Publicado por Antonio Pineda el 10 de Julio de 2010 a las 5:31am
Tumbado en el atardecer yacía el hombre,Muerto quizás, balbuceaba con su último alientoEl nombre de aquel que de esta suerteLo había rendido.En sus pupilas la muerte haciaSu aparición triunfalAl fin, su fin veníaCon certero golpe fatalAsí el yacíaNombrando al ser que de aquel modo lo teníaO muerte infame que la tenue vida cortabaCon arma silenciosa de caricias disfrazadaAsí él moría pues no podíaHacer suya aquel ser cruel que sedientoDe su luz y su presenciaSin aliento lo dejaba.Muere pues, hombre, date prisaPues con tus alas imaginadasAcercaste a la luz que tu vida dominabaY en certero rayo destinóTu principio y tu finA una muerte prontaInstantánea y vanaAp
LA MUERTE..................
Sera quizas la plenitud ......el fin de un viaje cansado.
En fin....ah de llegar algun dia.
Gracias por compartirnos el manjar de la poesia amigo.
Hola Antonio, muchas gracias por compartir tus poemas.
Me recordó a algún poema de Walt Whitman.
Te comparto un poema de dicho escritor que me gusta mucho.
Saludos
Tu mirada
Me miraste a los ojos, penetrando,
en lo más profundo de mi alma.
El cristal azul de tus pupilas,
me mostraba, mi imagen reflejada.
Me miraste y pediste temblorosa
que un te amo, saliera de mis labios,
pero ellos ya no tienen más palabras
pues los golpes de la vida los han cerrado.
Me miraste y tu pelo se erizaba,
y una gota redonda en tu pupila
que brotó, de un corazón roto
y cayó recorriendo tu mejilla.
Me miraste y tu rostro empapado
me exigía una palabra, una respuesta,
y mentí diciéndote te amo
por ganar de tu cara una sonrisa.
Comentarios
Sera quizas la plenitud ......el fin de un viaje cansado.
En fin....ah de llegar algun dia.
Gracias por compartirnos el manjar de la poesia amigo.
Me recordó a algún poema de Walt Whitman.
Te comparto un poema de dicho escritor que me gusta mucho.
Saludos
Tu mirada
Me miraste a los ojos, penetrando,
en lo más profundo de mi alma.
El cristal azul de tus pupilas,
me mostraba, mi imagen reflejada.
Me miraste y pediste temblorosa
que un te amo, saliera de mis labios,
pero ellos ya no tienen más palabras
pues los golpes de la vida los han cerrado.
Me miraste y tu pelo se erizaba,
y una gota redonda en tu pupila
que brotó, de un corazón roto
y cayó recorriendo tu mejilla.
Me miraste y tu rostro empapado
me exigía una palabra, una respuesta,
y mentí diciéndote te amo
por ganar de tu cara una sonrisa.
Versión de Leandro Wolfson