Publicado por Blanca Almeida el 15 de Enero de 2010 a las 4:36am
Empieza un nuevo año y como todos los años estamos cavilando en realizar aquellos propósitos que no cumplimos en el año viejo. Año tras año existe una “tradición” la cual consiste en enlistar aspectos que sabemos, debemos cambiar.Por ejemplo:Existen los preocupados por abandonar los vicios. ( fumar, tomar, drogarse)Otros centran su atención en el aspecto físico ( adelgazar, ejercitarse)Tantos mas se interesan en el plano económico (ganar mas, cambiar/buscar empleo, ser promovidos).Contemplan otras modificaciones en las relaciones (ser comprensivos, casarse, divorciarse, juntarse, frecuentar a los padres).Los objetivos generales al parecer son claros pero en la práctica ¿son posibles? ¿Suceden mágicamente o requieren de nuestra participación activa?Los propósitos frecuentemente son boicoteados, la trampa reside en la poca especificidad y nula estrategia de ejecución.EspecificidadNos perdemos en la fantasía, ambigüedad inexistiendo la especificidad que limita y concreta el propósito. La especificidad nos guía en el “qué”.Por ejemploTodos aspiramos a la felicidad, siendo este propósito tan abarcador surgiendo preguntas ¿Por dónde empiezo? ¿A qué me refiero?Resulta útil dividirlo o fragmentarlo en acciones concretas a lograr que se reflejaran en momentos felices. Recordando que la felicidad es diferente para cada uno.- Voy a salir con mis amigos los jueves a jugar dominó-- Retomaré las caminatas en el parque-Puntualizo, especifico y defino el propósito, la segunda parte reside en cómo lograrlo.Estrategia de ejecuciónLa estrategia de ejecución es defectuosa al pretender realizar el propósito instantáneamente, sin ningún esfuerzo de nuestra parte o pensar que sucederá solo con desearlo.Decimos, dejaré de fumar el 5 de enero, ya no prenderé un solo cigarro. Surgiendo preguntas ¿Cómo lo llevaré acabo? ¿En cuánto tiempo lo lograré?Seguramente si la persona lleva fumando 8 años, necesitará otros elementos que lo auxilien a parte de la buena voluntad.Los plazos para ejecutar el propósito resultan cruciales para tornarlo posible. Utilicemos recursos que lo faciliten, en el caso del cigarro, adquirir parches de nicotina, una reducción gradual para permitir al cuerpo ajustarse.Planeemos cuidadosamente la estrategia de ejecución concretando los pasos a seguir incluyendo el tiempo para llegar al objetivo, definamos el “cómo”.¡Bienvenidos los propósitos de año nuevo!Otorguemos un plazo razonable siendo sinónimo de posible.Definamos pequeños avances que finalmente culminen en el cambio deseado.Participemos activamente es su obtención.Ahorrémonos en 2010 la tristeza y desesperanza que ocasionan los propósitos frustrados de año nuevo.Autor Blanca Almeida DinglerTodos los derechos reservados.
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