Aprender a aceptar a las personas y respetarlas mejora la calidad de las relaciones personales, libera muchos problemas y ayuda a que uno encuentre armonía y paz emocional.
Es agobiante y estresante esperar, pelear, pedir y hasta exigir que otras personas cambien y hagan lo que uno cree que deberían hacer sin encontrar su esencia o su forma de pensar.
Querer controlar y cambiar a otras personas insistiendo que estas sean algo que no son, es una pérdida de tiempo y una batalla que se va a perder mucho antes de poderla iniciar.
Uno de los grandes privilegios que posee la humanidad es el derecho de gozar de libre albedrío. El poder elegir y decidir quién quiere ser, qué le gusta, que desea y el poder luchar para ser la persona que uno quiera ser, reconociendo sus circunstancias, sus cualidades y sus limitaciones.
El tratar de imponer o creer que uno puede hacer que otra persona cambie y sea lo que otra persona cree que debiera ser es negar la única naturaleza que distingue a la humanidad de el resto de los animales.
A pesar de que uno puede tener opiniones propias acerca de el carácter o la personalidad de los otros y también pudiera ofrecer algunas buenas sugerencias y tener creencias particulares de cómo otros podrían ser para tener una mejor vida.
Es importante entender que entrar en la mente y los deseos de otros es traspasar propiedad privada.
Más que tratar de cambiar a las otras personas… sería mejor tratar de entenderlas. Despertar la curiosidad para descubrir el mundo interno en el que viven, entender cómo sienten y qué es lo que les interesa.
Cuando se conoce la realidad de la otra persona se puede entender por qué piensan y actúan de esa manera. Al entender la esencia de las personas se puede respetar su individualidad, sentir compasión cuando lastiman o actúan de formas inexplicables o ilógicas lo que obstruye la comunicación necesaria para poder comunicar.
Entender la realidad del alma de otra persona es como entrar en un mundo desconocido, al cual se le que se debe de tener respeto, cuidado y sobre todo reconocer que uno solo es un invitado. Por lo tanto, se puede observar, escuchar, entender, pero no juzgar y mucho menos tratar de cambiar o controlar.
Aceptar las diferencias y la individualidad de los demás, es quererse un poco más a uno mismo, y también es multiplicar las posibilidades para tener mejores relaciones, es tener el privilegio de vivir en un mundo vasto, diverso y auténtico.
¿Por qué querer cambiar a otros si se le puede entender y aprender a entender el mundo desde otra perspectiva?
Limitarse a querer que todos sean como uno quiere, es vivir en un mundo limitado, castrante y rígido.
Aceptar la diferencia, dejar de pedir que el otro entienda o que cambie, es reconocer que no tiene sentido pelear para conseguir un imposible. Es liberarse de las creencias controladoras que han enfermado a la humanidad.
Disfruta la esencia de los demás
La Receta
INGREDIENTES
Respeto – entender que cada persona es única y tiene su derecho de ser, sin perjudicar a otros.
Responsabilidad - compromiso para ser la mejor versión propia y dejar que los otros lo sean
Actitud positiva - buena disposición, encontrar el lado gentil y noble de las personas que son distintas
Tolerancia – respeto a que cada individuo pueda desarrollarse y encontrar su voz
Aceptación – valorar la diversidad y ayudar a que las personas puedan progresar y brillar
Afirmación personal para dejar brillar a los demás
Reconozco que mi forma de ser es única, auténtica y tengo todo el derecho de ser la persona que me gusta. Acepto que el valor que tengo yo, lo tienen los demás y que todos tenemos la oportunidad de ser, de expresar y de actuar de la forma que cada uno entienda, siempre y cuando exista el respeto, la tolerancia y no interfiera con la paz y la armonía del universo. Respeto la individualidad de todos. Cuando no entiendo a otras personas, trato de conocer mejor su historia. Aprecio las diferencias y disfruto el derecho de ser como soy sin tener que imponer mis pensamientos o mi forma de ver la vida.
Como apreciar la individualidad y respetar a otros.
- La primera persona que tiene que reconocer que es única y aceptarse es uno mismo. Solo cuando uno se puede aceptar y vivir en paz consigo mismo, puede abrir la posibilidad de que otros hagan lo mismo.
- Tratar de cambiar a otros o imponer una forma de ser es una batalla perdida. Es inútil pasar la vida malgastando energía donde la posibilidad de cambio está limitada y está fuera del control personal. Cuando se dejan fluir a las personas las relaciones florecen y las personas sacan lo mejor de ellas para poder convivir en armonía.
- ACEPTAR NO SIGNIFICA CONFORMARSE con una relación tóxica. Aceptar significa respetar y entender la diversidad y la individualidad de las personas. Mientras uno se enfoque en ser mejor y no interferir o criticar a los otros uno puede comunicarse desde la perspectiva sana.
La diversidad complementa y enriquece a todos. ¿Por qué tratar se cambiar, controlar o imponer una forma de ser cuando se puede aprender de todos y vivir mejor? *Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso escrito del editor y sin citar la fuente. Copyright © 2005-2021 Recetas para la vida© Todos los Derechos Reservados
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