Publicado por Martha Chapa el 30 de Junio de 2011 a las 11:26am
Dentro del género musical, Perfume de Gardenia es todo un acontecimiento y nos deja un grato sabor y un delicioso aroma.Para empezar a hablar de los atractivos de esta obra, que se presenta en el Teatro San Rafael, tenemos que referirnos a la presencia en el escenario de dos grandes íconos de nuestra cultura popular: María Victoria y Yolanda Montes Tongolele, quienes brillan en toda su plenitud en sus caracterizaciones como estrellas del cabaret Mambo, donde se desarrolla la historia.Las vemos, a ambas, esplendorosas en el escenario, como si estuviéramos en los años cincuenta del siglo pasado, la intensa época en la que transcurre el relato de esta pieza musical. María Victoria canta y Tongolele baila: cada una interpreta sus grandes éxitos de aquellos tiempos. Su vitalidad y carisma deslumbran hoy tanto como antaño, y el público asistente las aclama como lo hicieran sus espectadores de ayer.Muy apropiada es la música de la legendaria Sonora Santanera, que acompasa íntimamente la historia a través de su variado y sensacional repertorio.Se trata de un melodrama dirigido por Benny Ibarra y producido por Omar Suárez, que cuenta el consabido romance de una pareja que impone su amor y alcanza la felicidad sorteando todos los obstáculos que se les presentan. Un relato de Francisco Oyaguren, con sus indispensables personajes del bien y del mal, de buenos y villanos.Tal vez suene simple y trillado, pero el espectáculo es mucho más que la ´sencilla historia que describe: es un despliegue de coreografía, música, remembranzas y buenas actuaciones.Actores y actrices logran su cometido, pues se trata de intérpretes con una larga trayectoria en el cine y la televisión, donde han mostrado su experiencia y talento. Y aquí lo siguen haciendo. Destacan Julio Alemán, Andrés García y Julissa. A la altura están también las bailarinas y los bailarines que muestran su gracia y habilidades en los diferentes y vibrantes números musicales.Especial reconocimiento merecen Benito Castro con su comicidad, y Luis de Alba con su picardía.La producción, que es lucidora e impactante, llámese vestuario, escenografía o iluminación, incluso echa mano de los fuegos artificiales, que sorprenden y gustan al público.Junto a las grandes figuras ya mencionadas, alternan otras de nuestros días, en especial Aracely Arámbula, protagonista central de la obra, que se desenvuelve con naturalidad y capacidad histriónica, y una larga lista de actores de primera línea: Jorge Salinas, Niurka, Sergio Mayer, Elizabeth Álvarez, Gina Varela, Latín Lover, Arturo Camacho, Rosana Martínez y Julio Camejo.Una bien armada evocación del ambiente cabaretero de los años cincuenta. Nostalgia, música grata, dignas actuaciones, atinada escenografía y mucho buen humor. Una apuesta de teatro musical que nos entretiene y alegra. Un espectáculo muy bienvenido, sobre todo en estos tiempos de crisis económicas e inseguridad pública, que nos tienen tan cabizbajos y han mermado la asistencia del público a teatros, cines y otros espectáculos. Entre paréntesis, sería deseable que pronto vayamos resolviendo juntos esa grave problemática y podamos recuperar la vida nocturna de nuestra ciudad capital. Y no sólo es un llamado a vencer el miedo para acudir a los espectáculos y restaurantes en horas de la noche, sino una invitación a reconquistar, en general, nuestros espacios públicos y las ricas expresiones de la cultura urbana y popular.Al respecto, esplende hoy, de nueva cuenta, esa gran mujer y promotora del teatro que es Fela Fábregas para ponernos el mejor de los ejemplos manteniendo siempre abiertas las puertas del teatro San Rafael.
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