Hace algún tiempo mi hijo de seis años me preguntaba que porqué había personas que antes eran amigas y después ya no se hablaban, yo le dije que, porque se habían enojado por algo que no les había gustado, y a veces, tardaban mucho en volverse a hablar. Él me dijo -ah sí, hasta que se les olvide el enojo, o que le hagan como nosotros en la escuela, que al otro día nos pedimos perdón y volvemos a jugar-. Exacto, respondí -¡Eso sería genial!-
Así como los niños ven las cosas tan simples y con una solución inmediata y congruente de los problemas, así de difíciles los hacemos los adultos, no podemos perdonar…
No sabemos perdonar, tampoco sabemos pedir perdón, por qué nos cuesta tanto trabajo pedir perdón, y asimismo por qué nos cuesta tanto perdonar.
Creo que eso es parte de la educación, de lo que nos enseñan nuestros padres, nada sería más sencillo que pedir perdón después de haber hecho algo “malo” o de haber herido con nuestros actos o palabras a alguien, y de igual manera perdonar, y volver a “jugar”.
Por desgracia, las ofensas que se hacen entre adultos en ocasiones van más allá de lo que imaginamos, me refiero al hecho de situaciones de infidelidad en la pareja, traición entre amigos, fraudes a empresas, accidentes, violaciones, asaltos, asesinatos, ¡uff!, etc.
Esto no lo sabemos manejar, no entendemos qué hacer en estos casos, nos vamos directo a que dañaron nuestro amor propio, al egoísmo, al sentimiento de desolación y decepción.
Nos cuesta tanto trabajo perdonar porque en el fondo creemos que somos culpables de lo que nos pasó.
Puede sonar increíble, pero esa es una de las grandes razones, que dicen los expertos, que por eso, no sabemos perdonar porque creemos que somos los responsables de lo que nos está sucediendo, de lo que pasa nuestro alrededor. Es un mecanismo de la mente. Tratamos de buscar una explicación y a veces al no encontrarla, pensamos que lo que nos pasó lo causamos nosotros mismos.
Por ejemplo, los niños piensan que sus padres se divorcian por culpa de ellos, lo mismo hacemos de adultos en otras situaciones. Que contradicción, ¿no creen? Esto es difícil de creer. Pero es verdad.
Sin embargo, hay solución.
Comentarios
Veces en que lla imaginación exagera e inventamos agravios y exagera los que se reciben, no ve la diferencia entre excusar y perdonar. No te obligues a perdonar los peqeños defectos de los demás, pásalos por alto pues todo mundo los tiene. Analizar la ofensa y elimina la exageración. Para perdonar se debe ser cruelmente realista. Para perdonar ver de frente la injusticia y maldad de que fuimos objeto. No distorcionar, disculpar y mucho menos ignorar. Sólo si somos realistas podemos perdonar. El perdón verdadero implica ver el pecado sin rodeos, la parte inexcusable y reconciliarse, a pesar de todo con la persona. Esto es el perdón, pero tenemos que ser perdonados para poder perdonar. "Aquel que considere sus propios pecados estará más pronto a perdonar" (San Juan Crisóstomo) Reconocer nuestras ofensas es ser humildes y la humildad es la base para cualquier acción buena, especialmente si está movida por el amor.El soberbio se ama a sí mismo,no se considera necesitado del perdón, en consecuencia no puede perdonar. Se requiere fortaleza para liberar al otro de su culpa. La decisión de perdonar no desaparece automáticamente la herida ni desaparece de la memoria.Se debe reiterar el perdón, cada vez que se recuerde la ofensa.En ocasiones perdonar supera la capacidad personal,es el momento de recordar que el perdón,en su esencia profunda,es divino Es necesario acudir a Dio sDe la acogida del perdón divino brota el compromiso de perdonar." Aquel que se vea libre de pecado tire la primera piedra"
Y ....... cuál es la solución? porque consideramos que somos culpables de situaciones como el ejemplo que pones del divorcio de los padres de un niño? .
Que se puede hacer?
Gracias por la publicación, no entiendo porqué pero siento alivio al saber que sucede por no poder perdonar, lo que sé es que se debe perdonar por bien propio.
y cual es la solucion ,¿ por k no hay escuela para el perdon ? asi seriamos más felices aplicando las reglas del perdon
Que interesante !!
Me sorprende el fondo en el proceder del mecanismo de la mente en cuanto a q se dificulta el perdon porque en el fondo se "cree" tener responsabilidad en el error cometido.
No se q pensar...Sinceramente a mi no me cuesta perdonar y mucho menos me cuesta pedir perdòn.
Quizas en ese sentido sigo siendo como una niña, sin complicaciones, viendo la vida màs simple.
Gracias Angelina Sanchez, muy interesante.