Aunque los celos se presentan en diferentes grados, los cuales pueden ir del más bajo o inofensivo al más alto o enfermizo, siempre ha existido la certeza de que son un ingrediente que mancha, contamina o pervierte al vínculo amoroso. La sensibilidad y la perspicacia de muchos poetas han permitido reconocerlo. Un botón de muestra lo encontramos en esta sentencia de Miguel de Cervantes Saavedra: Si los celos son manifestaciones de amor, es como la calentura en el hombre enfermo que el tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta.
Otra, sería el de estos versos de Lope de Vega:
Son los celos cierto temor
tan delgado y tan sutil
que si no fuera tan vil,
pudiera llamarse amor.
Explicar a cabalidad qué son los celos no resulta nada sencillo, dado que en ellos confluyen algunos aspectos contradictorios: por un lado el afecto, y por otro la inseguridad y la desconfianza. Pese a ello, me quedaría con la interesante definición de Jean Baptiste Alphonse Karr que dice: Los celos son una combinación explosiva de amor, odio, avaricia y orgullo. De esta definición resaltaría el aspecto de la avaricia, ya que es bien conocido por todos que los celos tienen un fuerte componente de posesividad y exclusividad exageradas.
En psicología sus manifestaciones malignas o patológicas reciben el nombre de celotipia o delirios celotípicos. En sus forma más grave también se les conoce como psicosis paranoide. La psicosis en lenguaje no técnico se identifica como locura, mientras que la palabra paranoide hace referencia al delirio de persecución.
En el celotípico aparece un delirio; la realidad de sus pensamientos sólo existe en su mente. Y es paranoide porque supone obsesivamente que todo el mundo quiere tener relaciones con su esposa o que es ella quien lo desea. Este trastorno resulta un tanto interesante y extraño a la vez, puesto que quienes lo padecen viven bien adaptados a la sociedad, incluso llegan a ser exitosos y a gozar del reconocimiento de sus amistades. Sin embargo, en ellos hay un núcleo de locura incrustado en su aparato psicológico, el cual proyectan o depositan exclusivamente en su pareja. Estos celos irracionales pueden llegar a ser tan peligrosos que en ocasiones lo llevan a cometer crímenes.
Es un hecho que en las cárceles encontramos muchos casos de crímenes pasionales, en los que estas personas fueron desbordadas por intensos impulsos de rabia frenética celotípica que los condujo a asesinar a sus parejas y al "intruso" o intentar hacerlo.
Un ejemplo de este trastorno lo encontramos en la película Durmiendo con el enemigo. En ella, el psicótico paranoide tiene a su esposa sometida y e invadida de pánico, la cual, después de algún tiempo de casada, cuando no puede tolerar más la presión torturadora de su esposo, planea y lleva a cabo una estrategia para que él piense que ella ha muerto ahogada en el mar durante una tormenta, y así poder huir y deshacerse de él sin que se dé cuenta. Con la desarrollada intuición que poseen estos enfermos, él descubre que ella lo engañó, que sigue viva y tiene un nuevo novio, por lo que emprende una obsesiva búsqueda para asesinarlos.
Las parejas con problemáticas celotipicas son aquellas en las que los celos rebasan los niveles o límites admisibles. Cuando esto ocurre, se convierten en una constante, punzante y desgastante migraña para el proyecto afectivo. El hombre celotípico se instala en una terrible inestabilidad emocional, en una corrosiva inseguridad o sensación de amenaza de que su pareja lo traicione; mientras que para la esposa, su matrimonio se convierte en una insoportable pesadilla: en un calcinante infierno en el que sistemáticamente es acosada y culpada de deslealtad.
Estar casada con un sujeto enfermo de celos, es estar condenada a vivir en un permanente estado de hostigamiento, acorralamiento o acecho que lleva a cabo la vocación terrorista que envuelve al celotípico.
Podríamos explicar la dinámica de estas parejas con esta metáfora; es como si por el miedo del marido a recibir un golpe de estado ―que consistiría en ser desplazado como reino asociado al de ella, para ser cambiado por el de otro hombre― esto justificara un acto de intervencionismo sobre el reino de la esposa para, según él, protegerse de una probable traición. En tales casos, ellas colaboran permitiéndo y fomentándo que esta gestapo actúe libre y abiertamente en su propio territorio, lo cual implica la autorización para que realice labores de espionaje: que "infiltre espías" en su espacio privado, que "intervenga teléfonos y demás medios y vías de comunicación en su reino personal". Permiten que se apodere de él y lo controle a voluntad.
