El domingo pasado se conmemoró de nueva cuenta una fecha emblemática: el Día Internacional de la Mujer, con su cauda de festejos, críticas, reflexiones y exigencias.
Como cada año, se recordó que el machismo prevalece, que en México las mujeres apenas ocupan el 20% de los cargos directivos y de representación popular, y que ganan menos que los hombres en cargos similares, entre otros muchos datos sobre la desigualdad de género que prevalece en pleno siglo XXI.
Cada 8 de marzo se habla tanto de los avances registrados hacia la igualdad como de los rezagos y omisiones que subsisten pese a las promesas y supuestas buenas intenciones de gobiernos y autoridades, lo mismo del orden federal que del estatal y el municipal.
Por eso, deberíamos tener presente lo que muchas mujeres –sobre todo las de generaciones más jóvenes– piensan y actúan sobre cuestiones fundamentales de su vida. Baste citar un par de ellas: el matrimonio, y la procreación.
Al respecto, cada vez son más las mujeres para quienes casarse ya no es una meta en su proyecto personal, y sí, en cambio, lo es tener su propia casa, la cual no necesariamente pretenden compartir con una pareja. De hecho, son muchas las mujeres que no se niegan a tener un compañero de vida pero prefieren habitar en espacios independientes, es decir, que cada cual posea su propia vivienda y convivir únicamente algunos días, mayormente los fines de semana.
Algo similar sucede con la maternidad. La perspectiva de muchas mujeres en este aspecto es más diversa de lo que era hace algunas décadas, pues se ha incrementado de manera notable el número de mujeres que están convencidas de que la reproducción es una opción más en su vida, pero no la única, y no son una excepción aquellas que eligen no tener hijos y deciden dedicarse en exclusiva a su desarrollo personal, profesional y laboral.
Otros cambios se están gestando y queda claro que las formas de ver el mundo y la propia existencia se van alejando de convencionalismos y tradiciones ancestrales, en el uso legítimo de la libertad de pensamiento y decisión.
Tanto en lo individual como en lo social, las mujeres han adquirido una mayor amplitud de miras y formas de proceder, lo que amerita que analicemos más y entendamos mejor tales procesos a fin de que la sociedad en su conjunto comprenda las nuevas realidades y ofrezca respuestas idóneas a los problemas concretos de las mujeres hoy en día.
En cualquier caso, es de la mayor importancia ampliar y fortalecer los derechos de las mujeres para que en algún futuro 8 de marzo –ojalá muy cercano– podamos hablar de que hemos alcanzado la plena igualdad y equidad de género.
Facebook: Martha Chapa Benavides
Twitter: @martha_chapa
Comentarios
Poco a poco, pero lo estamos logrando, seguir impulsando a todas las mujeres que se sumen a crecer y desarrollarse profesionalmente.
Buen artículo, me encantó.