Con cierta frecuencia las víctimas de abuso sexual infantil e incesto, tienen un rostro ecuánime, dan la impresión de que no les importa lo que ocurre, aparentan desinterés por el problema, ausencia de dolor o sufrimiento y hasta risas ansiosas. A tal grado que no falta quien llegue a juzgar que gozan de la situación, la aceptan y hasta la provocan. ¡Nada más falso que eso! Lo que ocurre es que la experiencia es tan ambigua, bizarra, terrible o en palabras llanas, tan loca, que el psiquismo de la niña o adolescente se rinde, se evade pensando: “Esto no me pasó a mí”, “No volverá a ocurrir”, “Ya pronto terminará”.
Son tan grandes los estímulos como la confusión que provocan –porque, ¿cómo odiar a la persona de la que depende afectivamente?– que se convierte en una experiencia difícil de digerir, de nombrar, y por lo tanto, la conducta no siempre puede ser congruente con el daño recibido, no en ese momento.
Algunos/as estudiosos/as del tema ubican al incesto como un modo de tortura, esto debido a que el abusador goza de su ejercicio de poder y del sometimiento de su víctima.
Por otro lado, no debemos olvidar que una niña a su corta edad, abusada por un familiar no está en condiciones de discriminar si lo que le están haciendo está bien o mal; se trata de una persona en la cual confía. Ella no es culpable del hecho, sino el adulto que la utiliza para obtener placer. Ella solo busca el amor de su padre y para eso lo ama (Erich Fromm dice que ese es el amor que las niñas y los niños pueden ofrecer: “te amo porque te necesito”), por lo tanto teme perder su amor. Y a cambio recibe un “amor” de otra índole.
En los casos en que a consecuencia de la violación, viene un embarazo, algunas tienen una interrupción –voluntaria o involuntaria–, experiencia intensa nada agradable; otras paren y se quedan con su bebé, imponiéndoseles una maternidad no pedida y una renuncia a su infancia; unas cuantas lo ceden en adopción, ganándose el estigma de algunas personas que no logran comprender que cederlo es un acto responsable y civilizado a una situación insostenible para ellas y para su familia.
El ataque incestuoso produce una ruptura grave en la estructuración de la personalidad, pudiendo llegar en algunos casos hasta la muerte. De ahí la importancia de su rápida detección, o mejor aún, la prevención a través de la educación sexual correspondiente y de la adecuada legislación en el tema que realmente proteja a la infancia.
Comentarios
Es realmente un hecho vergonzoso, sobre todo cuando la lucha debe hacerse con personas tan poderosas como estas. Dicen que la ley es para todos, pero los sucesos como este nos demuestran que sólo los que tienen dinero y poder pueden tener JUSTICIA. Qué podemos hacer en estos casos? Podríamos como MUJERES CONCIENTES, CREAR UN ORGANISMO PARA LUCHAR EN ESTOS CASOS Y QUE LOS RESPONSABLES TENGAN REALMENTE SU CASTIGO.
Me da mucha pena lo qu le sucediò a tu familia Maruela pero se me ocurre que puedes llevar el caso a una instancia superior, no te des por vencida.
MI HIJA FUE ABUSADA DE 14 AÑOS CON UNO DE 19 AÑOS PERO EL GOBERNADOR DECRETO QUE NO HAY DE LITOFUE PEÑA NIETO.