El 3 de noviembre de 1793, al alba, una mujer conocida como Olimpia de Gouges, escribía en su celda de la prisión de la Concergierie, en París, el último texto de su existencia...."con la furia de la pluma y el papel, dirigía sus últimos escritos a su hijo..."
Así nos describe Juan María Alponte las últimas horas de esta mujer que luchó sin descanso y entregó su vida por el reconocimiento de los derechos para las mujeres.
Esta aguerrida mujer francesa fue bautizada como Marie Gouze y nacío en Montauban el año 1748.
Su nacimiento estuvo rodeado de polémica ya que su madre mantenía relaciones extra maritales con un supuesto aristócrata quien siempre estuvo al pendiente de su hija. Tal vez ese hecho fuera el origen de su rebeldía y su deseo de transgredir el estricto estatus social de su época.
Una mujer joven y hermosa que tuvo que soportar los "dimes y diretes" que, en su ciudad natal, siempre la acompañaron por causa de su origen.
Esas experiencias la transformaron, la obligaron a replantear los paradigmas sociales de sus época y le abrieron la puerta para desarrollar su talento como escritora.
A ella le tocó vivir esa época de cambios en medio de una sociedad francesa que estaba en ebullición. Voltaire y Rousseau ilustraban y proponían un nuevo orden social. Era la época en que algunas mujeres comenzaron a salir de esa vida sin voz, para tomar la palabra para confrontarse con la jerarquía injusta para las mujeres de esa época.
En 1749 Montesquieu publicaba su texto "El Espíritu de las Leyes" y en 1759 había sido condenada la famosa "Enciclopedia", herramienta admirable de la ilustración, ese transformador movimiento que fue considerado como "peligroso".
Olimpia se trasladó a París donde despertó su afición y fascinación por el teatro, lo que la inspiraba y despertaba sus pretensiones de libertad.
Estos eran los días cuando por primera vez, muchos seres humanos, hombres y mujeres perdían el miedo a pensar por sí mismos y se liberaban de la censura moralizante.
Con su nuevo nombre de Olimpia de Gouges esta mujer pensante, asistía a los salones, cambiaba de pareja, desafiaba las reglas sociales y proponía vivir la felicidad en lugar del sufrimiento divinizado.
Aprovechando los contactos de su protector y padre secreto, inició su carrera literaria escribiendo obras de teatro y montando su propia compañía. Logró presentar sus obras en diferentes lugares de Francia y su mayor éxito lo obtuvo con "La Esclavitud de los Negros" con la cuál logró enemistar a importantes miembros de la corte de Versalles quienes se habían enriquecido con el comercio de esclavos; y por otro lado ganó adeptos entre algunos revolucionarios que clamaban por el fin de la monarquía y el reconocimiento a la igualdad entre todos los hombres.
El 26 de agosto de 1789 un hecho cambió el mundo: Ese día la Asamblea de la revolución aprobó la "Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano".
Pocos días antes se había logrado proclamar la "Libertad de Opinión Religiosa" y la "Libertad de Prensa".
Las mujeres francesas salieron a la calle a festejar estas libertades ignorando en lo general, que dicha "Declaración de Derechos" las excluía a ellas.
Olimpia de Gauges hizo pública su denuncia de exclusión, revelando lo ostensible y fácilmente comprobable: En el nuevo orden social y político, las mujeres aún no eran consideradas "adultas".
Era evidente que las nuevas ideas sobre la sociedad y el poder no habían alcanzado a cuestionar la realidad de las mujeres: Dependencia y sumisión dentro de una dominación patriarcal que insistía en perpetuarse.
Los escritos de reclamo por esta postura asumida por los revolucionarios no tardaron en llegar.
Un número importante de mujeres denunciaron ante la Asamblea el hecho que las obligaba a continuar viviendo bajo un estado cercano a la esclavitud o a la servidumbre.
Floristas, modistas e incluso religiosas de los conventos se dieron la tarea de protestar por su situación desventajosa.
Algunos de esos escritos convertidos en panfletos contenías ideas y frases duras escritas por Sor Juana Inés de la Cruz, quien desde tierras tan lejanas como lo es y era, México, expresaba sus ideas con libertad sin tener el recato de cambiar su nombre por algún seudónimo.
Mientras los hombres formaban sus distintos "Clubs" en donde se reunían a discutir ideas y sus pensamientos ideológicos, Olimpia de Gouges inauguraba también "Clubs exclusivos para MUJERES " con esos mismos propósitos.
Finamente presentó su propia versión de lo que sería la "Declaración de los Derechos Humanos de la Mujer y la Ciudadana".
Una vez más denunció la ignorancia, el olvido o el desprecio a los Derechos de la Mujer, sentenciando que esa era una de las causas de la desgracia y la corrupción de muchos gobiernos.
"La Mujer nace libre y permanece igual al Hombre en Derechos".
"El objetivo de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescindibles de la mujer y el hombre..."
Olimpia fue arrestada y trasladada a la prisión de la Consiergerie.
Un 2 de noviembre compareció ante un tribunal que finalmente la condenó.
El 3 de noviembre fue ejecutada.
Sus últimas palabras aún resuenan en la historia revolucionaria de Francia: "Si la mujer esta capacitada para subir a la guillotina, también debería estar capacitada para subir a las tribunas públicas..."
Hoy entendemos que la Revolución Francesa significó una toma de consciencia universal.
Pero este despertar de la consciencia no fue exclusiva para algunas innovaciones de pensamiento que conllevó su lucha y proclamación; lo que quedó más evidente fueron las muchas cuestiones básicas que este movimiento político e ideológico dejó sin resolver, entre ello el tema de la mujer.
Olimpia de Gouge y otras varias mujeres idealistas e ilustradas que lucharon de forma resuelta y con gran valor merecen una memoria digna por parte de los millones de mujeres de todo el mundo que hoy gozan de libertad y oportunidades.
En cualquier sociedad, entre hombres y mujeres, entre jóvenes o adultos, al momento de mencionar el nombre de Olimpia de Gouge lo más seguro es que preguntan confundidos...¿Quién...?
Comentarios
Muchas gracias a Laura Iliana y a Dora Cecilia por compartir y coincidir. Un abrazo desde Monterrey
QUE MUJER!
Gracias Maisela, Karila y Elena por coincidir en la importancia de empoderar a las mujeres...
QUE MARAVILLOSO ARTICULO , MUCHAS FELICIDADES TAMBIEN A LAS MUJERES QUE SE DAN A LA TAREA DE DAR A CONOCER A ESTAS MUJERES QUE NOS HACEN REPLANTEARNOS EL PAPEL Y LA RESPONSABILIDAD QUE TENEMOS EN LA SOCIEDAD ACTUAL VERDADERAMENTE MARAVILLOSA !!!!!
Claro que si lo pueden compartir en donde quieran...Saludos!!