Él no confiaba en mí, me humilló, rompió los vidrios de mi casa, me acusó de cosas que no hice, me abandono embarazada, me dijo que tuve sexo con él por dinero y cuando por fin dije hasta aquí, se ofendió:
Se ofendió porque le dije a la chin... contigo, fuiste un canalla y vil porque nunca viste por nosotros , por negar a nuestro hijo, tuviste todo gratis sin que tuvieras que invertir tiempo o dinero, ni medicinas le compraste al bebé. ¿Acaso esas son ofensas?, no, esas eran verdades; tiene razón Jorge González ¿cómo podría reclamarme respeto sino me ha respetado ni como mujer ni como madre de su hijo?
El bebé está a punto de nacer y ahora reclama sus ¿derechos? de padre ¿qué reclama si no se ha ocupado en lo absoluto por él? por la razón que sea que ha sido inherente a él, no ha estado al tanto del embarazo, como dice Jorge eso es cinismo.
Hoy para poder entablar alguna conversación conmigo está tomando una terapia para resolver su problema de ira, debido a que le hice saber que no toleraría ni un maltrato más, quizá cuando termine su tratamiento podamos hablar del bebé, aunque no podría implicar que se le abran las puertas.
Comentarios
Hola amiga:
He leido tus publicaciones con cuidado, son una especie de diario creo yo, y te felicito por usar la palabra como un medio para expresar todo eso que a nosotras nos cuesta trabajo expresar.
me impacta tu sentir, tus escritos me han hecho palpar tantas cosas, tu miedo, tu coraje, tu valor, pero sobre todo la evolución que has tenido como ser humano. Es bien dificil salir adelante solas con un hijo, con dos o con doce, pero se puede, asi de simple.
Hay cosas que vas a tener que enfrentar tarde o temprano, ciclos que tendrás que concluir al paso de los años, pero ante todo debes de saber que tu valor como mujer no está en medio de las piernas, una vez alguien dijo que la decencia y la virginidad se llevan en el cerebro. Cuando yo me divorcié, muchos a mi alrededor dijeron que jamás encontraría a nadie que me amara y me respetara solo por ese motivo, y por mucho tiempo me la creí. No te voy a negar que en el camino encontré varones que resultaron ser muñecos de azucar que se me deshicieron entre las manos, pero también encontré hombres valiosos, con uno de ellos me casé de nuevo.
Soy feliz ahora, salí del circulo cuando me amé yo de nuevo, ¡ámate tú! no pongas tu felicidad en función de otros, date la oportunidad de quererte. Un hijo, amiga, no es un error, es una oportunidad, y Dios sabe porqué lo manda en las circunstancias que lo manda.
Por este medio solo puedo darte palabras de aliento, pero estoy segura que en un momento dado tu sola vas a encontrar tu propia verdad.
Mi abuelito decía que todos algún día vamos a caer, pero el hecho de haber tragado polvo no era importante, sino cuanto duráramos ahi, y la manera en que nos levantaríamos, sacudiendonos el trasero para volver a caminar.
Un abrazo.
AK