Tiempo de vacaciones, estos días de descanso son muy importantes porque marcan un ciclo de renovación. Para nosotros los mexicanos, La Semana Santa o Semana Mayor está llena de contrastes, por un lado la religión –para los creyentes- indica una época de reflexión y una fiesta de guardar, y para los que no lo son, estas fechas también hacen poner en orden algunas situaciones, donde por un lado se cierran círculos y por otro empiezan nuevas oportunidades.
Esta época del año tiene que ver con el ciclo de renovación, estamos dentro de esta emprendedora etapa de la que hay que hacer conciencia.
Es muy importante que dejemos atrás lo que no nos sirve para renovar el alma y dejar entrar entonces todo lo bueno que llegue a nuestra vida. Esto es lo ideal.
La Pascua significa renovación y aunque la religión nos lo menciona en todo el mundo, católicos o no, estamos dispuestos a disfrutar las vacaciones y aprovechar que hace unos cuantos días inició también la primavera, entonces festejamos el tiempo de renovarse con diferentes rituales; aquí en México en algunos lugares festejan con los huevos de “Pascua”, de chocolate y otras golosinas escondiéndolos en canastillas adornadas, en los jardines para que los niños tengan un regalito; también está marcado el término de la Cuaresma, que es entre otras cosas, tratar de no caer, aunque estemos expuestos, a tentaciones físicas; no dejarse llevar por excesos, como en comida, bebida y placeres; o tener sentimientos de codicia, por lo que entonces se puede dar cabida a “pecados capitales”, que van muy de la mano en este contraste del que estamos hablando, ya que si alguno de éstos nos invade, no nos permitiría renovarnos.
Los seres humanos dejamos que en “vacaciones”, nos envuelvan en cierta medida los excesos, ejemplificando como les han llamado desde tiempos remotos “los siete pecados capitales”, que son: Soberbia, envidia, pereza, lujuria, ira, gula, y avaricia. Sentimientos y acciones existentes en todas las personas y que nos dejamos llevar –a veces- por ellos, siendo originarios de nuestras propias desgracias. No estoy diciendo que sólo en vacaciones nos invadan, de hecho están presentes siempre, vivimos con ellos, sólo que estas época estamos más expuestos. Por eso, hay que estar conscientes de que forman parte de nosotros para poder dominarlos o dicho de otra manera, no dejarnos llevar por nuestros propios excesos. Les llamamos pecados porque es la forma más común de conocerlos, y por estar relacionados con la religión Católica, que por cierto, los agrupa y los reconoce, de tal manera que los vuelve universales. Valga entonces una reflexión acerca de ellos sin importar si eres religioso, católico, agnóstico, ateo o muy espiritual.
A estos “pecados”, hay que tenerlos muy bien reconocidos, a prudente distancia, pues son los generadores de muchos males en el mundo, y mantendrán nuestra felicidad lejos de nosotros.
Gracias y… ¡Haz que suceda ahora!
Comentarios
Importante tener esa actitud de cambio!!! Es el Tiempo de Pedonar y enmendar el camino.
Te felicito, pocos reflexionan a cerca del tema, la "Semana Santa" termina siendo una semana caótica, accidentes, muertes imprudenciales, excesos, gastos innecesarios... en fin, un sin número de acciones que estàn por demàs alejados de lo que es la abstinencia, la reflexiòn y la transición positiva.
Excelente reflexión para estos días gracias...
Excelente tema en estos tan desvirtuados días "santos". No esta de más dedicar unos momentos a la parte espiritual y tratar de reflexionar un poco lo que estos significan para nosotros los cristianos, y para los que no pues no estaría mal de todos modos. Felicidades por lo oportuno de tus mensajes.