Como especialista, me atrevería a pronosticarle un fracaso a dicha pareja aun en el caso de que hubieran podido escaparse. ¿Por qué? Por dos razones. Primera, porque el amor no es un episodio febril de enamoramiento y, segunda, porque si nos ubicamos en la realidad de esta pareja, piensa cómo sería su relación cuando vivieran juntos. Si Jack no fue capaz de rentar un espacio para vivir porque no tenía dinero, ¿podría rentar ahora algo habitable? ¿De qué trabajaría ella? ¿De costurera, que era lo que la mamá rechazaba?
¿Vivirían con el lema "pobres pero felices"?
¿Cuánto tiempo podrían vivir alimentándose de amor?
¿Qué ocurriría siendo tan jóvenes, con la llegada del primer bebé, situación inminente, ya que no existían los anticonceptivos?
Cuando tuvieran que discutir de dinero, ¿conservarían la misma actitud condescendiente y cordial que tuvieron en el barco?
¿Cómo actuaría Jack cuando Rose le pidiera que se fuera a trabajar a una fábrica como obrero y dejara a un lado sus pretensiones artísticas, bohemias e independientes?
¿Le echaría Rose en cara que por su culpa es pobre, pudiendo ser rica, cuando Jack se empeñara en dibujar mujeres desnudas porque era parte de su profesión?
¿Verdad que el enfoque cuestionador de estas preguntas cambia la perspectiva color de rosa del viejo paradigma? Y si esto no es suficiente, quiero decirte, como psicólogo de pareja, que es muy difícil que una relación con las características de estos jovencitos llegue a buen puerto. Esta afirmación la baso en un par de premisas que conocemos los psicólogos. Una se refiere a que tu historia personal determina de manera importante tu vida. La otra, a que hay una tendencia a repetir lo que percibiste de niño en tu propia familia.
En el caso de Rose, después de conocer la personalidad tóxica de la madre, podemos imaginar la clase de matrimonio que habrá llevado esa señora.
¿Te imaginas estar casado con una persona como ella?
¿Te imaginas el tipo de relación que presenció Rose de sus padres? Pues seguramente mucho de esto es lo que ella internalizó.
En el caso de Jack, ya vimos que su personalidad es inestable, sin arraigo, nómada e individualista. Como pareja son inmaduros, ingenuos, infantiles, incapaces de sintonizar el principio de realidad. En otras palabras, no hay cimientos sólidos para pensar que puedan construir algo que valga la pena. Su único capital es el "amor", que curiosamente es el mismo patrimonio con el que inician una relación aquellas parejas que desembocan en el divorcio o en la infidelidad.
Probablemente alguno de ustedes intentará rescatar y defender el "amor" de estos protagonistas esgrimiendo con cierto enfado el siguiente argumento: "Rubén, ¡pero si Jack dio su vida por Rose! ¿Acaso no te parece este sacrificio suficiente prueba para constatar el amor que se profesaban?"
Quisiera decirte que este planteamiento no es una prueba contundente y fehaciente en términos de seguridad de un proyecto conyugal exitoso. Esto es más bien expresión de sólo un episodio de enamoramiento, como lo explicaré a fondo en un capítulo posterior. Por el momento sólo te puedo decir que si dudas de mi afirmación, te pido que converses con hombres divorciados, o que estén enfrascados en una relación gris o conflictiva, de ésas que abundan, en las que la desconfianza y el resentimiento son componentes esenciales, evidencia de su incapacidad de amar. Pregúntales cómo se comportarían si en su noviazgo hubiesen ido en un crucero y durante la travesía el barco se hundiese. ¿Hubieran dado sus vidas por la amada? Para ir aún más lejos, formúlale esta pregunta a uno de esos "antropófagos emocionales" que golpean, injurian y devoran psicológicamente a sus esposas, si de novios habrían muerto por sus "Dulcineas" si la ocasión lo hubiera demandado. ¿Sabes qué te contestarían? ¡Que sí!
Con estas respuestas constatarías que este sacrificio es un gesto muy humano, loable y hasta amoroso; sin embargo, no tiene que ver necesariamente con un proyecto conyugal, ya que el verdadero amor no se expresa con un episodio aislado en el noviazgo, sino que se demuestra con un comportamiento afectuoso sistemático durante el resto de sus vidas.
Como has podido percatarte, el viejo paradigma es obsoleto. Pretender encontrar en él soluciones frescas, novedosas y eficaces es una necedad. ¿Has visto alguna vez una mosca chocar una y otra vez en el mismo cristal buscando salir de la habitación sin poder lograrlo? Pues eso es lo que seguimos haciendo con el amor, queremos salir por el mismo cristal (viejo paradigma), sin conseguirlo.
