Cuando se trata de un grupo tan poderoso como Televisa, lo conveniente es no ver, no preguntar y no escuchar, a menos de que se trate de aprobar operaciones de compra de nuevas propiedades por dicho grupo.Así, con la bendición de la Comisión Federal de Competencia, en los últimos cinco años Televisa ha adquirido el 50 por ciento de las acciones de TVI, operador de televisión por cable en el área metropolitana de Monterrey y regiones del norte del país; el 58 por ciento del capital de Cablemás, que con su red cubre 49 de las ciudades más importantes del país; la red de transmisión de datos de Bestel; dos fibras ópticas de la Comisión Federal de Electricidad, en consorcio con Telefónica y Megacable; el 30 por ciento del capital de Nextel México; y, recientemente, un bloque de 30 MHz en el muy controvertido proceso de licitación de frecuencias en la banda de 1.7 GHz.Pese a que la compra de Cablemás y TVI implicó una concentración que permitió a Televisa hacerse de una participación del mercado de la televisión restringida superior al 90 por ciento en las regiones donde operan esas empresas y del 60 por ciento a nivel nacional, la Cofeco aprobó la adquisición.Pero estas compras no solamente le confirieron a Televisa el monopolio virtual del mercado de televisión de paga en las regiones en que sus empresas operan, sino que, a través de Cablemás, Televisa también adquirió el control de Productora y Comercializadora de Televisión o "PCTV".Originalmente, PCTV fue constituida con el objetivo de agrupar a los concesionarios de televisión por cable en un solo bloque, con presencia nacional y escala suficiente para servir de contrapeso al enorme poder de negociación de Televisa con los proveedores de contenidos nacionales y extranjeros. Como resultado, PCTV consiguió condiciones razonables para la adquisición de licencias para la distribución de contenidos, mismas que vende a sus socios para comercialización en sus respectivas regiones. Actualmente, PCTV distribuye 60 por ciento de los canales comercializables en el mercado a más de 300 empresas, en más de mil ciudades y 5 millones de hogares en el país. El 40 por ciento restante lo distribuyen casi íntegramente Televisa y TV Azteca.Pero Cablemás tiene una posición accionaria y de control en PCTV, por lo que con la compra de esa empresa Televisa también adquirió la capacidad de fijar precios unilateralmente para la distribución y comercialización del 85 por ciento de los paquetes de canales comercializables del mercado nacional, y por lo tanto de restringir sustancialmente el abasto de contenidos sin que los cableros puedan, actual o potencialmente, contrarrestar dicho poder.Es cierto que se condicionó la compra de Cablemás y TVI al cumplimiento de diversas obligaciones, entre las que se encuentra la de vender las acciones de PCTV propiedad de Cablemás antes de diciembre del 2009, pero con la venia de Cofeco esto no sucedió. De hecho, Cablemás solicitó y obtuvo la prórroga del plazo para cumplir con dicha obligación, en virtud de que las condiciones de mercado la hubieran forzado a deshacerse de esas acciones a un precio menor al que obtendría en mejores circunstancias. Inexplicable justificación para una agencia responsable de velar por la sana competencia y no las mejores condiciones de venta de los activos de las empresas a las que regula.Pero la aprobación de la prórroga solicitada por Cablemás sería menos cuestionable si no fuera que para entonces la Cofeco era consciente de las prácticas anticompetitivas de Televisa y de PCTV; tanto que en noviembre del año pasado multó a Televisa con casi 48 millones de pesos por realizar prácticas monopólicas -negarse a vender paquetes de contenidos de los canales de televisión abierta y de otros en la modalidad de paga-, en contra de una filial de Megacable; y, a comienzos de 2010, dio entrada a la denuncia de esa misma empresa en contra de PCTV por la interrupción de canales como Fox Sports.Como reconoce Cofeco, Televisa incurre en prácticas anticompetitivas por sí o a través de las empresas que controla. Este comportamiento sistemático es motivo suficiente para que, en uso de las atribuciones que le fija la ley, Cofeco ordene la desinversión de Televisa en TVI y Cablemás; pero más importante aún, para que garantice la competencia autorizando a los operadores de televisión restringida a transmitir los canales de esa televisora aún sin su aprobación, hasta que sean acordadas las condiciones aplicables. Esperemos que Cofeco vea, pregunte, escuche y actúe.
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Excelente artículo, que además de ilustrador nos revela que los gobiernos panistas más allá de sus mentirosas promesas de campaña, están al servicio de los grandes empresarios y cínicamente solo sirven para justificar las transas de los dueños de siempre de estos poderosos consorcios, así, todo esto se resume en una sola palabra: Corrupción.
buenas tardes, Purificacion, es asi como el poder tiene mas poder, y quien hace algo si todos tienen su mochada de ahi, tanto la s,c. t.y s. h c. p. de que lo permiten .y tambien el presidente de la republica mexicana,felipe calderon, ya que esta vendido con el consorcio,si quien le tapa todas sus pendejadas que a hecho en el pais,pero no hay una solucion a esto ya que los diputados y senadores estan en su movida pa, el proximo presidente que van a poner , y no ntros ,los votantes, ojala haya un cambio en el pais .suerte .
Comentarios
y nuestras autoridades? bien gracias!!!