Hoy comparto con ustedes una vivencia muy especial, que me permitió asomarme a un ámbito de gran interés. Estuve presente en una reunión que organizó el International Women’s Forum (IWF) con el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el ministro Juan N. Silva Meza.
De hecho, puedo decir que traspasamos los umbrales de esa institución y pudimos conocerla por dentro gracias al diálogo tan abierto que se dio en el encuentro, además de la excelente exposición de su titular.
La convocatoria partió de la ministra Olga Sánchez Cordero, en su carácter de presidenta del capítulo México del IWF, organización que se distingue por su pluralidad. Fundado hace 30 años en Estados Unidos, el IWF agrupa en la actualidad a más de cinco mil mujeres líderes de 26 países. Su propósito central es promover el liderazgo en todas las profesiones, culturas y continentes mediante la interconexión de mujeres de todo el mundo que han tenido logros significativos en diversos ámbitos de actividad.
Por cierto, la ministra Cordero acaba de concluir su exitosa gestión, durante la cual desempeñó un notable papel al frente de nuestra organización. En lo personal, tengo gran aprecio y respeto por sus acciones y decisiones, siempre sustentadas en su inteligencia y fina sensibilidad. Tuve el gran honor de que me invitara a participar en la Mesa Directiva como responsable de la Comisión de Relaciones Públicas y fue para mí todo un aprendizaje colaborar con ella, por su disciplina, calidez y visión, y su vívido interés por nuestro ser y hacer. En verdad la vamos a extrañar mucho.
Les platicaba, entonces, de nuestra velada con el ministro presidente de la Suprema Corte, quien fue electo en enero de 2011 para presidir el máximo órgano del Poder Judicial y permanecerá en el cargo hasta diciembre de 2014. La cita fue este jueves 31 de mayo en un imponente salón con una gran mesa de madera y flores color salmón por doquier que le daban un toque muy elegante. Todas fuimos puntuales, al igual que el ministro Silva, quien se dirigió a nosotras con mucho comedimiento y apertura. Nos comentó que Olga le había platicado que nos reuníamos el último jueves de cada mes y que le había pedido que diera una charla en la última sesión correspondiente a su periodo de dos años como presidenta, a lo que él accedió gustoso.
Y celebramos de verdad que haya estado con nosotras pues en su disertación nos comentó a grandes pero precisos trazos cómo se ha venido transformando la “cultura de la justicia” y la manera en que se ha dado especial atención a las demandas de las mujeres y los niños, así como en lo general a los derechos humanos. Así, revisamos con amplitud varios asuntos torales, como la violencia contra las mujeres o la despenalización del aborto.
Por otra parte, reconoció que las instituciones judiciales tienen diferentes ritmos, y si bien unas caminan más rápido y otras más despacio, eso no quiere decir que sean mejores o peores, sino simplemente diferentes. Me llamó la atención su referencia a cuánto pesa una toga, pues nos comentó, con toda razón, que no es una mera prenda sino todo un símbolo que se traduce en las inmensas responsabilidades de los ministros que la portan.
Al concluir su exposición se abrió una ronda de intervenciones con varias de nuestras compañeras, que aludieron sobre todo a cuestiones de género. Luego, todas se unieron para dar una calurosa y emotiva felicitación al ministro y a Olga.
Por cierto que cuando escuchaba las disertaciones me vino a la mente ese terrible hecho que se registró recientemente, de una mujer que le sacó los ojos a su hijo porque nos los quiso cerrar mientras se oficiaba una sesión satánica, y me pregunté cómo hacer justicia en estos casos. O la tragedia que ocurrió apenas hace unos días, de esos niños que sufrieron un incendio en su casa cuando la madre había salido a trabajar. El niño mayor en su desesperación tiró a su hermanita desde el tercer piso pensando que la salvaba y por desgracia la pequeña murió. Los intentos de los vecinos por apoyarlos fueron vanos, pues la madre los había dejado encerrados bajo llave.
Pensé, asimismo, que si bien es indudable que la justicia ha tenido grandes avances en nuestro país, también es un hecho que ciertas instituciones no ayudan, como por ejemplo las guarderías. La explicación quizá resida en la poca atención que se presta a estos lugares y a que los recursos de la nación se han gastado en la guerra contra la delincuencia en lugar de invertirlos, por ejemplo, en servicios que beneficien a las mujeres trabajadoras.
Deberemos, pues, seguir avanzando para ya no tener que lamentar hechos tan aterradores, independientemente de que la justicia se siga aplicando bien, como ocurre en nuestros días con la Suprema Corte.
¡Muchas gracias, querida Olga!
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Comentarios
QUERIDA MARTHA Y AMIGAS DE RETOS FEMENINOS.