Aunque ya he apuntado que las causas de la crisis de la pareja son múltiples, en este momento me aventuro a señalar que una de las razones fundamentales que la generan es que la pareja carece de un sistema inmunológico adecuado. El viejo paradigma debilita el sistema inmunológico en las parejas.
Nadie ignora que con un sistema inmunológico débil somos propensos a enfermarnos; de hecho, lo que caracteriza a la enfermedad apocalíptica de nuestro tiempo, el sida, es eso: el debilitamiento progresivo del sistema inmunológico. En realidad, las personas con este maligno padecimiento fallecen a consecuencia de enfermedades oportunistas como infecciones gastrointestinales o respiratorias. Análogamente, ocurre lo mismo con la mayor parte de las parejas que se divorcian: sus relaciones mueren de enfermedades oportunistas. En el consultorio es frecuente escuchar: "Lo más absurdo de todo es que peleamos por tonterías, esos pleitos por cosas irrelevantes están desangrando a nuestro matrimonio sin que podamos hacer algo para evitarlo".
Enfermedades oportunistas como mamitis, papitis, problemas económicos, disfunciones sexuales, problemas de educación de los hijos, de intereses, de manejo de poder, de diferencia de opiniones, entre otras, podrían tener un pronóstico de curación o resolución bastante optimista. Sin embargo, el sistema inmunológico precario que genera el viejo paradigma convierte estas enfermedades en agentes devastadores y letales para la salud de la pareja. El viejo paradigma es el epicentro desde el que se propagan los terremotos afectivos que provocan los derrumbes de las construcciones de la pareja.
Quisiera retomar nuevamente la película Titanic para ofrecerte otra elocuente metáfora. Hay una escena en donde los científicos que exploran el barco hundido analizan la causa de su infausto destino y concluyen que el naufragio obedeció a que el timón era pequeño en relación a la enorme dimensión del barco, por lo que no pudo virar eficientemente para evitar la colisión trágica con un iceberg. Es interesante observar que a la pareja le sucede lo mismo que al Titanic. Su timón, representado por el viejo paradigma, es tan pequeño que el margen de maniobra es muy limitado, al grado de no poder evitar funestos choques con los diversos obstáculos que encuentra en su camino.
Para terminar mi análisis quisiera señalar que el final de la historia, donde Rose ya anciana arroja al mar el costosísimo diamante azul, el cual, sin que nadie supiera, conservó toda su vida, puede parecer muy romántico. Sin embargo, propondría un final diferente, uno más cercano al concepto del amor como una facultad que oriento hacia mis semejantes. Si yo fuera Jack, hubiera preferido que ella vendiera la joya y con tan cuantiosa fortuna fundara casas para niños de la calle; con ese gesto sentiría que verdaderamente honraba mi memoria.
Comentarios
Completamente de acuerdo con el análisis de la película y con el concepto del viejo paradigma de la pareja, por desgracia como en muchas situaciones la reflexión la recibo tardiamente, en el sentido de que ya no hay pareja que rescatar ni deseos de hacerlo, mi familia ya es independiente de mi y el daño ya esta hecho, sin embargo considero que nunca es tarde para aprender, lo felicito, no solo por las acertadas reflecciones, tambien por el estilo de redacción que tiene que atrapa al lector, gracias.
Es un buen análisis de la película con nuestra vida en pareja... Qué hacer cuando este virus nos ha atacado??
muy buen analisis, felicidades por la perspectiva,
Hola! Grcs. por compartir tu punto de vista.
ME ENCANTO EL ANALISIS QUE HACES DE ESTA PELICULA TAN ROMANTICA, YO LLEGUE A IDEALISAR ESA RELACION POR MUCHO TIEMPO.
Creo que poner los pies en la tierra no significa que no podamos crear una relación de pareja de cuento de hadas y vivir felices para siempre... pero sí que tendremos que trabajar arduamente en nosotros mismos día a día para lograrlo. Gracias por desenmascarar a ese antiguo paradigma que nos ha tenido engañados tanto tiempo. En lugar de pláticas prematrimoniales, debería ser obligatorio para los jóvenes tomar tu curso antes de casarse!
Me encantó el análisis completo, nos deja una buena tarea de auto reflexión sobre nuestras relaciones.
Wow! En verdad resulta útil leer esta interpretación especializada de la construcción errónea de relaciones amorosas...identifiqué fallas, aciertos y oportunidades de trabajo emocional. ¡Gracias!