¿Cómo manejar los berrinches? En la actualidad podemos encontrar pautas basadas en la investigación que, sin ser una receta, nos dan una luz. Diane Papalia et al, nos ofrece uno de estos útiles compilados:
- Sea flexible: conozca el ritmo natural del niño (la palabra se refiere también a la niña) y sus gustos y aversiones especiales.
- Considérese a sí mismo como un puerto firme, con límites seguros desde los cuales el niño puede descubrir el mundo, y regresar repetidas veces a buscar su apoyo.
- Convierta su hogar en un sitio “pensado para el niño”. Llénelo de objetos irrompibles cuya exploración sea segura.
- Evite el castigo físico.
- Ofrezca posibilidades (de acuerdo a la edad del niño) para permitirle cierto control y sea constante al reforzar las exigencias necesarias.
- No interrumpa una actividad a menos que sea absolutamente indispensable: procure esperar hasta que la atención del niño se haya desviado hacia alguna otra cosa.
- Si ha de interrumpirlo, adviértaselo. Esto brinda al niño tiempo para prepararse y terminar una actividad o pensar en reasumirla en otro momento.
- Sugiera actividades alternativas: una adecuada por una inadecuada que ha comenzado el niño.
- Sugiera; no ordene: acompañe sus exigencias con sonrisas o abrazos en lugar de críticas, amenazas o restricciones físicas.
- Asocie sus peticiones con actividades agradables: “Es hora de que dejes de jugar para que puedas ir conmigo al supermercado”.
- Recuérdele al niño lo que usted espera de él en cada momento y situación.
- Espere contados instantes antes de repetir una orden si el niño no obedece inmediatamente.
- Haga una pausa para poner fin a los conflictos. Apártese usted o al niño de la situación. Con mucha frecuencia esto conduce a la disminución e incluso desaparición de su resistencia.
- Espere un menor autocontrol durante las épocas de estrés, por ejemplo, enfermedad, divorcio, nacimiento de un hermano o la mudanza a una nueva casa.
- Por encima de todo, conserve el ambiente tan positivo como sea posible. Mantener una relación cálida y placentera es la clave para lograr que los niños deseen cooperar.
Cuando somos testigos de un berrinche y el papá o la mamá entran en acción, es preferible no interrumpir el acto. O, si hemos de hacerlo, que sea poniéndonos del lado de los padres. Suelen suceder cosas del tipo: el niño que en el restaurante se emberrincha porque sus papás no le dan la comida que él exige; entonces viene el encargado del servicio y se lo da como “cortesía de la casa”, “para que el niño no llore”, sin saber que tal alimento era inadecuado o innecesario, afectando, de paso, la autoridad de los padres y debilitando el carácter del niño.
Los niños nacen pensando que el mundo les pertenece. A los adultos todos nos corresponde enseñarles que no es así. Hagámoslo con coordinación, tacto, amor y firmeza.
Comentarios
hola me gustaria saber mucho mas sobre el tema por ejemplo cuando mi hijo esta haciendo un beriche no se si dejarlo a que se le pase o llamarlo o decirle que esta castiado ojala pueda responderme