Ante la epidemia mundial de divorcios, hay que cuestionarse: ¿Por qué el amor se acaba? La realidad es que no se acaba de un día para otro, con una infidelidad o una agresión. ¡Son muchas las gotas que colman la copa! El amor es atacado por muchas heridas antes de colapsar. Y tú puedes evitarlo, comprendiendo qué aniquila al amor:
Traumas del pasado: Hay quienes arrastran heridas emocionales de su niñez o de relaciones pasadas y las llevan al matrimonio. Si tú o tu pareja tienen heridas del pasado que no han sanado, es vital buscar ayuda profesional. Es imposible tener una relación saludable y armoniosa si no estás sano emocionalmente.
Expectativas equivocadas: No quieras experimentar la misma pasión y deseo que tuviste al principio. Es normal no sentir el mismo deseo sexual después de los primeros años. Esto no significa que “el amor se acabo”. Amar es una decisión que tomas cada mañana cuando te levantas.
Sueños separados: Los matrimonios deben tener propósitos en común. Si tu meta es ahorrar para emprender un negocio, mientras que tu pareja quiere comprar un bote, ten por seguro que habrá problemas grandes. Cuando ambos tienen sueños por separado, cada cual se enfoca lo suyo y, poco a poco se van alejando. Es preciso que encuentren intereses similares y los compartan.
Deterioro en la comunicación: Parte de la comunicación es dejarle saber a tu pareja las cosas que te incomodan. Muchas frustraciones en el matrimonio son debido a que las personas se callan lo que no les gusta y un día estallan. Cuando hay comunicación los problemas no escalan fuera de control. Expresa tus temores, expectativas y frustraciones (de una manera amable).
Aquellos que contraerán nupcias pronto, les advierto: !no puedes casarte pensando en que a la primera que te vaya mal te divorcias! El día que juras amor eterno los dos se comprometen a hacer todo lo posible porque ese amor perdure.
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