Postergación: una enfermedad emocional
Por Alejandra Buggs Lomelí*
México, DF, 13 mar 12 (CIMAC).- Postergar es “dejar las cosas para mañana”, es aplazar, posponer y retrasar; es una actitud que si se repite con frecuencia en nuestras vidas, corremos el riesgo de que se convierta en un gran obstáculo para alcanzar nuestros objetivos, metas y sueños.
Cuando postergamos nos engañamos a nosotros mismos, es algo que puede convertirse en lo que en psicoterapia Gestalt llamamos “retroflexión”, es decir, en una forma de autoagresión.
Mujeres y hombres postergamos; sin embargo las mujeres somos más vulnerables ante esta enfermedad emocional resultado del conjunto de actividades diarias que realizamos, que no son reconocidas o pasan desapercibidas, desde los esfuerzos, capacidades y talentos implícitos, hasta las pocas o nulas horas destinadas a la diversión, el descanso y/o el placer, cuando dedicamos nuestra vida a más de una jornada de trabajo.
Adentrarnos y observar la vida cotidiana de las mujeres, significa identificar y reconocer las “insignificancias” que nos enferman y hacen que posterguemos nuestras metas y objetivos. He aquí algunas de esas “insignificancias” que nos enferman a las mujeres y que señala Ana María Daskal, con quien coincido totalmente.
Nos enfermamos por “presiones y sobre exigencias no reconocidas, por escasa o nula autoestima, por acumular malestares que no se expresan y reclamos que no se hacen, por el esfuerzo de conciliar entre el mundo laboral y el familiar, por el sometimiento a situaciones violentas, por la dedicación a otras y otros sin poder constituir un proyecto personal propio, por frustración, insatisfacción, falta de estímulos, y/o desvalorización (como en el caso de muchas amas de casa)”.
Todo esto que sucede en la vida cotidiana de las mujeres podemos imaginarlo como una “olla exprés” donde se cocinan juegos de poder, prejuicios, sacrificios y mandatos de género, que en su momento contribuyen a que posterguemos no sólo nuestros proyectos sino nuestra vida misma.
Posponer interminablemente implica un gran desgaste emocional pocas veces perceptible que, según vaya progresando la situación, puede generar en las mujeres emociones negativas como culpa, angustia, frustración e incluso depresión.
A estas emociones se suman problemas en el rendimiento y capacidad que pueden dar lugar a repercusiones a nivel social, laboral y familiar, por lo que postergar puede generar un alto nivel de insatisfacción en nuestro día a día.
Por lo general las mujeres postergamos más aquellos objetivos que tienen que ver con nosotras mismas, que aquellos que otras personas nos piden que hagamos para ellas.
Y es que la vida de las mujeres gira en torno a la maternidad, al cuidado de la casa y la pareja, y al cuidado de las y los hijos como resultado de los mandatos de género impuestos por la sociedad, porque la tendencia es ver y estar para las y los otros y nuestras necesidades quedan en último plano o, peor aún, no tienen lugar.
Desafortunadamente la postergación de las mujeres es una situación muy arraigada en nuestra cultura, que lastima profundamente nuestra autoestima y que puede dar lugar a la pérdida de la propia confianza y a generar dudas acerca de nuestras capacidades y talentos.
Sin embargo, esta enfermedad social tiene posibilidad de contrarrestarse cuando las mujeres nos damos un tiempo y hacemos un alto en el camino y dejamos de ver al o a la otra, para mirarnos a nosotras mismas, cuando empezamos a recordar nuestros sueños de niñas, adolescentes y adultas.
Cuando le damos valor y lugar a nuestras metas y sobre todo a nuestros deseos, y cuando decidimos que todo lo que pensamos, sentimos, queremos y deseamos es valioso por el simple hecho de que surge de nosotras mismas.
Cuando decidimos darle el mismo o mayor valor a lo nuestro que a lo que hacemos por las y los demás, cuando nos damos cuenta que postergar nuestros deseos es postergar nuestras vidas, y que cuando lo hacemos sufrimos lo que nombro “el retraso de nuestra existencia”.
Finalmente dejamos de postergar cuando nos damos cuenta que verdaderamente nunca es tarde para empezar a vivir, a vivir sin culpas aprendidas, y como dice la cantante española Bebé “rompiendo las reglas marcadas”.
www.saludmentalygenero.com.mx
*Directora del Centro de Salud Mental y Género, psicóloga clínica, psicoterapeuta humanista existencial y especialista en Estudios de Género.
Comentarios
HOLA ! GRACIAS POR TU CONOCIMIENTO, ES UNA GRAN BARRERA LA DE DEJAR LAS COSAS PARA DESPUES, QUE ESTAMOS CONCIENTE DE LO QUE SUCEDE Y EL TIEMPO NOS CONSUME, CREEMOS QUE CADA VEZ LAS COSAS SE TORNAN MAS COMPLICADAS POR NO TENER LOS MEDIOS QUE FACILITEN UNA REALIZACION COMPLETA COMO MUJER EN VARIOS ASPECTOS ESPOSA, MADRE, PROFESIONISTA, EL DECIR HASTA AQUI, SE TORNA DIFICIL QUE ES MUY COMO CONFORMARSE CON SALIR CON LOS COMPROMISOS AL DIA, PUES HACER UN PLAN Y LUEGO NO SE TE DAN LAS COSAS COMO CREIAS, TE HACE SENTIRTE MAS MAL, GRACIAS POR TU APOYO, PERMITENOS SEGUIR NUTRIENDONOS DE TUS CONSEJOS QUE NOS PERMITEN SENTIR UN ACOMPAÑAMIENTO PARA CUMPLIR NUESTROS OBJETIVOS.
Muchas gracias a todas por sus comentarios tan interesantes y tan ciertos, ya que no solo le ha pasado a una mujer,nos pasa a todas el postergar nuestras necesidades y deseos,por la gran demanda que sentimos del sistema y a la que siempre se responde por nuestro rol de género.
Espero que esta reflexión a través del tema de este artículo sea el granito de arena de muchos más que son necesarios para dejar de postergar nuestras necesidades y proyectos.
Sirva este artículo como punto de partida para lograr un cambio, conscientes que se requieren otras herramientas en la construcción de una forma de vida más digna para nosotras las mujeres.
Muchas gracias por su interés a este y a otros de los temas que he tenido oportunidad de compartir con ustedes.
Saludos cordiales
Alejandra Buggs
toda su boca y todo su razonamiento lleno de verdad .olvidamos tantas cosas en nuestro veloz y diario vivir. y tristemente asi dejamos pasar nuestras vidas y nuestro tiempo.
Pensé que solo a mi me ocurría este tipo de cosas, ya que generalmente me veo realizando lo que los demás piden, dejando a un lado mi propia vida, gracias por compartir este estudio.
Yo también caí en este proceso de postergación cuando estaba realizando mi postgrado, pero desde el año pasado decidí no postegar más y vivir mi vida a plenitud. No ha sido fácil lamentablemente la sociedad es a veces muy dura (bueno si ya estudiaste ahora es hora de los hijos y bla bla bla) pero la verdad ya me cansé de estudiar y estoy en ese momento en que quiero relajarme, divertirme y pues bien decidí hacer yoga, pilates, cursos de comida, baile, maratones y ha sido genial sigo igual de full pero realizando actividades que siempre postergué por estudios y que me nutren como nunca antes.... Saludos a todos por aquí y a tí Alejandra gracias por esta publicación!!!
Llevo toda mi vida postergando!! Y llevo 2 años intentando romper los obstáculos leyendo artículos tan importantes cómo éste lo lograré más rápido. Gracias!