“¿Por qué mi mamá me detesta? Para ella todo lo que hago está mal. Aunque haga las cosas como ella quiere, de todas maneras estoy mal. Se la pasa criticándome y nunca le puedo dar satisfacción, ni recuerdo que haya sido alguna vez amorosa conmigo. Pero todo lo que mi hermano hace está bien. Y lo que no, de todas maneras lo disculpa. A veces hasta siento que no soy de verdad su hija porque no hallo la razón de su odio contra mí.”
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Este es un fenómeno algo común. Según explica el artículo “Odio en la Relación Madre-Hija.” Para muchas mujeres, las condiciones de opresión en las que tienen que criar a sus hijos engendran sentimientos de resentimientos tanto contra sus hijos varones, como contra sus hijas. Pero hay un particular tipo de ira que se genera en relación a sus hijas.
En cada etapa nueva de la vida la hija revive en la madre memorias de su infancia y juventud; y las luchas que la madre libró como mujer oprimida y remueve las heridas sufridas en aquel entonces por la propia madre. Al crecer, la hija, disturba la paz que la madre haya logrado encontrar en su vida como mujer en una sociedad machista. A través de su hija, la madre re-vive su propia rebelión, su descontento y vergüenza por ser mujer. (H&L p.157).
Una mujer que ha sufrido abusos, ha sido victimizada y no valuada puede ver en su hija esa parte despreciada de sí misma. Y a veces como su propia IRA personificada. Los sentimientos de coraje contra sí misma son a veces el despertar de esa furia escondida, al punto que muchas madres recurren al ataque físico y psicológico en contra de sus hijas desde muy pequeñas.
(Herman and Lewis, Anger in the Mother-Daughter Relationship. Tony Bernay ed. 1989).
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