La canción “Pepas” de Farruko está en boca de todos, y no precisamente por los millones de fanáticos que la escuchan, cantan y bailan al ritmo de ese tema que invita a disfrutar la vida mediante el uso de drogas ilícitas en las discotecas. Resulta ser que la misma composición musical que tanta gloria, y millones de dólares le ha traído a este famoso, inesperadamente también le ha traído mucha vergüenza, arrepentimiento y me atrevo a decir, que hasta lágrimas.
Y es que Farruko, ya no quiere saber nada de “pepas”, ni de los caminos equivocados que muchas veces promueven la música urbana y el reguetón. Confesó que su vida ha cambiado tras conocer a Dios y que ahora su carrera también será diferente. De hecho, en un esperado concierto en Miami no cantó “Pepas” y pidió perdón a los padres de hijos que hayan sido influenciado por ese tema, catalogado por la revista Times, como la mejor canción del 2021, situando al puertorriqueño por delante de artistas como Justin Bieber o Taylor Swift. Y con más de 33 mil millones de reproducciones en You Tube de esa canción, ¿te imaginas cuántos jóvenes habrán sentido la curiosidad de drogarse?
Aplaudo que una estrella musical como Farruko haya entendido el poder y la influencia que puede tener una canción en sus seguidores y más importante aún, cuando se trata de oyentes adolescentes y jóvenes. Muchos de sus 20 millones de seguidores en Instagram le han dejado saber su apoyo, mientras hay quienes se preguntan si realmente hubo "un cambio” y otros se quejan de que el artista convertirá sus conciertos en “cultos religiosos”.
Además, con su transformación, se vuelve a llamar Carlos, como lo nombraron al nacer, dejando atrás el “Farruko” que le hizo ganar tantos aplausos, fama y dinero. ¿De qué vale todo eso si al llegar a tu casa te sientes tan vacío? Me gustaría preguntarle, ¿cuántos años de su vida llevaba buscando ese cambio?
Sin duda, su nueva vida nos recuerda que al igual que una “pepa” ofrece un momento de felicidad en una discoteca, muchas veces tratamos de llenar los vacíos emocionales con “pepas”, como adicciones al alcohol, comida, compras compulsivas, obsesiones a lucir perfectos y romances fugaces que al pasar el tiempo nos recuerdan que seguimos buscando paz y felicidad. Reconocer “las pepas” en tu vida será el primer paso para hallar ese cambio que tanto anhelas.
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