Estar casado con alguien contaminado por celos desmesurados, es permitir que coloque "minas psicológicas explosivas" que sólo él sabe en dónde se encuentran, y vivir en un estado permanente de inquietud, inseguridad y amenaza, pues habría que estarse cuidando en cada paso para no pisarlas. De otra manera correría el riesgo de provocar un "estallido" de rabia frenética en el inseguro y suspicaz celotípico.
Otra manera de palpar la peculiar y perversa dinámica que tejen los integrantes de este estilo conyugal, es a través de la chusca anécdota que cuenta que en la pared de un baño de damas, se hallaba escrito lo siguiente:
"Mi esposo me sigue a todas partes". Y abajo decía: "No es cierto, no lo hago".
Ahora bien, para que alguien se enfrasque en una relación con una persona celosa, tiene que darse una combinación de dos personalidades específicas, las cuales se complementan disfuncionalmente. Por un lado tenemos al celoso, quien vive en la sombra del inocente ―ya que es incapaz de confiar―, pero también en la del gobernante déspota que aplasta, y por añadidura no puede controlar sus impulsos agresivos, además de estar en la parte oscura del guerrero invasor que somete y controla. Son individuos muy rígidos, suspicaces y dominantes.
Le imponen a su débil pareja la consigna de "Estás conmigo o contra mí", o "Si no piensas, sientes y actúas como yo te exijo, entonces me estás desafiando e incurriendo en actitud rebelde y retadora".
Estos individuos acorralan sistemáticamente a sus esposas, las cuales no saben para dónde moverse. Si, por ejemplo, se arreglan para salir a la calle, él les recrimina que seguramente se citaron con otro hombre. Si salen poco arregladas, las confrontan agresivamente diciéndoles que ellos no son unos tontos, que se dan cuenta de que para no levantar sospechas salen asi a encontrarse con el "desgraciado". El colmo: si no se arreglan ni mucho ni poco, también es señal de una estrategia para no ser descubiertas en sus sucias intenciones. La cuestión es que no hay manera de tener tranquila y contenta a la fiera celotípica. Para ellas, es como vivir con un tigre enjaulado que camina con insistencia de un lado al otro buscando situaciones que justifiquen los gruñidos, mordeduras y zarpazos que le dará a su "pérfida" cónyuge.
Por otro parte, al lado del celoso se acomodará una persona pasiva, dependiente y miedosa. Una pareja sumisa que, por la misma fragilidad y vulnerabilidad que presenta, aceptará el control del cónyuge. Durante esta interacción abusiva, paulatinamente el miedo se va transformando en pánico, lo que lleva a esta "desvalida" esposa a aceptar la actitud intimidatoria, limitadora y avasallante del marido.
Esta desdichada mujer sólo podrá liberarse del "campo de concentración emocional" en el que se metió, cuando logre recuperar la fuerza de su guerrero para impedir que un bárbaro pretenda seguir invadiendo, controlando y dominando su apreciado y valioso reino personal.
En el caso de que la celosa sea la mujer, el hecho de que la mayor parte de las veces no sea ella la que tiene el control económico contribuye a quitarle un poco de peligrosidad o de gravedad a la situación, pues esto reduce su poder sobre la relación, lo cual no impide que su marido viva en un infierno, ya que desde que amanece hasta que anochece debe soportar la interminable y venenosa letanía de reproches y acusaciones de que lo traiciona con ésta o con aquélla o de que coquetea con cuanta mujer conoce.
En general, las relaciones celotípicas suelen ser tan escabrosas y dolorosas que este maligno ingrediente termina por destruirlas. La reina Margarita de Navarra dice: Aunque los celos sean generados por el amor, como son las cenizas por el fuego, aquéllos extinguen el amor lo mismo que las cenizas apagan la llama.
