www.saludmentalygenero.com.mx 

*Directora del Centro de Salud Mental y Género, psicóloga clínica, psicoterapeuta humanista existencial y especialista en Estudios de Género. 

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Comentarios

  • Muchas gracias Claudia, qué bueno que te haya parecido interesante el tema que abordé en esta ocasión.

    Saludos cordiales

    Alejandra Buggs

  • Hola

    Muy interesente tu articulo, el saber de nuestros, origenes siempre nos hayuda a anpliar nuestro conosimiento. No cabe duda las culturas son las bases principales, para cambiar o modificar la conducta humana.

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