Publicado por Martha Chapa el 19 de Octubre de 2009 a las 10:50am
La presencia y participación de la mujer en la historia, conlleva lo mismo momentos luminosos y culminantes en la lucha por sus propios derechos, que episodios lamentables, de sojuzgamiento, menosprecio, vejación, desigualdad e injusticia y muerte.En ese transcurrir de siglos se registran indistintamente avances y retrocesos, sacrificios y conquistas, luchas y represión.Si miramos al pasado sabemos que desde antes de Cristo, se aceptaban ya ciertas prácticas y costumbres que en nuestros propios días podrían sorprendernos. Por ejemplo saber que las mujeres sumerias podían divorciarse y desarrollar después una actividad por cuenta propia. Y que en Babilonia, las leyes de Hammurabi otorgaban algunos derechos a las mujeres, como poder heredar el patrimonio paterno, además del derecho a una dote. De igual manera Esparta era la única ciudad de la antigua Grecia que educaba a las mujeres con el mismo esmero que a los hombres y con las mismas prerrogativas.Y no deja de asombrarnos que las mujeres etruscas, cultas e instruidas, eran consideradas a la par que los hombres o el caso de las romanas que a la vez que educaban a los hijos, podían se copropietarias de todos los bienesEn este recuento legendario y emotivo no debemos dejar de evocar a Teodora de Bizancio, una valiente dama que emitió leyes en defensa de los derechos de las mujeres adúlteras o repudiadas.Pero también en los primeros siglos de la civilización los ejemplos negativos engarzan una cadena de oprobios y degradación del ser femenino: En Atenas, las mujeres no tienen potestad sobre los hijos, ni tampoco en lo que se refiere a sus propios bienes; las leyes germánicas no reconocen en la práctica derechos para las mujeres; y los francos promulgan la ley sálica, que las excluye como posibles sucesoras al trono.Así los contrastes se registran, a través del tiempo, pues si bien durante el Siglo XIV, en Alemania y Checoslovaquia, las mujeres trabajan en las minas al igual que los hombres, dentro del feudalismo estuvieron sometidas al padre, al marido o a los hijos varones, y se les sustrae cualquier poder, además de una presión generalizada para que las jóvenes hicieran votos y se recluyeran en los conventos.Y que decir de la Inquisición a la caza en España, mientras que en Inglaterra y Francia, condenan a las mujeres por dedicarse a supuestas prácticas de brujería.Es hasta la revolución francesa cuando tanto los avances como los logros de los derechos de las mujeres empiezan a tener un mayor sustento y consistencia. Luego se registrarán otros grandes momentos de la historia como la publicación de la “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”. y por ese entonces en Inglaterra, la mujer obtiene el derecho al voto. Poco después, en 1920, la Constitución Norteamericana otorga también el voto a las mujeres, una vez que han cumplido treinta años. Y es hasta 1946, cuando a las italianas se les reconoce el derecho y se elige a varias mujeres como diputadas. Otros avances se tienen ya en los sesentas, por ejemplo, la determinación en Estados Unidos para que a hombres y mujeres, se les pague lo mismo si desempeñan un trabajo igual. En cambio dentro de nuestro país, se promulgó el derecho al voto hasta finales de los cincuentas y décadas después, lentamente, otros avances.Ya en pleno siglo XX1, la consolidación de los avances y derechos de la mujer parecen no sólo irreversibles sino que apuntan a su cumplimiento pleno y a un panorama promisorio, abriéndose nuevos espacios hasta antes vedados para nosotras.
Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –
El género es una marca que nos define dentro de nuestra sociedad y definitivamente no es igual ni equittiva en hombre que en mujeres. Movimientos como el feminista nos permiten poder tomar la palabra a nuestro cargo y conocer otro extremo dentro de la historia que grandes mujeres han construido. Asumir que no todo lo que es construcción social es natural o definitivo y que por lo tanto debetransformarse y cambiar. Las mujeres debemos compartir con nuestras hermanas la información que nos permita desarrollar herramientas para dichos cambios. Gracias.
Muy interesante. Es en oct. de 1953 que se otorga en el país el voto a la mujer y en 1954 se elige a la primer diputada aún y que mucho antes ya había adelantos en estados como Yucatán con Felipe Carrillo Puerto desde que fue gobernador y en San Luis Potosí con el Gobernador Manrrique que animó a formar reuniones de mujeres con participación pólítica. SALUDOS SOL
Comentarios