Sabemos que la etapa del enamoramiento es la peor para tomar decisiones serias sobre la relación de pareja, porque las sustancias que segrega el cerebro son tan adictivas, como el cóctel de la más fuerte droga (cortisol, serotonina, dopamina, oxitosina y vasopresina)que ciega al individuo y lo hace alucinar; hay una combinación de placer, esperanza, estrés… y, aunque todo es perfección en este periodo, también es rarísimo que sea en ese momento cuando nazca el engaño (sin embargo, hay quienes traicionan porque vienen “dañados” de una relación anterior).
Los momentos de mayor riesgo para ser víctima de una infidelidad son:
- Cuando la pareja ha decidido compartir el mismo techo y llegan los problemas de adaptación: -“no era lo que yo creía”, se suele escuchar.
- Cuando llega un hijo a sus vidas, porque la “sensualidad” se vuelve “maternidad” y toda la atención se centra en el bebé. El cansancio y el estrés de ambos, facilitan el surgimiento de fricciones.
- También es propicia para infidelidad, la etapa del estancamiento, la peligrosa “costumbre”, que se acompaña del distanciamiento sexual.
- Cuando el trabajo de alguno de los dos absorbe tanto, que la intimidad se extingue, debido a la ausencia.
- Es probable que también surja ante la enfermedad de alguno de los miembros de la pareja, ya que le impide acompañar al otro en múltiples situaciones.
- La pérdida de la calidad de vida causada por la falta de dinero, es otra razón; bien dicen que “cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana”.
- Otra causa de infidelidad es la frustración que surge al tratar inútilmente, de enfrentar un hecho traumático; tal es el caso de la muerte de un hijo.
Son tantas las causas por las que pudiera darse un distanciamiento y, con ello, la infidelidad, que, de acuerdo con un estudio de la revista académica Journal of Social and Personal Relationships, un 42% de las parejas tienen posibilidad de caer en infidelidad, aunque solo un 9% lo confiesa, y, por supuesto, habría que considerar en este punto, a qué le llaman infidelidad, si a una aventura pasajera, a un encuentro fortuito o a una relación duradera con alguien más.
La plataforma mundial de encuentros extraconyugales, Gleeden, y DIVE Marketing, hicieron un estudio en México, para entender el comportamiento de las personas infieles. Algunos de los datos más significativos, son:
- El 58% de los encuestados creen que la infidelidad es un comportamiento humano natural.
- El 57% considera que es posible amar a la pareja y serle infiel.
- El 67% confesó haber sido infiel en alguna ocasión.
- 59% se ha arrepentido de la infidelidad.
En el ámbito digital, los participantes en la encuesta piensan que enviar o recibir fotos sugerentes es infidelidad (83%); que también lo es, tener una app para búsqueda de pareja (82%); fantasear o coquetear en línea (73%); dedicar o recibir mensajes en publicaciones o estados (39%); silenciar notificaciones (24%); buscar pornografía (11%) y la menos frecuente es dar “like” a publicaciones (4%).
Es indudable que la fidelidad es una decisión personal, por lo que caer en el engaño representa una pérdida de compromiso y una falta de autoestima que se refleja en la búsqueda de satisfacciones pasajeras y, en la mayoría de las ocasiones, no existe una intención de dejar a la pareja.
Si tu pareja ha sido infiel, tiene tres veces más probabilidades de volver a serlo, según un estudio de la Universidad de Denver, aunque esto no es determinante. Si él o ella, se ha preocupado, no sólo de ofrecer una disculpa, sino de tomar acciones, probablemente entre a una terapia, busque opciones para hacer crecer su nivel de conciencia y luche para fortalecer los lazos amorosos, en un deseo auténtico de mejorar su relación de pareja.
Si necesitas apoyo, búscame: gabycruzcoach@gmail.com
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