No tuve tiempoUn hombre muy sabio decía:la gran línea divisoria entre el éxitoy el fracaso se encierra en tres palabras:No tuve tiempo.En medio del frenético ritmo de la vidaModerna nos parece con frecuencia,que los días no tuvieran horas suficientespara realizar nuestras aspiracionesy entonces renunciamos a ellas.El mundo sin embargo, está llenode personas que a fuerza de voluntadhan encontrado la manera de destinaruna hora diaria por lo menos a cultivarpor sí mismas su facultad creadora.Es más, he observado que los individuoscon mayor número de ocupaciones,suelen ser los que se arreglanpara disponer diariamente de una horapara disfrutar de su soledad.Quien dedique aunque sólo sea una horaal día, a algún proyecto para él apasionante,le estará destinando 365 horas al año,o sea, el equivalente de más de 45 jornadasde trabajo, de 8 horas diarias cada una.Esto es como agregar un mes y medio de vidaproductiva a cada año de nuestra existencia.Reconozco que no es cosa fácil.Se necesita voluntad, primero para darseesa hora, y para luego utilizarla sabiamente.Lo más importante es que nuestras horasde soledad, sean productivas y así puede serloaunque a veces únicamente nos proporcioneun sentimiento de bienestar.Fuente:HomiliaCatolica.com
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