Necesito conversaciones conmigo ó con los demás?

Es difícil aceptar que muchas veces somos nosotr@s quienes iniciamos una relación de amigos, de pareja, con el primo, la sobrna o mamá, que al día de hoy nos molesta y todo por no asentar y aclarar las reglas desde un principio.

Al intentar conversar para aclarar algo que nos molestó,  no siempre somos coherentes, además, en el afán de salir bien librados y no ser el verdugo de ese cuento, nos tiramos al piso y es la ofensa, la culpa, el enojo o el llanto, el tema principal… no lo que queríamos expresar.

Aceptar que la plática es inútil cuando incluye chantaje o señala culpable a la persona que tenemos enfrente, es un gran inicio para definir cuándo la conversación debe ser conmigo o con los demás. 

Mucho de lo que nos pasa con nuestras familias, amigos o parejas, sucede porque aceptamos situaciones, formas de actuar y también porque hemos preferido, en el pasado, seguir como estamos que tomar las riendas y hacer algo que nos haga más independientes emocionalmente; muchas veces o siempre terminamos haciéndonos de la vista gorda, no escuchamos nuestra intuición y simplemente aceptamos que así es la relación y con el paso del tiempo nos empieza a molestar todo lo que digan, hagan o decidan .

Primero debemos comprometemos y tener clara la idea de lo que queremos decir y las posibles consecuencias como resultado de dichas conversaciones; este es un buen comienzo para mejorar esos difíciles diálogos que tenemos usualmente con nosotros mismos y con los demás.

 Empecemos por el principio… ¿Qué nos incomoda tanto?

Lo que pasó, lo que te dijo o lo que hizo… 

Al parecer, siempre es lo que sucede en nuestro entorno lo que termina alterando nuestro estado de ánimo y son los demás los culpables de dichos enojos, dolores de cabeza y ofensas; y hasta hoy aclaras el malentendido? No lo dijiste en el momento? El no hacerlo en el mismo instante que sucede, te convierte en cómplice de “eso” que tanto te molesta, pues  lo dejaste pasar y tu compañer@ pensó y asumió que no había ningún problema.

  • Primero pregúntate a ti mismo, qué no te agrado?  Esa sensación de enojo o molestia es realmente con los demás o contigo mism@? Sí es algo que no has decidido y dejaste pasar de largo, es un asunto tuyo que debes atender primero contigo y luego con los demás; en el caso de ser en verdad un asunto con un tercer, dilo claramente y expresa qué es lo que esperas que no se repita en lo sucesivo.
  • Pregúntate, cuántas veces has dicho lo mismo y cuántas veces ha vuelto a suceder? En este caso… la decisión es más de fondo que de forma y deberás asumir las consecuencias de las respuestas que recibas en esa plática; ya que posteriormente tendrás que tomar una decisión y actuar en consecuencia. Se vale querer quedarse, lo que no se vale es seguir quejándose y culpando al compañer@; hoy, tú estás decidiendo aceptar lo que te ofrecen. Si lo aceptas, no hay reclamos a futuro. Asume tu situación y trabaja en ella.

Tal vez la razón de todo lo que pasó, es que nos ha faltado un poco de valor, humildad o tolerancia para descifrar que el problema es más interno y propio que con los demás; debemos asumir que esa situación es sólo la punta del iceberg de lo que realmente nos molesta y nos rehusamos a admitirlo. Que alguien te saque de tus “casillas” es más bien una decisión propia; Acepta que no te “hizo enojar” su forma de ser, pues realmente eres tú quien le ha permitido esas actitudes constantemente y ahora son parte del día a día; es posible que seas tú quien te alteres por algo que él o ella hicieron desde siempre, pero hoy, no te agrada su actitud; decidir que “eso” no es lo que quieres en tu vida, es buscar soluciones dentro de ti, de tener conversaciones contigo misma, escuchándote realmente; posteriormente podrás decidir y actuar, es lo mejor que te darás a ti mism@.

Ofensa por alguna omisión… Aclarar el punto sin rencor y preguntar sí fue con dolo; lo fue? Entonces es tu decisión seguir a su lado; el otro caso sería que no lo hizo con la intención de lastimarte y que su comentario rebasó tu límite de tolerancia en ese momento, ¿Será que en ocasiones anteriores, tu tasa de tolerancia ha tenido un porcentaje mayor?

  • Poner límites en las relaciones, es respetarnos y respetar a nuestro compañer@s, es hacerles saber que primero nos amamos y que también los amamos tal y como son, aunque eso no signifique que vas a aguantar cualquier tipo de escarnio.
  • Estar conscientes de que somos parte de una relación amorosa, de amigos o de familia; en la que ya no soy sólo yo, ni es sólo el, ella ó ellos; es saber qué limites tenemos y en dónde estamos, es respetar sus momentos y estados de ánimo sin que me ofenda por lo que hace o por lo que deja de hacer.

 

 

Incomodidad por exponerte ante amigos o familiares.  Tal vez te incomoda que sepan que no eres tan perfecto como quieres parecer ante los demás.

