PIROPOS

Amigas y amigos de RETOS FEMENINOS, les comparto con mucho respeto este texto de la escritora Graciela Fernández. Amigas: tómenlo con un gran sentido del humor. Amigos: atiendan la recomendación. FELICES FIESTAS PARA TODOS.

"Hace  unos días caminaba rumiando mis pensamientos como quien mastica vidrio y buscando algo parecido a un centímetro de sombra, cuando al doblar una esquina me crucé con  un hombre que me dijo un piropo.

Primero desfruncí el ceño, que chirrió como una bisagra oxidada porque hacía un largo rato que lo tenía fruncido. Después estiré la espalda, sonreí, y dándome vuelta busqué al gentil caballero para darle las gracias, cosa que suelo hacer indefectiblemente, cuando me dicen un piropo.

Pero hete aquí que no lo había mirado, y si lo había mirado no lo había visto, y por lo tanto no pude identificarlo. Menos mal, porque de la gratitud hubiera sido capaz de abalanzarme sobre él, colgármele del cuello, hacer de cuenta que era Antonio Banderas y arrancarle la ropa a mordiscos en plena calle.

Con el ceño desfruncido y una sonrisa que llamaba la atención entre tantas caras largas, seguí mi camino meditando sobre los efectos terapéuticos del piropo y sus posibles aplicaciones contra el bajón psicofísico .

Llegué a la conclusión de que, en el caso de las mujeres, este mal podría curarse de raíz con una dosis diaria de piropos, que nos ayudaría a recuperar la autoestima, nos levantaría las defensas y nos haría más resistentes a virus, bacterias, aumentos de precios, reducciones de salarios y otros males nacionales.

¡Y que sencillo sería! Cuando mucho, cada hombre debería decir por día unos diez piropos, y ni siquiera haría falta que fueran elaborados: un simple ¡¡¡ADIOS HERMOSA!!! dicho en tono admirativo, inclinando la cabeza y soplándolo cerca de la oreja de la bruja más horrible, obraría milagros.

Ni que hablar de esos dos clásicos  el “MAMASSSITA” y el “REINITA” con que suelen castigar nuestros oídos los hombres, y que pasado el bochorno inicial, nos producen un pico  de adrenalina que nos alcanzaría para brincar por los campos toda una tarde. 

Lo único indispensable es que todos los piropos fueran indiscriminados; esto es, dichos al azar; no un tributo a la belleza sino más bien un acto de grandeza masculina, destinado a hacer brotar  esa hermosura interior que, se supone, todas llevamos dentro.

Observen los resultados que se podrían obtener, según las dosis:

Con sólo un piropo diario, tendríamos la mirada más brillante durante el resto del día, el busto erguido por dos o tres horas y el andar majestuoso por varias cuadras.

Con dos piropos diarios tendríamos menos arrugas, soportaríamos las inclemencias del tiempo sin quejarnos, trabajaríamos cantando y volveríamos a casa con la energía necesaria para preparar la cena, postre incluido.

Con tres piropos diarios consumiríamos menos ansiolíticos y antidepresivos, gastaríamos menos en cosméticos, nuestro humor mejoraría notablemente y nos pondríamos mimosas cuatro noches por semana.

Con cinco piropos diarios dejarían de dolernos para siempre la cabeza y los ovarios, se nos borrarían las patas de gallo, se nos disolvería la celulitis y bajaríamos diez centímetros de cintura.

Y con una sobredosis de diez piropos diarios, seríamos capaces de levantarles la libido de por vida hasta al más alicaído de los varones, lo cual ya es mucho decir.

Rugiríamos como leonas, caminaríamos como panteras, tendríamos piel de pétalo, transpiraríamos con olor a sándalo y nuestro aliento sería fresco y perfumando como si masticáramos menta por toneladas.

Nos convertiríamos en verdaderas mujeres maravilla, de esas que  lanzan camiones por los aires y destripan malhechores sin que se les despeine el flequillo ni se les corra el maquillaje, y todavía nos quedarían energías para bailar todas las noches la danza de los siete velos, como preludio a lo que vendría después.

Piensen, muchachos, piensen… con la mínima inversión de unos pocos minutos diarios y algunas palabras floridas dichas al azar, todos podrían tener esposas, amantes, novias, madres, hermanas, amigas e hijas maravillosas, alegres y querendonas.