Me es grato leer temas tan interesantes como este, me ha llamado especialmente la atención el comentario del miércoles de Norma Alejandra Servin, sigo sin entender el porque si somos mas mujeres en este país, y que se ha demostrado la gran capacidad de mujeres tan valiosas como ustedes que con tanta valentía mencionan las injusticias y practicas inequitativas del trato no solo laboral, sino social y económico que como mujeres sufrimos. ¿somos acaso las causantes de esta sociedad "machista"? ¿podremos encontrar solución a este problema? ¿será ya posible que se nos reconozca nuestro valor de seres humanos?. En fin, podría manifestar mas preguntas que estoy segura, que mujeres como ustedes podrán dar pronta solución. ¡animo! ¡las mujeres somos valiosas!
Buenas Tardes.
De verdad me sorprende q adimire a personas como las q menciona que estan a cargo de la justicia de un país, cuando ellos con todo lo que ganan en sueldo, prestaciones y demás, no hagan un país justo en lo que se refiere a lo que se supone que ellos son expertos, que es J U S T I C I A.
Querida Martha
Es verdad que mucho del dinero de la nación de ha gastado en la guerra contra la delicuencia, pero que me dices del que se da a los partidos políticos para sus campañas? lo que se les paga a los senadores y diputados cuando no aportan nada? A pagar demandas de políticos, etc.
Realmente el dinero en México no se aplica como debiera de ser y también hay que hablar de ello.
Me da mucho gusto poder leer que el Ministro Presidente de la Suprema Corte se haya tomado el tiempo para escuchar las inquietudes, no sólo de las integrantes de IWF, y aprobecho para extenderle una felicitación. Como mujer y abogada, que gusto me daría tener una oportunidad como la que usted tuvo, sin embargo, estoy segura que tanto usted como sus compañeras hicieron sonar la voz de todas las mujeres mexicanas.
En relación a los temas que toca en su publicación, mientras lo leía, me surgieron varias inquietudes que quisiera compartirle. La primera de ellas, es la situación de las mujeres trabajadoras, pues no puedo evitar notar que hoy en día, la mujer trabajadora se topa con varias limitantes, por poner un ejemplo, en días pasados, una de mis primas acudió a una entrevista de trabajo, mismo que le negaron porque es madre de una pequeña que está por cumplir un año, la persona que la entrevistó le dijo que no le podía dar el trabajo porque era un inconveniente lo de la niña, ya que seguramente se ausentaría cuando se enfermara, la verdad quedé impresionada; el lunes, me enteré del despido de una chica que tuvo que ausentarse un rato de las oficinas en las que trabajaba, porque tuvo que denunciar a su ex pareja, por incumplimiento de obligaciones alimenticias para con su hija, y la llamaron a declarar al ministerio público, a pesar de que había notificado previamente su situación. Y como esos, infinidad de casos.
Lo que quiero decir con todo esto, es que muy a pesar nuestro, las condiciones laborales de las mujeres siguen siendo inequitativas e injustas, y si además sumamos que actualmente los patrones han implementado prácticas que reducen las prestaciones de sus trabajadores, es decir, cada vez es más común encontrar personas contratadas por honorarios, lo que les niega la posibilidad de acceder a servicios sociales básicos, como el seguro social, y como madres, por lo tanto, al servicio de guarderías del seguro social, para las que no tienen la posibilidad de pagar una privada, lo que trae como consecuencia que existan casos como el del pequeño que lanzó a sus hermanita por la ventana.
Las jornadas laborales en algunos lugares no sólo son físicamente desgantantes, sino también anímica y psicológicamente, entonces los padres de familia dejan de pasar tiempo de calidad con los hijos, o en todo caso, los salarios pueden llegar a se tan bajos, que simplemente se entra en un estado de frustración por tener que vivir al día. A mi criterio, esto desemboca en que muchos niños esten siendo desatendidos por sus familias, creciendo como pueden y con muy pocos valores, o valores distorcionados por el contenido de violencia que se maneja dentro de los medios de comunicación a que y se tiene acceso con tanta facilidad.
Situaciones como las que describo, debería ir evolucionando. Me da la impresión de que en ocasiones, los patrones deshumanizan al trabajador y lo ven como mero recurso. Pero desde mi perspectiva, es indispensable comenzar a entendernos como seres humanos que somos, comprender nuestros problemas y necesidades y tener la capacidad de tendernos la mano, en tanto esto no suceda, la sociedad irá en picada, desafortunadamente.
Gracias a Dios, hay personas preocupadas y al sevicio activo de las causas altruistas, como usted. Espero, de corazón que su mensaje toque los corazones de muchísimas más personas y podamos aspirar a una sociedad mejor.