  • ¿Es tan importante el acontecimiento como para enfrentar al compañer@?  El hecho de que digan algunos “detalles” de nosotros, que roncamos en la noche, que tenemos manías al despertar, que siempre queremos ser los primeros invitados en la fiesta del amigo o el vecino, que no te pierdes la novela de la noche, etc. no implica que sea algo malo que nadie deba saber, el temas es sí “eso” es motivo de enojo o reproche.
  • ¿El compañer@ sigue con un tema del pasado sin haberlo superado? Sí el comentario va en el sentido de algo que hiciste y aún no te perdona, por lo que hace comentarios al respecto con quien sea, con tal de buscar juez que te condene y reconozcan que es una linda palomita y tú eres el villan@ de ese cuento. Llegó el momento de hacer una pausa y aclarar el tema… seguir en el pasado arrastrando los errores de los cuales ya pediste perdón, es muy desgastante, pregunta claramente qué es lo que quiere y evalúa si puedes aceptarlo. 

Muchas veces nuestro compañer@ dice “detalles” de nosotros sin la intención de exhibirnos ante los demás, pero nosotros lo tomamos muy a pecho y nos ofendemos por algo que tal vez es nuestra realidad y ni siquiera queremos verla, entonces el problema no es de él o ella;  nosotros estamos intentando aparentar algo que realmente no somos, no hay porque que ocultar quien somos, se vale reconocerte con los “temas débiles que te aquejan” y trabajar en ellos;  pues no es la pareja, la familia o los amigos los que hacen cosas que nos molestan, es nuestro afán de aparentar. No sucedería esa situación si no fuera así, tal cual lo comentó nuestro compañer@.

El trasfondo real, al final de cuentas, es asumir que no dependes de lo que digan o no digan los demás de ti, por muy importantes que sean esas personas en tu vida.

Seamos honest@s, no siempre somos coherentes cuando algo nos molesta, frecuentemente perdemos la cordura y terminamos haciendo un zafarrancho por algo que no tenía tanta importancia.

Tú ofendiste… Te diste cuenta que lastimaste sin intención? Eso es un buen inicio; errores todos los cometemos, ser sensible a los límites de tolerancia que cada uno tiene, no es fácil reconocerlo; tal vez lo sabes y lo olvidaste en ese momento; pero cometer errores es parte de las relaciones y podemos trabajar en ello; darte cuenta que tienen escalas de tolerancia diferentes a las propias, es normal; aceptar tus errores y ofrecer disculpas, también lo es.

  • Puedes empezar con un… “Me parece que estas ofendido por lo que te dije…” “Lo que menos quiero es lastimarte y siento mucho haber dicho…” “Lo más importante para mi es que no te sientas herido por mi actitud…” “Si dije algo que te lastimó, te ofrezco una disculpa y espero que podamos aclarar este malentendido…” etc.  Marca la pauta para ofrecer una disculpa de corazón y trabajar en no volver a repetirla.
  • Es nuestro deber hacer valer nuestra palabra y decir “lo siento” con el corazón y la mente; y asegurarnos que no volverá a pasar. Si estamos ofreciendo disculpas es porque nos estamos comprometiéndonos a no volver a caer en el mismo error.
  • También es probable que lo hicieras como venganza de “algo” que le tenías guardadito y que hoy se presenta la oportunidad de cobrársela; ese tipo de artimañas no son validas cuando has decidido llevar la fiesta en paz; si te ofrecieron disculpas y las aceptaste, en verdad acepta que no fue lindo lo que pasó, pero ya pasó y si sigues ahí, no para cobrarte el agravio, sino para crecer como ser humano.

Cuando abres el corazón y dices sin rodeos lo que sientes, es más fácil que la persona preste atención a lo que vas a decirle, en seguida comprenderá que no dirás lo lastimada que estas, lo mal que te hace sentir o lo malo que es; simplemente te escuchará.

Convivir en nuestro entorno con compañer@s, amigos y familiares, debe ser una oportunidad de ser mejores personas, de ser compasivos verdaderamente; respetándonos y respetando a los demás, sean quienes sean; no por el qué dirán, sino porque en verdad estamos buscando ser mejores.

Las personas que llegan a nuestras vidas y con las que tenemos que lidiar constantemente, no es más que una oportunidad de aprender una lección de vida; si nos está pasando esta situación constantemente seguro es porque hemos pasado muchas veces por el mismo camino y aún no terminamos de aprender la enseñanza que debemos aprobar, nos guste o no.

Identificar que iniciamos discusiones que ni al caso el reclamo, es aceptar que el chango está en nuestra carreta. Deberíamos aceptar que nos ofendemos o resentimos por algo que no es problema del compañer@ es nuestro afán de tener a alguien que haga lo que nosotr@s queremos y nada más.

Ese tipo de conversaciones en las que chantajeamos, dañamos y herimos, son las que hay que evitar, pues es mejor permanecer callados y entender que los roces son con nosotr@s mismos, ya que el ofendido soy yo, por darle peso a los demás, por tomarme a pecho lo que dicen, por creer que deben hacer o dejar de hacer algo y que siempre deben tomar en cuenta que mi ego se puede abollar si no apruebo su actitud o comentario.

Las conversaciones internas son para seleccionar cada una de las palabras que salen de mi boca, para decir lo mejor que veo, escucho y siento; no para ofender, chantajear o lastimar a los demás.

Con ello, evito conversaciones inútiles que no serán de beneficio para nadie y sólo habrá personas lastimadas.

Les mando un abrazo y pido bendiciones para tod@s siempre.

Alejandra González González.

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