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Por Angelina Sánchez-Vilchis

A propósito de lo que las mujeres pensamos o sentimos de acuerdo a lo que vivimos con nuestra pareja día a día, me llamó mucho la atención la opinión de un hombre que dice que efectivamente debemos darnos cuenta desde antes del matrimonio con quién estamos tratando de formar una familia, quién es nuestra pareja realmente. Por ejemplo, si desde el noviazgo no hay detalles, no hay una caricia dada con “amor”, un trato amable, una conversación amena; confianza mutua, libertad de acción. Ya desde ahí está mal la situación.

No se debe prohibir a la novia o esposa que vista de cierta forma, o que no diga las cosas como las está platicando en un encuentro con amigos, o quejarse de ella o él en una reunión, poner en evidencia situaciones de la pareja –que son privadas- y hay parejas que les encanta sacar a la luz esas anécdotas que son muy personales y que a nadie se debe enterar de esto, y luego, hacer mofa de esas mismas actitudes.

Eso señoras y señores es “violencia contra las mujeres”, por supuesto, que cuando la pareja ya vive unida, ya formaron familia, los hijos aprenden exactamente lo que sus padres les transmiten, esta manera de ser tan grosera, que se da más del hombre hacia la mujer; esa situación de regaño ante ella, de crítica, de subestimación constante, hace que las mujeres se sientan infelices y no den “el ancho”, pues sienten que no son dignas “de”: Que las quieran, las apapachen, que les compren alguna joyita, o una casa, o simplemente ropa, no quieren que el marido “gaste” en ellas, -cuántas veces no hemos escuchado –“Quiero ese vestido o ya necesito ir al dentista, pero no le voy a decir a mi marido, porque me da pena que gaste en mí”-. ¿No son incongruentes este tipo de frases y más aún viniendo de mujeres maltratadas psicológicamente, que a veces ni ellas mismas se dan cuenta de esto? Eso créanlo o no es devaluar, desacreditar, y lo peor, crea un sentimiento de inseguridad, frustración en las mujeres y peor aún acarrean enfermedades. ¡Uff! Esto sí es terrible, por eso me acordé de la canción de Joan Manuel Serrat que dice precisamente esta frase: “No esperes mañana lo que no te dio ayer… Que no hay nada que hacer”… Sólo les pediría una cosa pongan atención a sus parejas desde antes y si ya no hay remedio, pues no dejen que las maltraten pero sobretodo si hay hijos, enseñen a sus hijos que no basta que alguien nos guste para ser su pareja, hay que fijarse más allá.