¿Por qué sigue Calderón en el poder?Por Renegado Legítimo15 de Julio, 2009 - 18:39.... Como una de las industrias más florecientes en México (gracias a la depredadora política económica neoliberal que padecemos) es la piratería, nosotros no podíamos quedarnos atrás. Cómo no, sí hay, sí lo tenemos, pásele a ver sin compromiso: aunque sea en versión chafita, disminuida, de caricatura, también los mexicanos tenemos nuestro megalómano dictadorcito que se soñó "estadista", que imaginó un mini-imperio azul por lo menos hasta 2030, que retó al narcotráfico sin estrategia alguna, y que tres años después, incrédulo, ve derrumbarse su imperio de cristal, acosado por múltiples frentes, abandonado por sus principales "aliados", amenazado por la delincuencia organizada, y aun así aferrándose a una aventura suicida en la que no duda en embarcar al país entero.El "gobierno" federal, o como se denomine el encabezado por Felipe Calderón, no tiene salida. Ha sido derrotado ya en su lucha contra el crimen. Las bandas del narcotráfico han pasado a la ofensiva y en no pocas regiones del territorio nacional se vive ya en los hechos una guerra civil en donde la población, que ni la debe ni la teme, con mayor frecuencia se ve atrapada en el fuego cruzado que cobra víctimas inocentes. Si una función básica del Estado es preservar y garantizar la seguridad de los habitantes de su territorio, es obvio que el Estado mexicano hoy es incapaz de brindar las mínimas garantías de seguridad a los ciudadanos que, atónitos, un día son testigos de una balacera en Veracruz -con granadazos y explosiones de autos incluidos- y al otro día, estupefactos, se enteran de los 19 ataques coordinados del narco contra policías federales.¿Cuántos muertos se han acumulado en estos tres años? ¿Cuántos más hacen falta? ¿Debe la patria seguir tolerando los desvaríos de un "gobierno" que, sin orden ni concierto, a ciegas, ha desatado una carnicería a lo largo y ancho del país? ¿Vale la pena soportar la megalomanía desquiciada de quien, acorralado en Los Pinos, lanza bravatas a los enemigos envalentonados, y "dirige" ejércitos diezmados y desmoralizados?Por ética, por simple sentido común, la respuesta es no. El costo en vidas humanas de esta guerra que ya está perdida ha sido demasiado alto. La seguridad nacional, la viabilidad misma de México como nación está en peligro. Felipe Calderón debe ser destituido. Es culpable de sumergir a México en una espiral incontenible de violencia, y de provocar los cada vez más numerosos abusos de poder por parte de autoridades de todos los niveles, con el pretexto de la guerra que ya perdieron. El régimen de facto debe rendir cuentas por los crímenes cometidos contra la patria, contra la seguridad nacional y contra los ciudadanos. Aun si Felipe Calderón se dice presidente, debe asumir que no por eso está por encima de la ley. El artículo 108 constitucional establece que al presidente de la república, durante su encargo, solamente podrá acusársele por traición a la patria y por delitos graves del orden común. La acusación debe presentarse ante la Cámara de Senadores, que conocerá de la misma e iniciará el procedimiento respectivo, el cual debe concluir con una sentencia avalada por las dos terceras partes de sus miembros.Tanto daño, tanto desorden, tanta muerte, tanto dolor, debe parar. Es imperativo detener a Calderón. Nuestras familias, nuestros amigos, nuestros soldados, nuestros policías, nuestros muertos... merecen ya descansar de esta barbarie.
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