Publicado por Martha Chapa el 16 de Noviembre de 2010 a las 10:35am
Hace unas cuantas semanas apareció un libro revelador y estimulante. Se trata de Mujeres de acero, cuyo contenido eslabona una serie de entrevistas a mujeres regias que han destacado en su oficio y actividad profesional.Por invitación de su autor, el periodista Jorge Zavala, tuve el gusto de presentar esa obra editorial en la Feria de Libro de Monterrey, junto con la promotora cultural Liliana Melo de Sada, la nutrióloga Paty Rivera y la periodista Sanjuana Martínez.Antes, me habían honrado con la propuesta de prologar esta obra y reflexionar en torno al papel de la mujer en la sociedad moderna, justo en estos momentos, cuando se gesta un singular parteaguas histórico. Concebí este encuentro como un homenaje a las mujeres regias, mujeres de acero, con quienes me unen sueños de realización, ya que todas labramos, así sea desde los más recónditos rincones, nuestro destino, el de Nuevo León y, de algún modo, el de México.Como lo he dicho en diversos foros, no creo en el feminismo de confrontación, no sólo porque me parece improductivo sino, además, porque pienso que ni siquiera corresponde a nuestra naturaleza. Durante todo el siglo XX luchamos por la igualdad y avanzamos mucho en ese terreno, por lo que puedo afirmar que sin duda el siglo actual será de consolidaciones para las mujeres. Lo hemos ganado y para ello no requerimos ya de pelea alguna, ni de pensar en la superioridad de un sexo sobre el otro. Si anhelamos buscar la igualdad fue porque sabíamos que con ella compartiríamos el mundo en paz, pues nuestros atributos, con perdón de Melchor Ocampo, son la dulzura y la suavidad, sí, pero también la inteligencia, la firmeza, la valentía y la entrega. Repudiamos la guerra, que es recurso de la fuerza y quizá pretexto de predominio masculino. También rechazamos la violencia que es sinónimo de descomposición social y de ausencia de valores éticos y morales. Cada vez con mayor certeza influimos en la conducción de la sociedad, de una manera que no deberá llamarse poder ni dominio de unas o unos sobre otras u otros, sino en un papel de igualdad para compartir nuestra existencia en todos los planos.A punto ya de iniciar la segunda década del siglo XXI estamos insistiendo tesoneramente en que nuestras capacidades físicas e intelectuales, así como nuestra creatividad, son de la misma dimensión que las de los varones y, perdónenme la inmodestia, quizá en algunos casos mayores, pues está demostrado que las activistas políticas más valiosas y decididas en muchos movimientos sociales contemporáneos son las mujeres.Por eso, en la presentación de Mujeres de acero invitamos a nuestras paisanas y también a los paisanos a sumarnos a la reconstrucción de un Monterrey pacífico, pero también de un Nuevo León y de un México libres de la violencia irracional que nos agobia. Los convocamos a reconquistar valores que nos permitan volver a decir: viajero, has llegado a extasiarte con la industriosa sultana, donde podrás beber de aguas tranquilas.Y quizá quienes hemos elegido por vocación el camino del arte tenemos una obligación mayor: pugnar porque junto con nuestros horizontes estéticos surjan los nuevos horizontes de la patria.En la ceremonia de presentación, Jorge Zavala reveló que había contado con el apoyo de Carlos Monsiváis, quien lo orientó en su momento sobre el mundo editorial. Además de conversaciones con las cuatro presentadoras que estuvimos en ese acto, Mujeres de acero incluye entrevistas con otras 16 regiomontanas, entre las que están Monserrat Oliver, Alicia Villarreal, Ely Guerra, Tatiana, Bianca Marroquín, Irma Lozano, Lumy Cavazos, Rosaura Barahona y Zélika García.Por su parte, la empresa editora externó: “Mujeres de acero es un proyecto de análisis e investigación periodística que rinde homenaje a las mujeres destacadas del estado de Nuevo León, quienes nos comparten sus secretos para alcanzar el éxito y su visión sobre la mujer contemporánea del México de hoy. Cada una de las 20 mujeres de acero que son entrevistadas en esta obra son ejemplo vivo de lo que significa ser una mujer con temple de acero, mujeres de carácter férreo, que representan en cuerpo y alma a las mujeres regiomontanas, porque ellas, como el acero, son de alta resistencia, de gran tesón, mujeres fuertes que tienen esa característica de nuestras mujeres regias, de nuestras mujeres del norte: la enorme resistencia del metal; mujeres de recia voluntad y determinación. Real y metafóricamente hablando, así son las mujeres del Monterrey; verdaderas mujeres de acero”.
Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –
Comentarios