Me niego a adoptar creencias falsas, pues me he dado cuenta de que son negativas e inútiles, no me permiten avanzar, y me contaminan de mentiras y dudas.
Soy libre y soy capaz de elegir en qué creer.
El miedo no me manipula, lo veo de frente y le quito poder.
Así es que a los profetas, que gritan desgracias, en mí van a encontrar oídos sordos.
Comentarios
Lilia: Gracias por compartir.