Hemos reflexionado muchas veces sobre las similitudes que existen entre el mundo empresarial y el manejo adecuado de nuestra vida personal. Más allá de los sentimientos, más allá de los afectos, más allá de las relaciones interpersonales que debemos mantener y sostener, cada vez más hay aspectos de nuestra vida que tienen que ser manejados con conceptos que durante mucho tiempo quedaron circunscriptos al mundo de la Empresa y que desde hace unos años, entre otros yo, he tratado de aplicar a lo que es la vida personal de cada ser humano. Cuando somos requeridos por una empresa para hacer una consultoría o un análisis de lo que está sucediendo internamente en ella, nosotros nos entrevistamos con la gerencia general, con el gerente de recursos humanos, con el gerente de producción, con el personal, y tenemos de esa manera una visión panorámica de qué es lo que está sucediendo en esa organización, en ese momento en el cual nuestros servicios son requeridos, qué sucede con la vida privada de cada uno de nosotros o qué sucede también con la vida privada de cada uno de los miembros de esa organización. Porque más allá de volcar su experiencia en el tiempo de trabajo en el cual se comparte con los compañeros, con los jefes y con los gerentes, hay una vida privada, una vida propia que está fuera de la empresa, que también tiene algunos aspectos que se compaginan con lo que sucede dentro de ese mundo aparentemente impenetrable de la empresa, de la organización y de sus metas y de sus objetivos.
Pero veamos, muchos años atrás hemos creado el Centro de Liderazgo y Administración de la Vida Humana, justamente partiendo de la base que un ser humano tiene que ejercer el liderazgo de su propia vida, es decir, tiene que decidir hacia dónde va y tiene que también aprender a administrar sus tiempos, porque el día tiene veinticuatro horas para todos, y de la forma que nosotros utilicemos esas veinticuatro horas, también será el resultado que podamos obtener. Entonces uno de los elementos claves en una organización o en una empresa es saber cuál es la MISIÓN que tiene esa empresa. La misión es la razón de ser de esa organización, es su objetivo supremo, su objetivo fundamental. ¿Por qué es tan importante esta misión? Porque permite de alguna manera orientar la gestión de esa empresa. Porque una misión que está bien elaborada tiene que ser el modelo para evaluar si estamos realmente empleando los esfuerzos y los recursos en lo que la empresa necesita. Y tenemos que preguntarnos si lo que estamos haciendo contribuye al cumplimiento de la misión de esta organización. Si la respuesta es negativa, es porque algo no anda bien en el trabajo o en esa organización.
Entonces, traslademos esto por un momento a la vida tuya, a la vida mía, a la vida de cada hombre o de cada mujer. ¿Qué es la misión? Es la razón de ser de la vida. Es hacia donde decidimos ir. Entonces, si esa misión, si esa definición de hacia dónde nosotros queremos ir en la vida, es el modelo con el cual evaluamos cómo nos está yendo, nos vamos a dar cuenta si estamos o no cumpliendo con esa misión, si estamos quizás invirtiendo esfuerzo y energía en hacer cosas que no contribuyen a que podamos acceder a nuestro bienestar o que podamos acceder a aquellas metas a las cuales aspiramos. ¿Y qué características tiene que tener la misión para una empresa o para la vida de cada uno de nosotros? En primer lugar tiene que ser clara, de manera tal que en el caso de la organización, todos los miembros puedan entenderla y asumirla y en el caso personal también; tengo que definir con claridad hacia dónde quiero ir. No puedo quedarme en medias tintas, porque eso me hace perder no solamente muchísimo tiempo sino que no me permite empezar a avanzar en el logro y en el cumplimiento de mis sueños. Y de alguna forma tenemos que aprender a elaborar esa misión. Hay que definir algunos elementos que son claves y acá sí hay diferencias entre lo que puede ser la misión a nivel de una empresa y la misión de la vida privada. Pero una vez que uno tomó varios cafés consigo mismo y pudo de alguna manera acercarse a aquello que quiere para su vida, la pregunta que inmediatamente sobreviene es ¿cómo hago para poder obtener aquello que hoy me estoy proponiendo? Y no es una pregunta menor. Porque una cosa es definir lo que quiero y lo que no quiero para mi vida y otra cosa muy diferente es poder llegar a acceder a aquello que quiero. Aquí podemos aplicar un modelo que se usa a nivel de las empresas que es el análisis FODA. Este análisis nos va a permitir evaluar cuáles son nuestras fortalezas, cuáles son las oportunidades que tenemos, cuáles son nuestras debilidades y cuáles son nuestras amenazas. Y veamos cómo vamos achicando el espacio para poder, en definitiva, saber donde estamos parados. Las fortalezas son las ventajas, las habilidades, los recursos internos que tú tienes. Las oportunidades son fenómenos externos. Son espacios que aparecen en el entorno, son las opciones que todo ser humano tiene y que tenemos que aprender a verlas y a interpretarlas. Las debilidades son carencias internas, nuestras insuficiencias. Son nuestras dificultades que nos limitan y que todos tenemos, que quizás las tengamos en distintas áreas, que se interponen para acceder a nuestra misión. Y las amenazas, otro factor externo, que limitan tanto a una empresa como a la vida de un ser humano. Tú tienes que determinar con claridad cuáles son tus fortalezas, cuáles son tus oportunidades, cuales son tus debilidades y cuáles son las amenazas. ¿Y por qué tiene valor esto? Porque si uno utiliza este análisis y se da cuenta que las amenazas y las debilidades superan ampliamente a las fortalezas y a las oportunidades, quizás deba esperar o cambiar mis objetivos porque no estoy lo suficientemente preparado como para afrontar el desafío. Ahora, si siento que mis fortalezas están por encima de mis debilidades puedo trabajar sobre estas últimas para tratar de convertirlas en nuevas fortalezas y de esa manera comenzar a investigar qué es lo que me rodea como para poder encontrar las oportunidades que necesito.
Aprendamos entre todos. La Empresa hoy en día tiene que aprender y lo está haciendo, que su capital humano es el capital más importante que posee, mucho más allá del producto o del servicio que brinda. Y nosotros como seres humanos debemos aprender de ese mundo empresarial, que podemos organizarnos de una determinada manera para ir cumpliendo nuestras metas e ir analizando, midiendo y cuantificando cuáles son nuestros progresos y cuáles son nuestros logros.
Dr. Walter Dresel
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