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Comentarios
EXCELENTE Y CIERTO ¡
Muy buen Articulo, yo viví así por cinco años años de mi vida, si es cierto la palabra sumisión y dependencia son lo que confundia con entrega y convicción, en fín despues de ya un tiempo de conocerme mas de entender mis debilidades y manejar mis vicios, ahora resulta que mi exmarido no deja de insistirme que despues de todo este tiempo ha entendido la lección, que se arrepiente tanto de todo lo sucedido, que me demostrara que quiere estar conmigo por que soy su vida¡¡ el problema es que yo ya no tengo ni deseos de besarlo siquiera, siento feo por que muy aparte de las ganas que pueda hecharle, ya nada puede provocar que yo tan siquiera considere regresar con el... te das cuenta todo lo debastada que puedes quedar, todo el dolor que te provocaste a ti misma por permitir que te manipularan de esa manera, y que pretendan reconquistarte despues de toooodo eso, la verdad no se que es lo que piensa.... ¡¡
¡¡¡ME PARECE SIMPLEMENTE MAGNIFICO ESTE ARTICULO!!! FELICIDADES RUBEN
A Uvan: qué pena que estés en esa situación, si llego a enterarme de algún abogado que sea especialista en eso te paso la información. Siendo tu casa, creo que no deberías haberte salido sino correrlo a él. Ojalá la recuperes y se resuelva todo favorablemente.
Beatriz Patricia: Tienes razón, tal vez el artículo estaba enfocado al caso de un hombre pues es lo más común que nos enteremos de ello pues son más violentos. Pero también hay mujeres que no cantan mal las rancheras en este tema tan terrible de los celos... Pero los comentarios tan acertados de Rubén aplican a ambos y creo que tanto hombre como mujer celosos necesitan terapia pues debe ser un infierno vivir con alguien así por las historias que han escrito. Y creo que para el mismo celoso la vida también debe ser terrible...
por favor alguien me puede recomendar un buen y serio abogado, me quiero divociar por celotipia y tengo 32 de casada, pero mi abogado no hizo nada, solo me engaño y perdio ya un año que me sali de mi casa y quiero recuperarla pues esta a mi nombre y estoy casada bajo separacion de bienes, muchas gracias por su consejo y ayuda.
MUY INTERESANTE, AUNQUE TE ENFOCAS EN EL HOMBRE CELOSO, YO CONOCÍ UNA PAREJA QUE LA ENFERMA ERA ELLA, LO CELABA, LO GOLPEABA, LO INSULTABA LO MINIMIZABA FRENTE A SUS AMIGOS Y TRATABA DE REDUCIR SU AUTOESTIMA DICIENDO QUE ERA INCAPAZ DE LOGRAR ALGO. QUIZÁ SUCEDE MÁS EN LOS HOMBRES PERO NO ES PRIVATIVO DE ELLOS
Cuando vi la primera vez "Durmiendo con el enemigo" pensé que era exagerada, que era la clásica película de emoción hollywoodense. Hasta que alguien asesinó a su pareja a la puerta de mi casa... por lo poco que pude saber de los vecinos, esa pobre mujer se quería separar del hombre y al acosarla y exigirle que regresara con él y ella negarse, la asesinó. Triste, pero acertadísimo tu artículo, como siempre. Necesitamos más información de este tipo pues cada vez me he enterado de más casos así en los últimos años. Gracias por ayudar de esta forma, no me queda más que recomendar tus cursos que ya los tomé hace algún tiempo y son geniales, han cambiado vidas. También felicidades por tu participación en el Auditorio Nacional, verdaderamente gocé tu conferencia!!! A todas las que participan en este foro y que viven situaciones como la descrita o conocen alguien que la vive, busquen ayuda de profesionales como Rubén González Vera. Ustedes pueden cambiar su vida!
Y que pasa con estos tipos una vez que te deshaces de ellos? Nunca cambian? Mueren solos? No hay esperanzas? Yo tuve una relación de 5 anos con alguien así, pero afortunadamente vi la luz y hace 4 anos que tome la valiosa decisión de separarme, pero tenemos una hija en común y no puedo dejar de pensar en que sera de su vida.
Hola Rubén : Que gran blog, tan importante a cerca de la celotipia, y que es bueno detectar a tiempo cuando son novios este problema tan grave, cuando te dicen que no uses tal o cual ropa, cuidado o si voleteas a ver alguien peor aun, por que esto es un augurio de que las cosas no saldran nada bien asi que chicas cuidado y les recomiendo ampliamente el curso de Rubén que toca estos temas tan interesantes y muchos temas mas para tener una pareja nutriva y de excelencia.
En gran parte del artículo estaba leyendo la descripción de mi esposo, es angustiante no poder escapar de las rejas que a lo largo de tantos años he ido reforzando en lugar de buscar la salida, sobre todo porque siempre al límite del destrozo emocional, empieza el destrozo físico..... la colitis nerviosa, el riñón, etc.