Y por si esto fuera poco, piensen en los  beneficios para el bolsillo masculino: si todas las mujeres recibiéramos nuestra dosis de piropos, no habría más compradoras compulsivas, ni sicoanalizadas crónicas, ni maniáticas de la limpieza, ni hipocondríacas.

Las familias  ahorrarían miles de pesos que podrían invertir luego en vacaciones, arreglos y reformas en la casa…

En fin, ¡si no me creen, hagan la prueba! Lo más que puede pasar es que algunas celosas se pongan locas, pero al hacer tan felices al resto de las mujeres, eso no cuenta. Además, ellas también recibirían sus dosis diarias así que andarían mansitas.

Señores, hágame caso, porque lo digo por experiencia: las puertas que abre un piropo en el corazón de la mujer, rara vez se cierran. Bombones, flores, diamantes, son bienvenidos, también.

Pero un piropo… les juro que nos desarma, y que hasta la más arisca, aunque por fuera se haga la recia, al escuchar un “requiebro” siente cosquillas en el estómago y cascabeles en el alma".

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Comentarios

  • ese escrito de graciela fernandez es una gran verdad , si nomas cuando alguien es amable conmigo me alegra tanto el dia, me hace tan feliz , imaginate un piropo , ojala ustedes os hombres tomaran diario esa actitud  no importa si somos feas o bonitas cualquier piropo deveras cambiaria el mundo como tu dices , jajajajajajaja que barbaro si que me has hecho reir   y sobre todo ya no existirian ni los cirujanos plasticos jajajajajaja gracias por tan atinado comentario. saludos sebastianapastrana29@hotmail.com
  • Los piropos son como sacudir una varita magica sobre nosotras

    y haran resurgir a una verdadera MUJER en toda la extension d la palabra.

     

    Excelente escrito de Graciela Fernadez y q bueno q nos lo haces llegar Samuel, gracias.

  • Genial, estoy riendo a carcajadas, me encanto, eso es conocer el alma femenina, gracias por este piropo a mi espiritu...sigo riendo, que bien!!!!
  • Excelente, tienen toda la razòn, mi marido nunca me dice piropos, al contrario puro joder.

    Claro que sola me levanto sino, estuviera fea y viviera encerrada,

  • Muy cierto
    Chavos, pregúntenle a sus abuelos los piropos que decían y díganoslo por que son tan bonitos y vaya que nos conquistarían jajaja
  • Samuel que razón tiene la escritora. Cuando necesito levantar mi ánimo, traigo a la mente dos  piropos que me hicieron antes de subir a la oficina y esos días  fueron de los más productivos...recuerdo los "piropos" clave y cuando los traigo a mi mente, surten el mismo efecto, aunque hayan pasado algunos añitos de haberlos recibido...
  • ja,jajaaaa, si que me hiciste reir Rosa, tienes mucha razòn, la costumbre hoy en dìa es con esa palabra que quizà a nuestras hijas les agrade como piropo. En nuestros tiempos hubiera sido una ofensa muy grande  A tì Samuel, gracias por este grato momento y si, aunque son raros hoy los piropos "bonitos", hay mucha razòn en lo que escribiò esta escritora, tienen un gran efecto en nuestra autoestima..., un abrazo para todos.
  • Hola Samuel:  de verdad que afortunada debe de ser tu esposa, ya que los piropos son tan picaros tan bonitos que cuantas mujeres nos sentimos alagadas cuando nos dicen algun piropo, pero que pena que casi los ùnicos que dicen piropos son los albañiles y en realidad tienen un sentido del humor que ya lo quisieramos cualquiera de nosotras, por que las nuevas generaciones unicamente como se comunican es que paso guey como estas guey  y quizas entre guey y guey se digan que guapa de vez guey pero de eso a lo que es un verdadero piropo les falta mucho.
  • JAJAJA ES VERDAD A MI CUANDO ME DICEN ALGUN PIROPO YO SIMEPRE DIGO "YA ME HICIERON EL DIA"  ES VERDAD QUE NOS LO HACEN YA QUE ME REAFIRMAN MI AUTOESTIMA
  • Mi hermana decía que cuando se sentía cabizbaja o depre, pasaba por una construcción y no faltaba un chiflido de algún albañil o un grito – A dios mamacitaaaa! Mi amor te quiero!!!.... entre otros tantos más!… =D

    Tiene razón Samuel; una simple palmada, un -lo hiciste bien, te felicito!…te da seguridad, confianza,  esmero, energía para hacerlo mucho mejor.

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